Los precios mayoristas aumentaron en noviembre a su ritmo anual más rápido registrado, y el dato más reciente relacionado con la inflación se suma a las preocupaciones más amplias sobre la persistencia de los precios elevados, ya que los mayores costes de los insumos para los productores tienden a repercutir en los consumidores
El Departamento de Trabajo dijo en un comunicado del 14 de diciembre que, para los 12 meses que terminaron en noviembre, el índice de precios al productor (IPP) para la demanda final aumentó un 9.6%, la cifra más alta en la historia de la serie, que se remonta a 2010. Las previsiones de consenso preveían un aumento más lento del 9.2% en la medida de demanda final del PPI.
En términos intermensuales, el indicador de demanda final del IPP aumentó un 0.8% en noviembre. Aunque esta cifra es inferior al récord del 1.2% registrado en enero, representa una aceleración de los precios al por mayor con respecto a la lectura del mes anterior, del 0.6%, y una señal de que las presiones inflacionistas están volviendo a cobrar fuerza.
Los precios de producción, excluidos los alimentos, la energía y los servicios comerciales —un indicador a menudo preferido por los economistas, ya que excluye los componentes más volátiles— también se dispararon en noviembre en comparación con las lecturas del mes anterior. En términos intermensuales, el llamado IPP básico subió un 0.7% en noviembre, casi el doble que en octubre (0.4%). En el año hasta noviembre, el IPP básico subió un 6.9%, el mayor aumento en la historia de esta serie particular, que se remonta a 2014.
«No son buenas noticias: el IPP es el índice de precios al por mayor, que es un indicador adelantado de la futura inflación al consumidor», escribió en un tuit la representante estatal de Minnesota, la republicana Kristin Robbins.
El principal asesor económico de Allianz, Mohamed El-Erian, dijo en un tuit que el salto del IPP más elevado de lo esperado haría que la reunión de política de dos días de la Fed, que concluirá el miércoles, sea «aún más interesante».
En su reunión anterior, el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) votó a favor de empezar a retirar sus 120,000 millones de dólares en compras mensuales de activos en ocho meses, aunque dejó la puerta abierta a un plazo de reducción más rápido si los datos económicos lo justifican. El ritmo de la inflación de los precios de producción, que está por encima del consenso, es probable que contribuya a las deliberaciones de los responsables de la política monetaria, que están considerando la posibilidad de reducir el estímulo más rápidamente.
Varios economistas han pedido una reducción más rápida, y los analistas de Goldman Sachs predijeron recientemente que la alta inflación obligaría a la Reserva Federal a duplicar su ritmo a 30,000 millones de dólares al mes a partir de enero, lo que pondría fin a la reducción en marzo y allanaría el camino para la subida de los tipos de interés.
El-Erian escribió en un artículo de opinión publicado el 12 de diciembre en Bloomberg que la elevada cifra de inflación de los precios al consumo de la semana anterior, la más alta de los últimos 39 años, «reafirmó otros datos que apuntan a un proceso de inflación más fuerte y persistente de lo que pensaba la Fed». Recomendó que la Fed se mueva aún más rápido y «vaya más allá de una duplicación de la cantidad en la que reduce las compras mensuales de activos».
«La Fed tiene una elección sencilla esta semana. Puede continuar con su flagrante mal manejo de la inflación o, en cambio, empezar a recuperar la credibilidad y su control de la narrativa sobre la inflación y la política monetaria», escribió El-Erian.
El aumento de la inflación se ha convertido en una de las principales preocupaciones económicas de los consumidores estadounidenses, ya que sube más rápido que los salarios y erosiona el poder adquisitivo de los norteamericanos.
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