El secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, se dirigió el domingo a las recientes críticas por ser una persona «abiertamente religiosa» en su posición como el diplomático más importante de Estados Unidos.
A su regreso de una gira por cuatro países, Pompeo hizo referencia a las críticas sobre el papel de su fe como el diplomático más importante de Estados Unidos, en respuesta a las recientes declaraciones de la exasesora de seguridad nacional del gobierno de Barack Obama, Susan Rice.
«Mike Pompeo fue un secretario de estado abiertamente religioso, lo que en sí mismo es problemático porque una vez más se supone que representa a todo Estados Unidos, a todas nuestras religiones», dijo Rice a Rachel Maddow de MSNBC el mes pasado.
Pompeo, quien ha hablado abiertamente sobre su fe cristiana, dirigiéndose desde la iglesia Bautista Prestonwood en Plano, Texas, destacó la importancia de la fe en Estados Unidos y el papel que juega en su trabajo.
También se refirió a un análisis de noticias del New York Times (NYT) que decía que el hecho de que Pompeo hablase sobre cristianismo y la política exterior «plantea cada vez más preguntas sobre el grado en que las creencias evangélicas están influyendo en la diplomacia estadounidense».
«Este dice [el NYT] que ‘ningún secretario de Estado en las últimas décadas ha sido tan abierto y ferviente como el Sr. Pompeo en cuanto a discutir el cristianismo y la política exterior al mismo tiempo’”, dijo el secretario de Estado.
«Sabemos que Estados Unidos está en su mejor momento cuando la fe está en el escenario público», añadió. «Nosotros defendemos los derechos humanos dentro y fuera de nuestras fronteras como ninguna otra nación en la historia de la civilización. Además no somos perfectos. A veces nos equivocamos. De hecho, en Estados Unidos, en nosotros —una de nuestras mayores fallas ha sido no reconocer el lugar que la fe debe ocupar en nuestras vidas».
«Miren, conectar la fe con la política exterior de Estados Unidos es un imperativo. Es importante. Es algo bueno. Me lo recordaron esta semana, justo el martes de la semana pasada», dijo Pompeo, señalando que en ese momento estaba en la ceremonia del 15 de septiembre en la Casa Blanca cuando se firmaron los dos históricos acuerdos de paz en Oriente Medio entre varios estados del Golfo e Israel.
«Muchas cosas que hicimos permitieron eso. El presidente tomó la decisión de reconocer esta tierra bíblica y Jerusalén como la capital legítima de esa nación”.
«Pero al final, esos líderes, tanto en público como en privado, dejaron muy claro que estaban seguros que su fe estaba en el centro de este logro, eso es lo que fuimos capaces de lograr colectivamente», dijo Pompeo.
«Aunque estas naciones tuvieron y probablemente tendrán desacuerdos en muchas cosas en el futuro, estoy seguro que su fe fue lo que los llevó a ser capaces de llegar al lugar correcto para tomar estas buenas decisiones para ambos pueblos. No es una coincidencia que los acuerdos históricos entre Israel y Emiratos Árabes Unidos e Israel y Bahrein se conozcan como los Acuerdos de Abraham».
La fe, añadió Pompeo, no solo es poderosa sino que es requerida por la tradición estadounidense.
«Especialmente en estos tiempos difíciles, mantener la fe en el escenario público no es simplemente aceptable, sino que es un imperativo», dijo. «El hecho de que somos seres humanos, lo reconocieron nuestros fundadores. Además estos hombres, estos increíbles hombres de hace más de 240 años, consagraron en nuestros documentos centrales que la fe estaría de hecho en el escenario público. Tenemos que estar a la altura de eso todos y cada uno de los días».
«En Estados Unidos, tenemos un entendimiento muy amplio. Si no tienes fe y esa es tu elección, por esa razón nosotros no permitimos que un gobierno nacional establezca una religión estatal. Sin embargo todos los presentes saben cómo son las naciones cuando se pisotea la libertad religiosa y se elimina la fe del escenario público».
Pompeo señaló a las naciones donde la libertad de religión ha sido desterrada del escenario público, diciendo que el «ejemplo más atroz» hoy en día tal vez sea el Partido Comunista Chino y su tratamiento contra los uigures musulmanes y otras minorías étnicas, de los cuales más de un millón han sido detenidos en una red de centros de reclusión en la región de Xinjiang.
«Esterilizaciones forzadas, abortos forzados, hoy en día, en el mundo en el que vivimos», dijo Pompeo. «Son sometidos, sometidos a la tortura y peor».
«Esto es parte del constante ataque del Partido Comunista Chino a la fe. Es una guerra contra la fe que ha estado ocurriendo durante décadas. Estados Unidos, por primera vez en muchos años, se enfrenta a esto de forma seria con el presidente Trump».
Respondiendo a las críticas que Rice emitió a Pompeo a fines del mes pasado, Ashley McGuire de la Asociación Católica dijo que creía que su comentario «perpetúa el patrón de intolerancia antirreligiosa del Partido Demócrata».
«Los demócratas dejaron claro que creen que la fe no tiene lugar en Estados Unidos», dijo McGuire al Washington Free Beacon. «De hecho, es la larga tradición de Estados Unidos proteger el derecho de las personas de todos los credos, incluidos los que ocupan cargos públicos, de hablar abiertamente sobre sus creencias, lo que ha hecho de este un país pluralista».
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