El portaaviones de propulsión nuclear USS Theodore Roosevelt y su equipo de ataque llegaron a Corea del Sur para realizar ejercicios navales conjuntos en el contexto de un nuevo pacto de defensa mutua entre Rusia y Corea del Norte.
Los buques de guerra entraron en la base naval de la ciudad suroriental de Busan el sábado por la mañana hora local, informó la Marina surcoreana en una declaración. El portaaviones de clase Nimitz está escoltado por un par de destructores equipados con el sistema de combate Aegis, el USS Halsey y el USS Daniel Inouye.
El grupo de ataque del portaaviones participará en un nuevo ejercicio trilateral multidominio en el que a finales de este verano participará Japón. El ejercicio, denominado Freedom Edge, fue anunciado por los jefes de defensa de los tres países a principios de junio en una conferencia de seguridad regional celebrada en Singapur.
Los navíos llegaron unos siete meses después de que otro portaaviones estadounidense, el USS Carl Vinson, atracara en Busan el pasado noviembre. También supone la primera visita del USS Theodore Roosevelt, según la Armada surcoreana.
Esta última visita «demuestra la sólida postura de defensa combinada de la alianza entre Estados Unidos y Corea del Sur y su decidido compromiso de responder a las crecientes amenazas de Corea del Norte», añadió la Marina.
La escala en el puerto se produjo un día después de que Seúl convocara al embajador ruso para protestar por la firma de un tratado de defensa mutua entre Rusia y Corea del Norte, que incluye el compromiso de acudir en ayuda mutua en caso de ataque.
El tratado eleva la relación de los dos países vecinos a una «asociación estratégica integral». El documento especifica que si cualquiera de las partes entra en guerra tras ser invadida, «la otra parte proporcionará asistencia militar y de otro tipo con todos los medios que posea sin demora», según un texto del tratado publicado por los medios estatales norcoreanos.
El acuerdo se firmó el 19 de junio durante el viaje del presidente ruso Vladimir Putin a Pyongyang, donde fue recibido por el líder norcoreano Kim Jong Un, en una fastuosa ceremonia de bienvenida.
La visita del Sr. Putin a Corea del Norte, la primera desde el año 2000, se produjo después de que el Sr. Kim viajara en su tren blindado a Rusia el pasado mes de septiembre, cuando las fuerzas rusas en Ucrania se preparaban para una contraofensiva de sus enemigos armados con armas proporcionadas por los aliados occidentales.
Se ha especulado ampliamente con que el Sr. Kim ofreció rellenar el agotado arsenal de armas del Sr. Putin a cambio de tecnología militar rusa que ayudaría a impulsar las ambiciones nucleares de Corea del Norte y a potenciar sus capacidades bélicas.
El que los lazos entre Moscú y Pyongyang se profundicen sigue preocupando a Washington y a sus aliados de Asia Oriental, quienes han acusado repetidamente a Corea del Norte de enviar misiles y proyectiles de artillería a Rusia para que los utilice contra Ucrania.
En enero, la Casa Blanca informó de qué misiles balísticos producidos en Corea del Norte habían sido disparados a Ucrania desde Rusia. Al mes siguiente, el Departamento de Estado de Estados Unidos dijo que Corea del Norte había entregado más de 10,000 contenedores de municiones a Rusia desde septiembre de 2023.
El suministro de municiones por parte de Corea del Norte forma parte de una coalición más amplia que mantiene en funcionamiento la maquinaria bélica de Rusia, dijo el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, al comparecer ante el Senado.
«Nosotros vimos cómo Rusia se comprometió con Corea del Norte, que le suministró bastantes municiones y misiles, y cómo los aviones no tripulados suministrados por Irán realmente ayudaron a empezar a cambiar un poco las cosas allí para Rusia, y cómo les permitió volver a ponerse de pie, además de aumentar su producción en su base industrial», dijo el Sr. Austin a los senadores en una audiencia sobre el presupuesto el 8 de mayo.
«Sin la ayuda de Irán, Corea del Norte y China, esto probablemente no habría ocurrido en el grado en que ha ocurrido», dijo el Sr. Austin, refiriéndose al estado actual de la prolongada guerra en Ucrania.
Funcionarios rusos y norcoreanos negaron su implicación en tales transferencias de armas.
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