Policía del régimen de Nicaragua secuestró y expulsó del país a un grupo de hermanas católicas de la Fraternidad Pobres de Jesucristo de León, denuncia la abogada defensora de derechos humanos, Martha Patricia Molina.
«Los policías sandinistas entraron como delincuentes a media noche de ayer a la casa de las Hermanas de la Fraternidad Pobres de Jesucristo, ellas iban a dejar el país próximamente», denunció la abogada nicaragüense en un tuit.
«Se las llevaron con rumbo desconocido. No sabemos nada de ellas. Espero respeten su vida y su integridad», agregó, señalando que algunos guardias se quedaron en la casa donde ellas residían.
Hasta el momento se desconocen cómo se encuentran las hermanas y cuantas fueron las monjas secuestradas por el régimen.
Horas más tarde, Molina escribió en Facebook que las hermanas fueron expulsadas por el régimen.
La defensora de DD. HH. agregó que las hermanas se encargaban de dar de comer, brindar ropa y oraciones a las personas que se encontraban en situación de calle y abandono, además de personas que inhalaban pegamento y personas alcohólicas en la ciudad de León en el municipio homónimo, al oeste de Nicaragua.
Según una fuente cercana a las monjas, la puerta de la casa donde residían habría sido forzada, informó el medio local el Confidencial.
The Epoch Times se puso en contacto con Molina para conocer más detalles sobre el estado actual de las hermanas.
Las monjas, de origen brasileño, tenían previsto salir del país la próxima semana debido a que el Ministerio de gobernación (MIGOB) del régimen de Daniel Ortega no renovó sus permisos para permanecer en el país.
Las hermanas católicas pertenecen a una Fraternidad católica fundada en Brasil en 2001 por el sacerdote Gilson Sobreiro, formada por consagrados, sacerdotes y laicos católicos para atender a personas en circunstancias de drogas y de calle, según su sitio web.
Hace un año, el régimen de Nicaragua también expulsó a 18 Misioneras de la Caridad de la Orden Madre Teresa de Calcuta, que días después fueron recibidas por la Iglesia Católica de Costa Rica.
Esto ocurre mientras el régimen de Ortega continúa su persecución contra la iglesia católica, marcadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas y la suspensión de relaciones diplomáticas, cierre de cuentas bancarias personales de sacerdotes, etc.
En junio pasado, Molina también denunció el bloqueo de cuentas bancarias personales, sin una razón aparente, de sacerdotes de las diócesis católicas de Granada, Jinotega, Estelí y León.
A fines de mayo, la policía del régimen acusó a la iglesia católica nicaragüense de “lavar dinero”. El régimen también ordenó al cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, que presentara documentos que muestren los movimientos de las cuentas bancarias de las diócesis intervenidas, incluidas: Managua, Matagalpa y Estelí, que son tres de las nueve diócesis católicas en Nicaragua.
Con información de EFE.
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