¿Cuántos de nosotros hemos crecido cantando las alabanzas de la multitarea? (multitasking) ¿Ese faro de productividad al que se supone que todos debemos aspirar? Pero la fea verdad es que la multitarea no solo es mala para nuestro cerebro, sino que resulta que sencillamente no estamos diseñados para ella.
La mayoría de nosotros pasamos gran parte del día realizando varias tareas a la vez. Ya sea escuchando la radio mientras preparamos el desayuno, leyendo el periódico mientras comemos, o desplazándonos por nuestro feed de Instagram mientras estamos en el trabajo, estamos haciendo rutinariamente varias cosas al mismo tiempo.
La multitarea parece una buena manera de ser productivo haciendo muchas cosas a la vez. Pero, lo que en realidad sucede es que estamos cambiando nuestra atención de una cosa a otra porque el cerebro simplemente no puede hacer más de una cosa a la vez. De hecho, las investigaciones demuestran que la multitarea reduce nuestra capacidad de concentración, aumenta los niveles de estrés y hace que cometamos más errores.
La multitarea y el cerebro
Recientemente, se realizaron muchas investigaciones sobre el funcionamiento y las limitaciones de procesamiento del cerebro. Un artículo publicado en la revista Cerebrum en 2019 resume varios hallazgos interesantes, entre ellos que tendemos a sobreestimar nuestra capacidad para realizar multitareas de manera efectiva cuando, en realidad, casi no hay correlación con nuestras habilidades reales. La investigación demostró que el cerebro está adaptado para hacer solo una cosa a la vez y la multitarea supone una carga para varios sistemas importantes. Las investigaciones demuestran que los multitareas completan las tareas más lentamente, con menos eficiencia y se distraen más fácilmente.
También es interesante observar que se encontraron algunas correlaciones entre los multitareas crónicos y ciertos rasgos de la personalidad, un ejemplo de lo cual es que los multitareas crónicos tienden a ser más impulsivos, aunque todavía no está claro si las personas con ciertos rasgos tienden a realizar más multitareas o si los multitareas pesados están realmente recableando sus cerebros.
En un estudio realizado en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, los científicos presentan los peligros de la multitarea, especialmente en el contexto de la conducción. Cuando el cerebro pasa de una tarea a otra, utiliza lo que los neurólogos denominan función ejecutiva. Se trata de procesos cognitivos que sirven para determinar cómo, cuándo y en qué orden se realizan las tareas.
Esto ocurre en dos partes. El cambio de objetivos y la activación de reglas.
- El cambio de objetivo es lo que ocurre cuando decidimos pasar a hacer otra cosa.
- La activación de las reglas se produce cuando el cerebro desplaza su atención de la información necesaria para realizar la tarea actual a la información necesaria para realizar la nueva.
Esto es lo que los psicólogos llaman «costes de cambio de tarea», que son los efectos negativos asociados al cambio de una tarea a otra. El resultado es una disminución de la precisión y un aumento del tiempo necesario para completar la tarea. Todos estos procesos duran fracciones de segundo, pero ese tiempo puede acumularse cuando cambiamos continuamente de una a otra, y puede ser potencialmente peligroso cuando hacemos algo en lo que nuestra atención es fundamental, como conducir.
Las conclusiones del estudio del MIT explican que nuestros ojos solo son capaces de ver con claridad en el centro de nuestra visión y el cerebro «rellena» el resto de la información en el campo visual. El adulto medio solo es capaz de percibir y procesar tres o cuatro cosas simultáneamente, y el rendimiento cognitivo disminuye cuanto más intentamos procesar. La multitarea puede ser benigna cuando hacemos algo como doblar la ropa mientras vemos la televisión, pero puede ser catastrófica en tareas en las que importan fracciones de segundo, como la conducción. El estudio estima que la conducción distraída es responsable del 50% de los accidentes en carretera.
Una visión oriental de la multitarea
En la medicina oriental, los efectos nocivos de la multitarea son bien conocidos, pero su origen es quizá inusual. Se considera que la multitarea no afecta al cerebro en sí, sino al bazo. Sí, ha leído bien. El bazo recibe poca atención en la medicina occidental, pero es de vital importancia en la medicina oriental. El bazo está situado en el cuadrante superior izquierdo del abdomen, es una parte importante del sistema inmunitario y es el mayor órgano linfático del cuerpo.
En la medicina oriental, el bazo y el estómago son los principales órganos de la digestión. Pero no se trata de la digestión en el sentido tradicional. El bazo y el estómago digieren y procesan no sólo la comida y la bebida, sino todos los estímulos que llegan a través de nuestros órganos sensoriales.
Desde este punto de vista, el bazo está directamente relacionado con nuestra capacidad de procesar información. La forma en que gestionamos nuestros pensamientos, nos concentramos, ejercemos el discernimiento y formamos intenciones depende de la fuerza del bazo.
Esta idea puede parecer extraña, pero cuanto más aprendemos sobre la imposible complejidad del cuerpo humano, más aprendemos que funciona como un todo altamente integrado. Ahora se reconoce que lo que comemos afecta al estado de ánimo, y que la forma en que nos movemos afecta a la cognición y a nuestras posibilidades de desarrollar Alzheimer.
Así, mientras la ciencia occidental describe la multitarea basándose únicamente en sus efectos en el cerebro, es importante reconocer que lo que ocurre en la mente tiene efectos que desencadenan en el cuerpo. Desde el punto de vista de la medicina oriental, el bazo desempeña un papel importante en este proceso.
Tanto la preocupación como el exceso de pensamiento están asociados al bazo, y el exceso de cualquiera de ellos impide su capacidad de realizar funciones importantes en el cuerpo. Esto no es diferente al descubrimiento de que el estrés cambia la bioquímica del cuerpo de manera profunda, despertando diferentes hormonas y activando o apagando diferentes procesos. Del mismo modo, un bazo debilitado por otros factores, como demasiados estímulos externos, hace que una persona sea más susceptible a las preocupaciones, que pueden convertirse en cosas como la ansiedad y la depresión, habituales en el mundo moderno.
Y al igual que la nutrición o el ejercicio pueden afectar a nuestras emociones y a nuestra neurología, desde el punto de vista oriental, el frío es un factor importante que perjudica la capacidad del bazo para digerir y procesar adecuadamente. El frío ralentiza, endurece y constriñe varios procesos del cuerpo y también se considera que «apaga el fuego digestivo». Poner hielo en las bebidas y comer alimentos fríos, especialmente helados, debilita el bazo. El bazo también tiene importantes responsabilidades en la creación del qi, que es la fuerza energética que impulsa todos los procesos biológicos, por lo que mantener su funcionamiento óptimo es importante para la salud de todo el cuerpo. El qi se crea en gran medida a partir de los alimentos que comemos y del aire que respiramos.
Desde el punto de vista oriental, una de las mejores formas de apoyar al bazo y garantizar que pueda procesar los distintos estímulos de forma adecuada es hacer una cosa a la vez, y hacerlo con una intención consciente. Esto permite que el bazo concentre toda su energía en la tarea en cuestión de manera eficiente, sin desperdicio.
Una forma de apoyar esto es reduciendo otras cargas en el bazo. Por ejemplo, se puede reducir la carga digestiva tomando sopas. Éstas se calientan y requieren poca energía para ser digeridas. Esa es también la razón por la que se prescriben cuando estamos enfermos, ya que nuestro cuerpo necesita conservar energía para luchar contra los patógenos invasores.
También podemos ayudar al bazo a conservar su preciosa energía masticando bien los alimentos. Esto, junto con comer despacio y con atención, sin hacer nada más, son formas sencillas pero muy eficaces de mantener el bazo en buen estado de funcionamiento.
Teniendo esto en cuenta, el bazo es un órgano muy sobrecargado en el contexto de nuestro ajetreado estilo de vida moderno. Nuestras vidas sobrecargadas, los complejos alimentos procesados, las toxinas ambientales y la cacofonía de los medios de comunicación nos dejan abrumados. Esto no solo afecta al cerebro, sino también a la capacidad limitada del bazo para digerir y procesar. Hacer una cosa a la vez y tomar descansos frecuentes es importante para un cuerpo y una mente sanos.
Romper el hábito
Los científicos sugieren algunas formas de romper el hábito de la multitarea.
Lo primero que hay que hacer es evaluar todas las cosas que se quieren realizar y priorizarlas. A continuación, haga primero la más importante e intente dedicarle un tiempo específico, como una o dos horas, antes de pasar a la siguiente tarea de la lista.
Programe un momento específico del día para hacer cosas como revisar su correo electrónico, mirar las redes sociales y cualquier otra cosa que sienta que acapare su atención. Esto permitirá que su mente se relaje, sabiendo que podrá hacer esas cosas, pero también le permitirá centrarse en la tarea que tiene entre manos.
Poner los teléfonos móviles y otros dispositivos que causan distracciones en otra habitación también puede ayudar a romper el hábito de la multitarea. Eliminar la tentación de revisar el correo electrónico o mirar las notificaciones ayudará a su cerebro a concentrarse, a su cuerpo a relajarse y a ser más productivo.
La multitarea parece ser un subproducto natural de vivir en un entorno de ritmo rápido y tener una gran cantidad de información al alcance de la mano. Aunque se trata de una ventaja maravillosa de la tecnología y de vivir en la era de la información, equilibrar la cantidad de información que recibimos en un momento dado puede resultar un poco más difícil.
El hecho de que la ciencia esté descubriendo que esto simplemente no es bueno para nosotros y que los beneficios que podemos sentir por hacer muchas cosas a la vez simplemente no existen, puede animarnos a volver a hacer una sola cosa a la vez con atención y concentración. Al fin y al cabo, parece que esta es la forma en que fuimos diseñados.
Emma Suttie es médico acupunturista y fundadora de Chinese Medicine Living, un sitio web dedicado a compartir cómo utilizar la sabiduría tradicional para llevar un estilo de vida saludable en el mundo moderno. Ha vivido y ejercido en 4 países y ahora trabaja a través de su consulta Thrive Consulting. Es una amante del mundo natural, de las artes marciales y de una buena taza de té.
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