Los precios de venta al público de la gasolina han aumentado en un dólar durante los últimos 12 meses conforme la economía comenzó a reabrirse, aumentando la demanda de combustible. Según los analistas, el aumento de los precios en las gasolineras está afectando a los presupuestos de los consumidores y frenando el gasto de los hogares en artículos no energéticos.
Los precios en los expendios a partir del 5 de octubre se han disparado hasta USD 3.20 por galón de gasolina regular, lo cual es un poco más de un dólar con respecto a hace un año.
«Históricamente, existe una estrecha relación entre los cambios en los precios de venta al público de la gasolina y el gasto de los consumidores en bienes y servicios energéticos», escribieron los analistas de Deutsche Bank en un informe reciente.
Esta relación, señalaron, indica que un aumento de 1 centavo en los precios del petróleo aumenta el gasto en energía y, por lo tanto, reduce los ingresos por bienes y servicios no relacionados con la energía en USD 1.18 mil millones.
«Con base en esta relación, se espera que el aumento de 101 centavos en los precios de la gasolina desde hace un año conduzca a una reducción en los ingresos que pueden gastarse en artículos no energéticos de aproximadamente USD 120 mil millones, suponiendo que los precios de los expendios se mantengan cerca de los niveles actuales durante los próximos meses», escribieron.
Los precios del petróleo alcanzaron el 4 de octubre su nivel más alto en 7 años, luego de que la Organización de Países Exportadores de Petróleo y Rusia (OPEP +) dijera que se apegarían a su plan original y aumentarían la producción de forma modesta. El grupo ignoró las presiones provenientes de la administración Biden y otras naciones consumidoras de petróleo y optó por no aumentar la producción de petróleo.
En un comunicado, la OPEP + «reconfirmó» su plan de producción anterior para regresar su producción a los niveles prepandemicos, que consiste en aumentar la producción de petróleo en 400,000 barriles por día en noviembre.
West Texas Intermediate, el índice de referencia petrolera de Estados Unidos, subió un 2.3 % tras el anuncio, alcanzando un máximo de siete años. Brent, el indicador internacional, también subió un 2.5 %, situándose en el nivel más alto en tres años.
«A primera vista, el impacto de 120,000 millones de dólares en la renta disponible no parece particularmente preocupante, dado que los balances de los hogares son muy saludables», escribieron los analistas de Deutsche Bank.
Los consumidores estadounidenses tienen balances generales saludables, ya que cuentan con un exceso de ahorros acumulados desde el comienzo de la pandemia de 2.4 billones de dólares, gracias al generoso estímulo del gobierno.
«Sin embargo, es importante recordar que la mayoría de los ahorros en exceso se concentran en gran medida entre los hogares con mayores ingresos que habían recortado los gastos en servicios».
Los hogares de ingresos más bajos tienen menos ahorros en exceso y una mayor exposición a los cambios en el precio de la energía, ya que gastan una mayor parte de sus ingresos en combustible y servicios públicos, agregaron.
El gasto del consumidor, que representa más de dos tercios de la actividad económica de Estados Unidos, cayó a un 0.1 % en julio, según los datos revisados del Departamento de Comercio del 1 de octubre.
El débil gasto de los consumidores en julio condujo a que los bancos revisaran sus proyecciones a corto plazo para el crecimiento económico de EE. UU. JPMorgan es el último banco que ha reducido su estimación para el tercer trimestre. Los analistas del banco ahora prevén un crecimiento del producto interno bruto real del 4.0% anualizado para el tercer trimestre, en lugar del 5.0%.
Un aumento continuo de los precios de la gasolina está aumentando las presiones inflacionarias en Estados Unidos. La fuerte recuperación de la demanda mundial y el lento crecimiento de la oferta han hecho subir los precios del crudo en los últimos meses.
Preocupado por esta tendencia, la administración Biden pidió a la OPEP + que aumente su producción de petróleo para apoyar a la recuperación mundial de la pandemia.
“Si bien la OPEP + acordó recientemente aumentos de producción, estos aumentos no compensarán por completo los recortes de producción previos que impuso la OPEP + durante la pandemia hasta más allá del 2022”, dijo el asesor de seguridad nacional Jake Sullivan en un comunicado el 11 de agosto. «En un momento crítico de la recuperación mundial, esto simplemente no es suficiente».
La Casa Blanca reaccionó al reciente anuncio de la OPEP + de no cambiar el rumbo de la producción.
«Continuaremos utilizando todas las herramientas a nuestra disposición», dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, durante una conferencia de prensa el 4 de octubre, «para asegurarnos de que podemos mantener bajos los precios de la gasolina para el pueblo estadounidense».
Entre las medidas tomadas por la administración Biden, dijo, se encuentra la de solucionar la escasez de conductores de camiones que provocan interrupciones en el suministro de combustible y la de vigilar el mercado de la gasolina en Estados Unidos para evitar las actividades ilegales que hacen incrementar los precios de la gasolina.
Los expertos de la industria petrolera han criticado las políticas climáticas de la administración Biden, argumentando que estas políticas desalientan a los productores nacionales.
«Creo que la administración Biden ha sido un factor importante en la elevación de los precios», dijo Phil Flynn, analista senior de energía de Price Future Group a The Epoch Times. “Ha habido una especie de escasez de inversión en combustibles fósiles. Así que eso nos dejará con pocos suministros conforme avancemos».
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