Desde que se convirtió en la candidata presidencial del Partido Demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris está definiendo su plataforma política en tiempo real.
Al entrar tarde en la carrera presidencial y sin una plataforma escrita, está «organizando» sus posiciones a través de declaraciones públicas. A veces esas posiciones coinciden con las del presidente Joe Biden, a veces divergen, y a menudo difieren de sus posiciones anteriores.
«Creo que la única ventaja de Harris es que le quedan menos de 100 días», dijo Ford O’Connell, estratega republicano, a The Epoch Times. Dada esa breve ventana, puede ser más fácil para ella presentar sus posiciones políticas que para sus oponentes políticos definirla.
He aquí un resumen de sus opiniones actuales sobre las principales cuestiones, comparadas tanto con sus declaraciones anteriores como con las políticas de Biden.
Aborto
Harris hizo del acceso al aborto una pieza central de su campaña, contrastándose a menudo con la del expresidente Donald Trump, que nombró a tres jueces de la Corte Suprema que votaron a favor de anular Roe v. Wade.
Al igual que Biden, Harris está a favor de una legislación federal para restablecer la protección nacional del acceso al aborto que Roe v. Wade proporcionó.
«Cuando el Congreso apruebe una ley para restaurar las libertades reproductivas, como presidente de los Estados Unidos, la firmaré como ley», dijo Harris a los asistentes a un mitin en Atlanta el 30 de junio.
Como senadora estadounidense por California, Harris copatrocinó la legislación para prohibir que los estados impusieran restricciones al aborto y votó en contra de un proyecto de ley que habría prohibido el aborto después de las 20 semanas de embarazo.
En 2019, abogó por exigir que «los estados y localidades con un historial de violación de Roe v. Wade» obtengan la aprobación del Departamento de Justicia antes de promulgar cualquier ley o práctica abortiva.
Frontera de EEUU
La posición de Harris sobre la frontera cambió en comparación con 2020. Durante su campaña presidencial de 2020, Harris dijo que el país debería «pensar en empezar de cero» con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, la agencia encargada de investigar y deportar a los inmigrantes ilegales, una postura que ahora rechaza.
«Los inmigrantes son parte del tejido de Estados Unidos», escribió en 2019, prometiendo aprobar una reforma migratoria.
En junio de 2021, dijo a los migrantes de Guatemala: «No vengan. Estados Unidos seguirá haciendo cumplir nuestras leyes y asegurando nuestra frontera».
Ahora Harris, al igual que Biden, considera la afluencia de inmigrantes ilegales parte de una crisis migratoria mundial y una cuestión humanitaria.
Sin embargo, empieza a diferenciarse hablando más de la aplicación de la ley en las fronteras.
Refiriéndose a su mandato como fiscal general de California, dijo en julio: «En ese trabajo, recorrí túneles subterráneos en esa frontera entre Estados Unidos y México, con agentes de la ley. Perseguí a bandas transnacionales, cárteles de la droga y traficantes de personas que entraban ilegalmente en nuestro país».
A continuación, Harris criticó a Trump por pronunciarse en contra de un proyecto de ley bipartidista sobre seguridad fronteriza a principios de año, que posteriormente fracasó dos veces en el Senado. Ella prometió resucitar esa legislación si es elegida.
El historial de Harris como vicepresidenta en materia de fronteras es objeto de controversia recientemente, sobre todo por el alcance de su papel en la seguridad de la frontera.
En marzo de 2021, Biden nombró a Harris, zar oficioso de la frontera para «abordar las causas subyacentes de la migración a través de una estrategia para hacer frente a la inestabilidad, la violencia y la inseguridad económica que actualmente expulsa a los migrantes de sus hogares».
Ese mismo año, Harris anunció una financiación pública y privada de 115 millones de dólares para reducir la migración mundial aliviando la inseguridad económica, luchando contra la corrupción, promoviendo los derechos humanos, contrarrestando la actividad de las bandas y reduciendo la violencia sexual, de género y doméstica.
Guerra entre Israel y Hamás
Harris afirmó en repetidas ocasiones su apoyo a Israel y denunció a Hamás y su atentado del 7 de octubre de 2023. Tanto Biden como Harris están a favor de una solución de dos Estados en la región.
Sin embargo, tras reunirse con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu el 25 de julio, ella dijo que si bien Israel siempre debe ser capaz de defenderse, «cómo lo hace, importa».
«También expresé con el primer ministro mi grave preocupación por la magnitud del sufrimiento humano en Gaza, incluida la muerte de demasiados civiles inocentes», dijo Harris, reiterando comentarios de diciembre de 2023, que Israel «debe hacer más para proteger a los civiles inocentes».
Harris parece estar más dispuesta a cuestionar a Israel por su trato a los palestinos de Gaza.
«Estaba dispuesta a criticar la política de Netanyahu mientras él estaba en la sala. Así que creo que está dispuesta a arriesgarse a adoptar un enfoque diferente para esa política», dijo a The Epoch Times Patricia Crouse, profesora de Ciencias Políticas en la Universidad de New Haven.
Guerra Ucrania-Rusia
Biden es partidario de seguir prestando ayuda militar y humanitaria a Ucrania en su guerra con Rusia, ya que lo considera fundamental para evitar nuevas agresiones contra los aliados en Europa. El presidente llegó a un acuerdo con los aliados de la OTAN en junio para apoyar a Ucrania «hasta que prevalezca», proporcionando apoyo militar hasta la próxima década.
Harris no contradijo esa postura.
Durante una conferencia de prensa conjunta con el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy en febrero, Harris dijo que es de «interés estratégico para Estados Unidos continuar nuestro apoyo».
En junio, anunció más de 1500 millones de dólares en ayuda estadounidense para «reforzar el sector energético de Ucrania, atender las necesidades humanitarias y fortalecer la seguridad civil».
Corte Suprema
Harris está a favor de la reforma de la Corte Suprema, pero cambió su postura desde 2020.
Durante su campaña presidencial de 2020, Harris parecía receptiva a la idea de ampliar la Corte Suprema. «Todo está sobre la mesa» para abordar la «crisis de confianza» en la corte, dijo a Político en marzo de 2019.
Dos meses después, dijo que estaba abierta a la «conversación» de aumentar el número de jueces, según Bloomberg.
Sin embargo, Harris emitió una declaración de acuerdo con las recientes reformas propuestas por Biden para la corte, que incluyen límites de mandato de 18 años y un código de ética judicial que sería exigible por ley. La propuesta no incluye aumentar el número de jueces.
«Existe una clara crisis de confianza en la Corte Suprema, cuya imparcialidad quedó en entredicho tras numerosos escándalos éticos y una decisión tras otra que anula precedentes de larga data», declaró Harris el 29 de julio.
Según ella, las reformas son necesarias para restablecer la confianza pública de la corte.
Vigilancia policial
Como fiscal de distrito de San Francisco, Harris pidió sentencias duras para los delincuentes de violencia armada, buscando un mínimo de 90 días de cárcel por posesión de un arma oculta o cargada, prometiendo «no tolerancia».
Las opiniones de Harris sobre la actuación policial cambiaron en 2020. Durante una entrevista en el programa de radio «Ebro in the Morning», la Sra. Harris dijo que el movimiento «desfinanciar a la policía» denunciaba «con razón» los fondos gastados en los departamentos de policía en lugar de en servicios comunitarios, como la educación, la vivienda y la atención sanitaria.
Tras unirse a la campaña de Biden ese mismo año, rechazó el concepto de desfinanciación de la policía.
Durante el debate vicepresidencial de octubre de 2020, abogó por la reforma de la justicia penal, la prohibición del uso policial de las llaves de estrangulamiento y las sujeciones carotídeas, un registro nacional de los agentes de policía que infringen la ley y la despenalización de la marihuana.
Derechos de portar armas
Harris hizo de la «libertad frente a la violencia armada» un tema constante en sus discursos de campaña.
Durante una conferencia de prensa el 11 de abril, la Sra. Harris dijo que apoya la Segunda Enmienda, pero quiere «leyes razonables de seguridad de armas».
Desde entonces define esto como la prohibición de la venta de las llamadas armas de asalto a civiles, la comprobación universal de antecedentes y la promulgación de leyes de bandera roja.
El gobierno de Biden también está a favor de exigir el almacenamiento seguro de las armas y de poner fin a la inmunidad judicial de los fabricantes de armas. Harris no contradice esas posiciones hasta ahora.
En 2019 Harris apoyó un programa de recompra obligatoria de armas de asalto de estilo militar, según Bloomberg, una medida que ya no defiende públicamente.
Impuestos
Tanto Harris como Biden están a favor de aumentar los impuestos a las grandes empresas y a los estadounidenses que ganan más de 400 mil dólares al año.
El presidente aboga por elevar la tasa del impuesto de sociedades al 28% desde su tasa actual del 21%, mientras que Harris apoya la tasa del impuesto de sociedades del 35% vigente antes de los recortes de impuestos de la era Trump.
Harris copatrocinó la Ley LIFT the Middle-Class como senadora, que murió en el comité, pero habría establecido un «crédito tributario reembolsable para la clase media de hasta 3000 dólares para individuos y hasta 6000 dólares para individuos casados que presentan declaraciones conjuntas».
Atención Médica
Harris quiere que la atención médica sea más asequible y, como mínimo, proteger la Ley de Asistencia Asequible, conocida coloquialmente como Obamacare.
Tanto Harris como Biden dijeron que la atención medica debería considerarse un derecho en Estados Unidos. El presidente, sin embargo, expresó en 2020 sus dudas de que la cobertura sanitaria universal sea asequible.
El plan «Medicare para todos» de Harris en 2019 extendería Medicare a todos los estadounidenses, manteniendo los seguros privados. Ella apoyó brevemente la eliminación del seguro privado a principios de 2019, informó The New York Times.
Su plan sería financiado por un aumento de impuestos del 4 por ciento sobre aquellos que ganan más de 100 dólares al año.
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