La policía de Vestavia Hills, Alabama, elogió a un «héroe» que sometió a un tirador activo que mató a tres personas en una iglesia.
El sospechoso, Robert Findlay Smith, es un hombre de 71 años y «asistente ocasional» de la Iglesia Episcopal de San Esteban, según el Departamento de Policía de Vestavia Hills. El incidente ocurrió durante una cena en la iglesia el jueves por la noche, cuando el sospechoso sacó una pistola, alcanzando a tres víctimas.
«Otro asistente al evento sometió al sospechoso, y lo retuvo hasta que llegaron las fuerzas policiales», dijo el capitán del VHPD, Shane Ware, durante una conferencia de prensa el viernes por la mañana.
«Fue extremadamente crítico para salvar vidas», dijo Ware. «En mi opinión, es un héroe».
La policía no reveló el nombre del héroe, pero una noticia local lo identificó como Jim Musgrove, un miembro de la iglesia que «golpeó al tirador con una silla y le quitó el arma» al sospechoso.
La policía identificó a las víctimas como Walter Rainey, de 84 años, Sarah Yeager, de 75, y Jane Pounds, de 84. El primero murió en el lugar de los hechos y las otras dos fallecieron tras ser enviadas al hospital.
En la rueda de prensa, se pidió a Ware que explicara las comunicaciones por radio entre los oficiales de policía durante la situación de tirador activo, que parecían indicar que la policía «había tratado con él antes» y sabía dónde vivía y qué vehículo conducía.
Ware respondió que cualquier interacción de la policía con el sospechoso en el pasado se está investigando actualmente y que es prematuro en este momento para él comentar sobre ese tema.
Un posible motivo está todavía bajo investigación, añadió.
La gobernadora de Alabama, Kay Ivey, emitió un comunicado tras el tiroteo, diciendo: «Esto nunca debería ocurrir».
«Al enterarnos de la impactante y trágica pérdida de una vida en la Iglesia Episcopal de San Esteban en Vestavia, queremos ofrecer nuestras oraciones por la familia de la víctima, los heridos y toda la comunidad de la iglesia», dijo Ivey. «Me alegra saber que el tirador está detenido. Esto no debería ocurrir nunca, ni en una iglesia, ni en una tienda, ni en la ciudad, ni en ningún sitio. Seguimos vigilando de cerca la situación».
El incidente se produce en medio de una serie de tiroteos que atrajeron la atención nacional y suscitaron debates sobre el control de las armas, como el ataque del 14 de mayo en una tienda de comestibles de Buffalo (Nueva York) y el tiroteo del 24 de mayo que dejó 19 niños y dos adultos muertos en una escuela primaria de Uvalde (Texas).
A la luz de los tiroteos, el presidente Joe Biden abogó ante el Congreso por la prohibición de la venta de lo que denominó «armas de asalto y cargadores de alta capacidad».
«Si no podemos prohibir las armas de asalto, entonces deberíamos aumentar la edad para comprarlas de 18 a 21 años. Reforzar los controles de antecedentes. Promover leyes de almacenamiento seguro y leyes de bandera roja. Derogar la inmunidad que protege a los fabricantes de armas de la responsabilidad. Abordar la crisis de salud mental que profundiza el trauma de la violencia con armas de fuego y como consecuencia de esa violencia», dijo Biden en un discurso desde la Casa Blanca.
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