Las debilidades de las políticas energéticas de la administración Biden se convirtieron en uno de los factores decisivos que impulsaron al presidente ruso Vladimir Putin a invadir Ucrania, dijo Rick Santorum, exsenador estadounidense de Pensilvania.
La guerra necesita ser financiada, y Rusia depende de los ingresos del sector energético para financiar su ejército y seguir alimentando a su pueblo, dijo Santorum en una entrevista del 11 de marzo para el programa «Crossroads» de EpochTV.
Desde que los precios del petróleo aumentaron de unos 60 a 65 dólares por barril hace un año a unos 130 dólares por barril recientemente, Rusia «puede vender la mitad de petróleo y seguir ganando tanto dinero como hace un año, pero va a vender mucho más que la mitad», explicó Santorum.
La combinación de que el presidente Joe Biden haya cerrado la producción estadounidense de petróleo y gas, como el oleoducto Keystone XL, y que Europa sea cada vez más dependiente de la energía rusa debido a la «luz verde al Nord Stream 2», así como que «China tenga a Rusia como comprador de petróleo», ha creado una situación perfecta para Rusia, dijo Santorum.
La industria del petróleo y el gas representa una quinta parte del producto interior bruto de Rusia y supone alrededor del 60 por ciento de las exportaciones del país, según Inside Climate News.
Un informe del Banco Mundial señala que la parte de los ingresos del presupuesto federal ruso procedente del petróleo y el gas aumentó en un 60 por ciento durante los primeros nueve meses de 2021.
A finales de 2021, las ventas rusas de petróleo y gas natural superaron con creces las previsiones iniciales para 2021 como resultado de la subida de los precios, y representaron el 36 por ciento del presupuesto total del país, informó Reuters.
Después de que Biden anunciara el 8 de marzo que Estados Unidos prohibiría las importaciones de petróleo ruso debido a la invasión de Ucrania, el precio del crudo en Europa alcanzó un máximo de 132 dólares por barril, y en Estados Unidos, el precio alcanzó un máximo de 123 dólares por barril, escribió Chadwick Hagan, financiero y empresario, para The Epoch Times.
La política de no comprar petróleo ruso —aunque tiene cierto sentido, dijo Santorum— no va a tener un gran impacto en la capacidad de Rusia de vender petróleo si la mayoría de los países europeos y el resto del mundo siguen comprándolo, dijo.
«Lo que hará frente a los rusos es reducir el precio del petróleo. Y la forma de reducir el precio del petróleo es produciendo más petróleo», dijo Santorum.
Políticas energéticas de la Administración Biden
«Podemos poner en marcha una gran cantidad de producción muy, muy rápidamente. Pero la administración envió el mensaje a las compañías petroleras, que es: ‘No queremos que hagan esto, no queremos que lo hagan en tierras federales. … Vamos a ponérselo difícil. Lo haremos caro para ustedes'».
Las empresas productoras de petróleo no confían en las intenciones del gobierno y son reacias a producir más petróleo, temiendo que la política pueda cambiar en seis meses debido al Green New Deal, dijo Santorum.
Antes de la pandemia, Estados Unidos había sido un exportador de petróleo y gas natural, dijo.
Para poder exportar gas natural, un país necesita instalaciones de transporte en la costa en las que los barcos puedan atracar, llenarse de gas natural y entregarlo a los compradores, dijo Santorum.
Aunque en los últimos años se han construido algunas plantas de transporte de gas en Estados Unidos, se necesitan más, pero la administración Biden está retrasando esos proyectos, explicó.
«Podemos producir todo el gas que el mundo necesita, pero no tenemos las instalaciones para enviarlo porque Biden está reteniendo los permisos», añadió Santorum. «Biden está fortaleciendo a Rusia, debilitando el dominio de Estados Unidos en el área petrolera, todo en beneficio de los rusos».
«La Comisión Federal de Regulación de la Energía (FERC) emitió dos declaraciones políticas que dejaban claro que los obstáculos para permitir las terminales de gas natural licuado (GNL) y sus gasoductos de alimentación serían cada vez más altos, no más bajos», dijo Tom Pyle, presidente del Instituto de Investigación Energética, cuando testificó ante un comité del Congreso el 8 de marzo.
En lugar de producir más petróleo en casa, Washington está pidiendo a Venezuela, Arabia Saudita e Irán que produzcan más petróleo, dijo Santorum.
El gobierno de Biden está tratando de asegurar el suministro de petróleo de Venezuela mediante la eliminación de las sanciones al país. Las sanciones de Estados Unidos contra Venezuela comenzaron bajo el expresidente Barack Obama. Bajo la administración de Trump, las sanciones económicas se endurecieron, específicamente en el sector petrolero, mientras que la producción nacional de petróleo se incrementó significativamente.
Las sanciones tenían como objetivo obligar al dictador socialista venezolano Nicolás Maduro a abandonar el poder, ya que las elecciones de 2018 —que lo colocaron como presidente del país— fueron consideradas fraudulentas por Washington y más de 50 naciones.
No solo Rusia se beneficia de las políticas estadounidenses que impulsan los precios del petróleo en todo el mundo, sino también países como Venezuela y Arabia Saudita, dijo Santorum.
«La mayoría de ellos no son aliados naturales de Estados Unidos», dijo.
Una alternativa a los altos precios de la gasolina promovida por la administración Biden son los coches eléctricos. Sin embargo, solo «la gente de ingresos medios-altos de Estados Unidos puede permitirse comprarlos», dijo Santorum.
El secretario de Transporte, Pete Buttigieg, dijo en una entrevista a MSNBC en noviembre de 2021 que el proyecto de ley Build Back Better «contiene incentivos que hacen más asequible la compra de un vehículo eléctrico —hasta un descuento de 12,500 dólares, en efecto, para las familias que estén pensando en adquirir un vehículo eléctrico, familias que, una vez que posean ese vehículo eléctrico, no tendrán que preocuparse nunca más por los precios de la gasolina», dijo Buttigieg.
El comentarista Thomas McArdle escribió para The Epoch Times que una parte de este descuento se aplicará solo a los coches producidos con mano de obra sindicalizada dentro de Estados Unidos. Señaló que el precio de la electricidad también está aumentando.
Con la colaboración de Mark Tapscott y Naveen Athrappully.
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