Un oficial de policía de Uvalde, cuya esposa murió en el tiroteo masivo de la Escuela Primaria Robb, fue bloqueado por la policía cuando intentó ayudarla, dijo un funcionario.
Rubén Ruiz quería llegar hasta su esposa, la maestra Mireles Ruiz, cuando ésta le llamó después de recibir un disparo dentro del aula donde estaba atrapada con el tirador el 24 de mayo.
En cambio, los oficiales tomaron su arma, lo detuvieron y lo alejaron de la escena, dijo el martes el director del Departamento de Seguridad Pública de Texas (DPS), Steven McCraw, en una audiencia en el Senado de Texas, transmitida por PBS News Hour.
“Tenemos un oficial, el oficial Ruiz, cuya esposa lo llamó y le dijo que le habían disparado y que se estaba muriendo”, dijo McCraw. “Lo que le sucedió fue que trató de avanzar hacia el pasillo, lo detuvieron y le quitaron el arma y lo escoltaron fuera de la escena”.
Mireles Ruiz fue una de las dos maestras asesinadas a tiros junto con 19 estudiantes de cuarto grado. Pasaron casi 90 minutos desde que el tirador Salvador Ramos, de 18 años, ingresó a la escuela, a las 11:33 a.m., y fuera abatido, a las 12:51 p.m.
Durante ese tiempo, los niños todavía hacían llamadas al 911 desde el salón de clases, dijo McCraw.
Además, una nueva imagen del interior de la escuela, con marca de tiempo 19 minutos después de que el tirador entró, muestra a los oficiales parados en el pasillo con rifles de alto poder y un escudo balístico.
Las audiencias, que se llevarán a cabo el martes y el miércoles, buscan descubrir por qué los oficiales esperaron alrededor de 90 minutos antes de matar a Ramos.
“Desinformación” en el lugar de los hechos
McCraw dijo en la audiencia que uno de los mayores problemas durante el tiroteo masivo fue la «falta de liderazgo» y la «desinformación que se estaba proporcionando» en la escena, lo que contribuyó a un «fracaso total» por parte de las fuerzas del orden público, según el senador.
A medida que oficiales más experimentados llegaron a la escena, McCraw dijo que les dijeron que el tirador estaba “contenido” y que el jefe de policía de Uvalde, Pete Arredondo, estaba en una oficina “negociando o hablando con el sujeto”.
Como resultado de lo que McCraw dijo que había sido «información errónea» que se transmitió a los oficiales que llegaron, quienes, según McCraw, «no tenían motivos para descartar» lo que les dijo, los oficiales se dedicaron a brindar apoyo en otro lugar, sin saber que algunos niños todavía estaban vivos en el salón de clases.
McCraw dijo que todos estaban confundidos sobre la situación y que después que les informaron sobre el atrincheramiento no tenían razones para dudar. Sin embargo, agregó que las llamadas de los estudiantes del salón de clases al 911 debieron de haber puesto en duda la información previa.
El protocolo contra los tiradores activos exige que las fuerzas del orden vayan al lugar donde están disparando y eviten la pérdida de vidas como primera prioridad.
McCraw confirmó que un oficial del DPS en la escena «hizo una declaración» de que «si hay niños tenemos que entrar, tenemos que entrar ahora mismo».
Testificó que había suficientes oficiales en la escena para detener al tirador tres minutos después de que ingresó al edificio.
Sin embargo, la «desinformación» hizo que los agentes creyeran que la situación había cambiado de tirador activo a sujeto atrincherado, lo que tiene protocolos diferentes.
En respuesta a partes del testimonio de McCraw, el senador estatal Juan Hinojosa, demócrata por el Distrito 20, dijo que los oficiales deberían haber ingresado al salón de clases.
“En esta situación, algunos agentes de la ley podrían haber muerto ingresando allí, pero es por eso que te inscribiste para el trabajo. Siempre hay un riesgo involucrado”, dijo.
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