En una reciente visita a Chile durante su gira sudamericana, el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, advirtió sobre la influencia de China en la continua crisis de Venezuela.
«El financiamiento de China al régimen de Maduro contribuyó a precipitar y prolongar la crisis en ese país. China invirtió más de 60.000 millones de dólares -60.000 millones de dólares- sin condiciones», dijo Pompeo en un discurso pronunciado el 12 de abril. Esta cifra se cita a menudo como la cantidad de préstamos y negocios que China ha firmado con Venezuela desde el cambio de siglo.
El secretario de Estado agregó: «No es de extrañar que Maduro usara el dinero para tareas como pagar a sus secuaces, aplastar a los activistas pro-democracia y financiar programas sociales ineficaces».
Después de más de dos décadas de políticas socialistas, Venezuela se encuentra en una crisis socioeconómica marcada por la escasez de alimentos y la hiperinflación. La crisis llevó a que Juan Guaidó, líder de la Asamblea Nacional de Venezuela, controlada por la oposición, se declarara presidente encargado el 23 de enero, para desafiar al dictador venezolano Nicolás Maduro, quien está en el poder desde 2013.
Desde entonces, más de 50 países, entre ellos Estados Unidos, Argentina, Colombia y Brasil, han reconocido a Guaidó. Varios países, entre ellos Rusia y China, han expresado su apoyo a Maduro. Este último critica a Estados Unidos por «inmiscuirse» en el país sudamericano.
Pompeo tuvo palabras fuertes en respuesta a esas acusaciones: «China y otros países están siendo hipócritas al pedir la no intervención en los asuntos de Venezuela. Sus propias intervenciones financieras han ayudado a destruir ese país».
Según Reuters, Venezuela tiene una deuda de unos 150.000 millones de dólares, siendo China el mayor acreedor. Los préstamos chinos han financiado proyectos de infraestructura, la construcción de fábricas y, bajo la dirección del ex líder Hugo Chávez, programas de ayuda a los pobres.
Las preocupaciones de Pompeo fueron compartidas por el senador estadounidense Rick Scott (republicano), quien habló sobre el futuro de Venezuela en el centro de estudios American Enterprise Institute, con sede en Washington, el 11 de abril.
«China elude las sanciones que hemos impuesto al régimen [de Maduro] invirtiendo en el país y concediendo generosos préstamos para apuntalar la dictadura de Caracas», dijo Scott.
Scott advirtió que Estados Unidos no puede permitir que China, así como Rusia y Cuba, «se afiancen en Venezuela», pues no solo ven a Venezuela como una «oportunidad económica», sino como «una oportunidad para intimidar a Estados Unidos».
El apoyo militar de Beijing
Beijing ha sido uno de los mayores proveedores militares de Venezuela en los últimos años. Según un artículo del 9 de abril de la revista Foreign Policy, que cita datos del ejército estadounidense, China vendió más de 615 millones de dólares en armas a Venezuela en los últimos 10 años.
Los detalles de las ventas militares de China a Venezuela se dieron a conocer en septiembre de 2017, cuando Evan Ellis, asociado principal del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, con sede en Washington, testificó en una audiencia del Congreso.
China ha suministrado a Venezuela sistemas de armas convencionales y municiones, así como «vehículos antidisturbios y otros equipos para ayudar al régimen a sofocar las protestas», según Ellis. Algunas de las armas convencionales incluyen radares militares, aviones de combate y lanzacohetes.
Grandes porciones de las armas chinas vendidas desde 2014, como tanquetas y revólveres, son destinadas a la Guardia Nacional Bolivariana del régimen de Maduro, conocida por suprimir las protestas civiles.
Grupos de derechos humanos como Human Rights Watch (HRW) y Amnistía Internacional han identificado a la Guardia Nacional Bolivariana, una fuerza de seguridad militar, por el uso excesivo de la fuerza contra manifestantes. Según HRW, la policía venezolana y la Guardia Nacional Bolivariana llevaron a cabo redadas en los barrios en 2015 que condujeron a ejecuciones extrajudiciales y detenciones arbitrarias masivas.
Además de vender armas, Beijing también ha proporcionado entrenamiento técnico y ejercicios militares en China para oficiales venezolanos, según Ellis. Por ejemplo, en julio de 2017, tropas aerotransportadas de siete países, entre ellos Venezuela, Rusia e Irán, participaron en un ejercicio militar en la ciudad de Guangshui, en la provincia de Hubei, en el centro de China, según el periódico Diario del Pueblo, el portavoz del régimen chino.
«No hay otro actor en América Latina, con la posible excepción de los cubanos, que controla tanto el destino de Nicolás Maduro y sus secuaces como China», dijo Ellis a Foreign Policy.
El almirante Craig Faller, de cuatro estrellas de la Armada y jefe del Comando Sur de Estados Unidos, también advirtió sobre la amenaza de China para Venezuela y otros países, en comentarios a Foreign Policy.
«Creo que la mayor amenaza a la democracia y a la forma de vida en todo el mundo es la tendencia que vemos en China», dijo Faller.
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