Encuentro divertido leer a algunos analistas que afirman que la devaluación sigilosa del yuan por parte del gobierno chino ha compensado el impacto de los aranceles.
Un arancel del 10 por ciento perjudica a una pequeña parte de la economía. En cambio, una devaluación del 10 por ciento perjudica masivamente a todos los ciudadanos chinos por igual.
La devaluación del yuan no es una herramienta para las exportaciones. Las devaluaciones son una forma de control de precios y una reducción camuflada de salarios. Como tales, dañan más de lo que pretenden proteger.
Sin embargo, con el aumento de la deuda de hogares y empresas, la devaluación del yuan es un disparo en el pie de la economía, ya que el poder adquisitivo está disminuyendo y la capacidad de pago de los préstamos está cayendo. Es un error creer que una devaluación no representa un problema para la deuda contraída en yuanes. Los márgenes caen porque el yuan está devaluado, pero los costos no están disminuyendo en la misma proporción.
La mayor parte de los costos corporativos –energía, costos fijos, bienes importados y servicios– no caen con el yuan sino que aumentan, y las necesidades de capital circulante también aumentaron como hemos visto en los resultados publicados de la mayoría de las empresas del Índice Compuesto de Shanghai. Alrededor del 65 por ciento del índice genera rendimientos por debajo del costo del capital y la mayoría de las empresas pagan intereses con deuda adicional, según Moody’s, y también se hace evidente en los resultados publicados en el segundo trimestre.
El descalabro de la deuda
El ingreso disponible de los hogares también está disminuyendo, y la inflación parece subestimada por las estadísticas oficiales. La mayoría de los análisis independientes sitúan la inflación real más cerca de 2 puntos porcentuales por encima de lo que muestran los datos oficiales. El costo de la vida aumentó mucho más rápidamente de lo que sugiere la inflación general, y la reciente devaluación se suma a este problema, lo que hace que la capacidad de pago de deudas sufra con una moneda más débil.
Existen numerosas razones por las que deberíamos preocuparnos por la decisión de China de poner fin a su control de la expansión del crédito. El gobierno ha estado alentando préstamos de mayor riesgo mediante la reducción de las tasas de interés para depósitos y bombeando liquidez al sistema.
El rescate silencioso, que ha llevado al Banco Popular de China a inyectar cientos de miles de millones de dólares en el sistema financiero, no está reduciendo el exceso de riesgo, sino que lo está fomentando.
La producción industrial también está mostrando evidentes señales de desaceleración de la inversión fija.
La burbuja inmobiliaria es claramente una amenaza, y el crecimiento del crédito está perdiendo impulso.
El crecimiento de la oferta monetaria de China supera el crecimiento de la oferta monetaria de Estados Unidos, mientras que una parte significativa de la inversión fija y del crédito se destina a sectores de baja productividad, o genera rendimientos por debajo del costo del capital.
Otra extraña idea de los observadores externos es que el yuan está “respaldado por el oro”, la cual desaparece rápidamente cuando se observa el total de reservas de oro en comparación con la oferta monetaria. Las reservas de oro son menos del 0,25 por ciento de la oferta monetaria de China.
Desafortunadamente, la devaluación sigilosa de China no está haciendo al país más competitivo, sino que está haciendo que la deuda de los hogares y de las empresas sea más riesgosa a medida que disminuye el poder adquisitivo del yuan. Pero las autoridades parecen considerarlo necesario para evitar que colapse el castillo de naipes de la deuda.
Por otro lado, las reservas de divisas extranjeras se mantienen casi un 20 por ciento por debajo del nivel máximo, y el Banco Popular de China ha abandonado su objetivo de luchar contra el endeudamiento excesivo.
En resumen, la devaluación del yuan no está resolviendo los problemas de la economía. Al mantener controles de capital desacertados y evitar las reformas estructurales necesarias, la devaluación está acelerando los problemas de la economía china al tiempo que perjudica a los ahorristas, trabajadores y jubilados del país.
Daniel Lacalle es economista jefe del hedge fund Tressis y autor de “Escape from the Central Bank Trap”, publicado por BEP.
Los puntos de vista expresados en este artículo son las opiniones del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de La Gran Época.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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