La Policía del Capitolio arrestó el miércoles por la tarde a un hombre de 80 años de Georgia por estacionarse ilegalmente en los terrenos del Capitolio de Estados Unidos, en Washington, luego que intentara entregar documentos a la Corte Suprema.
Tony Payne, de Tunnel Hill, Georgia, fue detenido tras admitir que tenía armas en su vehículo, una pequeña furgoneta blanca, lo que llevó a la policía a registrar el vehículo.
La policía encontró dos pistolas y una escopeta en el interior del coche y posteriormente acusó a Payne de arma de fuego no registrada, munición no registrada y de llevar una pistola sin licencia.
Las armas están prohibidas en el recinto del Capitolio. Según la policía, decenas de personas son detenidas cada año por violar la ley.
«Esta tarde la División de Respuesta a Incidentes Peligrosos de la Policía del Capitolio de los Estados Unidos (USCP) desalojó un vehículo sospechoso, que estaba estacionado ilegalmente en los terrenos del Capitolio», dijo la policía en una declaración.
«Alrededor de las 3:45 p.m., los oficiales de la USCP notaron que la van estaba estacionada ilegalmente a lo largo de la cuadra 100 de la calle East Capitol», dijo la USCP. «El conductor nos dijo que tenía armas en la furgoneta. Un K-9 también ‘buscó’ en el vehículo».
Otras dos personas fueron detenidas brevemente por la Policía del Capitolio: una mujer y otro hombre. Ellos no fueron arrestados.
Legisladores enfrentan un aumento de amenazas
«Los individuos dijeron a nuestros investigadores que estaban aquí para entregar documentos a la Corte Suprema de Estados Unidos», dijo la policía. «En la furgoneta también se encontraron una tubería y contenedores, por lo que la División de Respuesta a Incidentes Peligrosos de la USCP realizó un registro exhaustivo y desalojó la furgoneta».
Las autoridades reforzaron las medidas de seguridad en el recinto del Capitolio de Estados Unidos tras la irrupción del 6 de enero de 2021, aumentando las barricadas y los puestos de control vigilados, después que los legisladores hayan expresado su preocupación por su seguridad.
En agosto, la Policía del Capitolio comenzó a buscar a su propio fiscal penal, que se contrataría para supervisar las denuncias de individuos que supuestamente han amenazado o sido violentos con los miembros del Congreso y su personal.
«Este puesto representa al gobierno de Estados Unidos principalmente en la persecución de individuos y/o grupos que han participado en amenazas y/o actos de violencia contra los miembros del Congreso, su personal, los empleados de la Policía del Capitolio de Estados Unidos, los visitantes del complejo del Capitolio, y las instalaciones y propiedades dentro del complejo del Capitolio», dice el anuncio de empleo para un «fiscal adjunto especial de Estados Unidos con sede en las oficinas de distrito de la USCP en Washington, D.C.».
La última detención se produjo en un momento en el que los legisladores están afirmando que han experimentado un aumento de amenazas y enfrentamientos, incluidos el acoso, el vandalismo y las visitas de individuos armados a sus casas, según The New York Times.
Las amenazas contra legisladores que han sido investigadas por la USCP aumentaron en un 144 % entre el primer año en que el expresidente Donald Trump asumió el cargo y el primer año en que el presidente Joe Biden asumió el cargo, según un informe de junio de Axios.
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