Más de 100 practicantes de Falun Gong se reunieron frente a la sede de las Naciones Unidas en Nueva York el 25 de septiembre para pedir el fin de la persecución del Partido Comunista Chino (PCCh) contra Falun Gong y el fin de los abusos del régimen a los derechos humanos, durante la semana de reuniones de la Asamblea General de la ONU.
“Esta persecución ya lleva 25 años, ha sido implacable durante 25 años, y la persecución dentro de China es brutal, incluyendo la sustracción forzada de órganos de practicantes de Falun Gong que están vivos”, dijo Xia Deyun, practicante de Falun Gong, a The Epoch Times.
“Nos hemos reunido aquí para instar a todas las naciones a que se levanten contra estos graves abusos a los derechos humanos, a que se pronuncien contra la persecución que el PCCh está llevando a cabo contra Falun Gong”.
Xia comenzó a practicar Falun Gong a mediados de la década de 1990, durante el pico de popularidad de la práctica, antes de que el PCCh iniciara su brutal campaña de persecución en 1999. Xia fue detenida por su fe en múltiples ocasiones antes de abandonar China en 2001.
Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una disciplina espiritual y práctica de meditación basada en los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia.
En 1999, las autoridades chinas estimaron que 70 millones de personas practicaban Falun Gong en China. En aquel momento, el PCCh estaba dirigido por Jiang Zemin, quien predijo que Falun Gong sería un “blanco fácil” al que podrían mostrar como enemigo del Estado, jactándose de que podría erradicar la práctica en tres días. Desde que el PCCh asumió el poder en 1949, lanzó sistemáticamente campañas destinadas a atizar el miedo y crear división; un principio básico del partido es utilizar la “lucha” para mantener su poder y su control sobre la nación.
El PCCh comenzó su persecución a Falun Gong en 1999 y, el 20 de julio, llevó a cabo detenciones masivas a practicantes en todo el país. Jiang ordenó personalmente a sus cuadros que persiguieran a Falun Gong, ordenándoles “difamar su reputación, llevarlos a la bancarrota financiera y destruirlos físicamente”, “golpearlos hasta la muerte y contar sus muertes como suicidio” y “cremar sus cuerpos sin verificar sus identidades”.
Pronto surgieron informes de secuestros y detenciones ilegales, durante las cuales los practicantes fueron sometidos a torturas, lavado de cerebro, abusos sexuales, procedimientos médicos forzados e incluso extracción de órganos. La persecución no ha cesado desde hace 25 años.
Chen Yikui contó que en febrero de 2022 lo llevaron a una comisaría de policía, donde un agente le dijo que iba a sacarle sangre. No había personal médico presente, y Chen dijo que tuvo la fría sensación de que le estaban siguiendo la pista como objetivo para la extracción de órganos.
Las investigaciones han revelado que el PCCh realiza análisis de sangre y pruebas médicas a los presos de conciencia y almacena la información en una base de datos, lo que le permite al régimen seleccionar a las personas coincidentes y matarlas a petición para suministrar órganos y obtener enormes beneficios. En 2019, una corte independiente de Londres concluyó que el PCCh estaba llevando a cabo esta práctica a escala masiva, con los practicantes de Falun Gong como principal objetivo.
Chen Jingyu (sin parentesco con Chen Yikui) le contó a The Epoch Times que su hermana mayor, que aún reside en China, fue secuestrada por el PCCh en marzo. Chen dijo que no se enteró hasta un mes después, a través de la comunicación con amigos comunes, porque llamaba a su hermana con poca frecuencia, sabiendo que el teléfono de su hermana estaba siendo rastreado. Cuando por fin supo en qué centro de detención estaba su hermana y llamó a las autoridades del lugar, dijo, el agente de policía ni siquiera le dio su apellido.
“Tienen miedo. Saben que están haciendo algo malo; saben que todos estos practicantes a los que persiguen son buenas personas”, dijo Chen.
A pesar de la persecución, muchos chinos siguen practicando Falun Gong.
Xia y muchos practicantes presentes en la protesta declararon a The Epoch Times que nunca habían dudado en seguir viviendo según los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Describieron cómo la práctica de Falun Gong había mejorado su salud, moralidad y espiritualidad e incluso les había mostrado lo que significaba ser una buena persona. En la actualidad, Falun Gong se practica en unos 100 países de todo el mundo.
Kong Huanshan, de 70 años, le dijo a The Epoch Times que se unió a la protesta porque quería que los líderes mundiales impidieran que el PCCh persiguiera a Falun Gong y “destruyera los derechos humanos”.
Zhou Linlin, practicante de Falun Gong, le dijo a The Epoch Times que, debido a la implacable persecución y a la campaña de propaganda del PCCh, todavía hay mucha gente en el mundo que desconoce la verdad sobre esta práctica.
“Las Naciones Unidas deberían hablar sobre la persecución a Falun Gong por el PCCh para que más gente pueda entender lo que ha sucedido”, dijo Zhou. Añadió que la extracción de órganos a personas vivas por parte del PCCh se ha extendido ahora a otras víctimas además de los practicantes de Falun Gong.
“Aquí, en el mundo libre, podemos y debemos alzar la voz para ayudar a quienes son perseguidos en China… y espero que algún día todos ellos puedan ser libres también”.
Yi Zhongyuan, presidente de la Asociación Falun Dafa de Nueva York, un grupo de voluntarios con miembros que se ofrecen a enseñar gratuitamente a la gente los cinco ejercicios meditativos de Falun Gong en parques de Nueva York, ha participado en estas manifestaciones frente a la ONU año tras año.
“Los practicantes de Falun Gong han sufrido esta persecución desde 1999, han sufrido a manos del PCCh durante 25 años en lo que es una violación a gran escala a los derechos humanos”, le dijo a The Epoch Times. “Pedimos a las Naciones Unidas que nos ayuden a detener esta persecución, a protestar contra los brutales abusos a los derechos humanos por parte del PCCh”.
Yi dijo que durante estos 25 años, los practicantes de Falun Gong, incluso dentro de China, han intentado continuamente desacreditar la propaganda del PCCh sobre la práctica, compartiendo con el mundo un mensaje de verdad, compasión y tolerancia.
Yi también se refirió al movimiento Tuidang, o de renuncia al PCCh. En 2004, The Epoch Times publicó “Los Nueve comentarios sobre el Partido Comunista Chino”. Ese exhaustivo relato de la historia del régimen ha llevado a decenas de miles de chinos cada día a retirar su afiliación al Partido.
Hasta la fecha, más de 436 millones de personas han cortado sus lazos con el PCCh, según el Centro Global de Servicios para Abandonar el Partido Comunista Chino.
Sunny Zhao y Erin Fang han contribuyeron a este reportaje
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