Versiones desencontradas sobre el paradero del periodista británico Dom Phillips, colaborador del diario The Guardian, y del indigenista brasileño Bruno Pereira Araújo aumentaron este lunes la angustia e incertidumbre en Brasil, cuando se cumplen ocho días de la desaparición de ambos en una de las regiones más remotas de la Amazonía.
El hallazgo de dos cuerpos en la región del Valle do Javari, donde Phillips y Araújo fueron vistos por última vez, fue comunicado por familiares del periodista al diario The Guardian y a la televisión brasileña Globo, tras ser contactados por fuentes diplomáticas.
La información, sin embargo, fue desmentida posteriormente por el Comité de Gestión de Crisis creadas para coordinar las búsquedas, así como por asociaciones indígenas que ayudan a rastrear la zona.
«No proceden las informaciones que están siendo divulgadas sobre haber sido encontrados los cuerpos del señor Bruno Pereira y del señor Dom Phillips», comunicó el comité, coordinado por la Policía Federal (PF) y del que forman parte el Ejército, la Marina y la Secretaría de Seguridad Pública regional, con sus policías locales.
El comité reiteró que hasta el momento fueron encontrados materiales biológicos que están siendo analizados, así como las pertenencias personales de los desaparecidos, entre ellos un computador portátil -al parecer de Phillips- y otros objetos personales de ambos en la zona donde se adelantan las búsquedas.
Al respecto, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, afirmó este lunes en entrevista concedida a una radio regional de Recife que fueron encontradas «vísceras humanas» en la zona donde desaparecieron el periodista y el indigenista y manifestó que hay «indicios» de que cometieron «alguna maldad» contra ellos.
«Fueron encontradas vísceras humanas flotando en el río y que ya fueron enviadas a Brasilia para realizar pruebas de ADN», aseguró Bolsonaro, aumentando la confusión sobre el paradero de Phillips y Araújo.
La pista de los dos veteranos profesionales se perdió el 5 de junio cuando se desplazaban desde la comunidad de Sao Rafael, lugar en el que fueron avistados por última vez, hasta el municipio de Atalaia do Norte, en el estado de Amazonas, adonde deberían de haber llegado en esa mañana.
Ambos realizaban una investigación sobre las amenazas de los nativos en el Valle do Javari, la segunda reserva indígena más grande de Brasil y un escenario de conflictos donde predomina el narcotráfico, el robo de madera, la minería ilegal y la pesca y caza furtivas.
Hasta el momento, tan solo una persona ha sido detenida por su posible relación con la desaparición. Se trata del pescador Amarildo da Costa de Oliveira, más conocido como «Pelado», de 41 años, quien fue arrestado el viernes luego de que las autoridades encontraran restos de sangre en una de sus embarcaciones, que fue vista el día del desaparecimiento detrás del barco en el que se transportaban el periodista y el indigenista.
Aumento de la presión internacional
Tras una semana de búsquedas y pocos resultados, organizaciones no gubernamentales y organismos internacionales como la Oficina de Derechos Humanos de la ONU y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA han levantado la voz para instar al gobierno de Bolsonaro a «redoblar» sus esfuerzos para encontrarlos.
El Gobierno intensificó su movilización el último martes, tres días después de la desaparición, solo cuando una juez federal en Amazonas atendió un pedido del Ministerio Público (fiscalía) para las autoridades no escatimar esfuerzos, determinación que fue reforzada también por un magistrado de la Corte Suprema.
A la presión internacional se sumó este lunes la famosa banda de rock irlandesa U2, liderada por el cantante y activista Bono Vox, que publicó en su perfil de Twitter «Estamos esperando saber que les pasó a estos hombres valientes».
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