El lunes, después de que Austria impusiera el confinamiento a todas las personas no vacunadas, el Ministerio del Interior del país confirmó que 120 personas fueron multadas por los policías encargados de hacer cumplir la controvertida orden.
«Los policías llevan a cabo la desagradecida pero importante tarea de inspeccionar los espacios públicos», dijo el ministro del Interior, Karl Nehammer, y añadió que unas 15,000 personas fueron revisadas en toda Austria en las primeras 24 horas de entrada en vigor de la orden. Hasta ahora, dijo Nehammer en una conferencia de prensa, se han impuesto unas 120 multas.
«Es un trabajo duro. La presión para controlar se ha incrementado masivamente, y eso continuará durante los próximos días», dijo, según los medios locales.
Nehammer dijo que los controles se centran principalmente en las calles y restaurantes más concurridos, reportó la publicación austriaca Kronen Zeitung. Quienes se nieguen a participar en los controles se enfrentan a una multa de hasta 1450 euros (1640 dólares).
«Gracias a las patrullas adicionales y a las unidades de reserva que existen en toda Austria, se puede garantizar un alto nivel de control», dijo el director general de Seguridad Pública, Franz Ruf, reportó la publicación Kleine Zeitung.
Durante el fin de semana, el canciller Alexander Schallenberg dijo en una conferencia de prensa que el confinamiento para quienes no estén vacunados contra el COVID-19 entraría en vigor el lunes, y pidió a esas personas que «no salgan de su apartamento» salvo por «ciertas razones». Schallenberg reconoció que alrededor de un tercio de la población austriaca, es decir, unos 2 millones de personas, se verán afectadas por la norma de 10 días.
Los niños menores de 12 años y los que se hayan recuperado recientemente del virus del PCCh (Partido Comunista Chino) estarán exentos de los controles, según el gobierno. Las personas no vacunadas tendrán que permanecer en sus casas a menos que desempeñen actividades o viajes esenciales, estipula la norma.
«Puede ocurrir en cualquier momento y en cualquier lugar», dijo Nehammer el fin de semana, reportó The Guardian. «Todos los ciudadanos tienen que esperar ser revisados».
La medida fue rotundamente criticada por los miembros del partido de la oposición, que cuestionaron la constitucionalidad de la norma. El Partido de la Libertad de derecha dijo que crearía un nivel de ciudadanos de segunda clase, repitiendo las preocupaciones de los grupos de defensa de las libertades civiles sobre los diferentes planes de pasaportes con vacuna que se han puesto en marcha en varias ciudades de Estados Unidos y en la mayoría de los países europeos.
Las manifestaciones estallaron en la capital, Viena, así como en Salzburgo, en respuesta al confinamiento. El Partido de la Libertad dijo que impugnaría la legalidad de la norma.
Pero Schallenberg y otros funcionarios del gobierno dijeron que el confinamiento es necesario para hacer frente a un reciente aumento de los casos de COVID-19 en el país. Alrededor del 65% de la población austriaca está totalmente vacunada, según datos recientes del gobierno.
«Mi objetivo es claramente conseguir que los no vacunados se vacunen y no confinar a los vacunados, a largo plazo, la forma de salir de este círculo vicioso en el que estamos —y es un círculo vicioso, estamos tropezando de ola en ola, y eso no puede continuar ad infinitum— es solo la vacunación», dijo en una entrevista en la radio.
Otros países europeos, como la vecina Alemania y la República Checa, también podrían participar en un confinamiento similar para los no vacunados.
El copresidente del Partido Verde de Alemania, Robert Habeck, dijo que las nuevas restricciones propuestas serían un «confiamiento para los no vacunados». Mientras tanto, el primer ministro de la República Checa, Andrej Babis, dijo esta semana que su país está considerando lo mismo.
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