Las nuevas leyes propuestas por Polonia podrían aplicar multas masivas a los gigantes tecnológicos que censuren a los usuarios o eliminen publicaciones por motivos ideológicos, según el viceministro de Justicia del país, Sebastian Kaleta.
En declaraciones a Fox News, Kaleta dijo que las empresas de redes sociales han estado atacando a los conservadores, al cristianismo y a los valores tradicionales prohibiéndoles o eliminando publicaciones.
«Vemos que cuando las grandes empresas tecnológicas deciden eliminar contenidos con fines políticos, se trata en su mayoría de contenidos que elogian los valores tradicionales o que ensalzan el conservadurismo», dijo Kaleta, y añadió: «y se eliminan en virtud de su ‘política de incitación al odio’ cuando no tienen ningún derecho legal a hacerlo».
Según la nueva legislación, cualquier plataforma que prohíba a un usuario o elimine publicaciones por motivos ideológicos se enfrentará a multas de 13.5 millones de dólares, a menos que el contenido sea también ilegal según la legislación polaca. Se creará un comité de arbitraje para supervisar las disputas.
La decisión de Polonia se produce tras la prohibición de las cuentas del expresidente Donald Trump en Twitter, Facebook e Instagram, después de que se le culpara de incitar a la violencia en la manifestación del 6 de enero en el Capitolio de Estados Unidos.
«La libertad de expresión no es algo que deban decidir moderadores anónimos que trabajan para empresas privadas», dijo Kaleta.
«En su lugar, eso corresponde al organismo nacional; los funcionarios debidamente elegidos y todas las industrias, la del automóvil, la telefónica, la financiera, no estaban reguladas hasta que crecieron demasiado; lo mismo debe ocurrir con las grandes empresas tecnológicas».
«Es muy preocupante porque si las grandes empresas tecnológicas se ven a sí mismas como una organización con el poder suficiente para prohibir a un presidente en ejercicio de Estados Unidos, se envía un mensaje al mundo: que podemos prohibir a cualquiera, cuando queramos», añadió.
Cuando presentó la nueva legislación, Kaleta señaló que Polonia ha pasado 45 años bajo el comunismo, una experiencia que, según dijo, le ha enseñado el valor de la libertad de expresión y la necesidad de saber cuándo trazar una línea frente a las nuevas e inquietantes tendencias hacia la censura.
El mes pasado, el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, anunció la introducción de leyes para proteger la libertad de expresión en internet, al tiempo que denunció a las grandes empresas tecnológicas por ahogar la libertad de expresión en las plataformas de redes sociales.
En un extenso posteo en Facebook el 13 de enero, Morawiecki escribió que internet, con el tiempo, ha llegado a ser dominado por corporaciones internacionales que tratan la actividad online de las personas como una fuente de ingresos y una herramienta para aumentar su dominio global.
«También han introducido sus propias normas de corrección política y combaten a quienes se oponen a ellas», añadió Morawiecki.
«Ahora nos enfrentamos cada vez más a prácticas que creíamos que habían quedado en el pasado. La censura de la libertad de expresión, antaño dominio de los regímenes totalitarios y autoritarios, está ahora de vuelta, pero en una nueva forma, dirigida por las corporaciones, que silencian a los que piensan de forma diferente».
«El debate consiste en el intercambio de opiniones, no en silenciar a la gente. No tenemos que estar de acuerdo con lo que escriben nuestros oponentes, pero no podemos prohibir a nadie que exprese opiniones que no contravengan la ley», añadió.
Morawiecki dijo que el país adoptaría leyes nacionales acordes para regular las operaciones de Facebook, Twitter, Instagram y otras plataformas similares.
Hungría también está siguiendo a Polonia en la lucha contra la censura en las redes sociales, y la ministra de Justicia, Judit Varga, declaró el mes pasado que el gobierno del primer ministro Viktor Orban no tolerará intrusiones en la libertad de expresión.
En un posteo de Facebook, Varga planteó la posibilidad de sancionar a las empresas de redes sociales por lo que llamó «abusos sistemáticos» de la libertad de expresión e indicó que iba a presentar un proyecto de ley a finales de este año para «regular las operaciones nacionales de las grandes empresas tecnológicas».
Alegó que ella misma también había sido «prohibida en la sombra» por Facebook, y se quejó de que las principales redes sociales «limitan la visibilidad de las opiniones cristianas, conservadoras y de derechas», y acusó a «los grupos de poder que están detrás de los gigantes tecnológicos mundiales» de tener el poder de decidir las elecciones.
Varga dijo en su posteo que el asunto debería ser regulado a nivel de la Unión Europea, pero dijo que podría ser necesaria una acción más rápida. «Sin embargo, debido a los abusos sistemáticos, es posible que tengamos que dar un paso más rápido», dijo.
Con información de Reuters.
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