Representantes de la Diáspora Global Nicaragüense presentaron este martes a una comisión de la Organización de los Estados Americanos (OEA) una propuesta de reformas electorales para acabar con la crisis sociopolítica de Nicaragua que estalló en abril de 2018.
Dicha organización, junto a miembros de la Unión de Presos Políticos Nicaragüense (APPN), de la Asociación Madres de Abril (AMA) y de representantes de movimientos opositores de Nicaragua, se reunió en San Salvador con la OEA para exponer la situación que se vive en el país centroamericano a raíz de la convulsión política.
Rafael Carcamo, coordinador de la Diáspora Global Nicaragüense, explicó a Efe que con la propuesta presentada al organismo internacional «esperamos obtener ayuda para que nuestros hermanos (nicaragüenses) en Estados Unidos puedan votar y así se puedan sumar a los nicaragüenses que quieren a (Daniel) Ortega fuera del Gobierno».
Carcamo también señaló que pidieron a la OEA «su ayuda» para «restaurar el diálogo en Nicaragua, liberar a los presos políticos y empezar a solucionar la crisis política que se vive en el país».
«En Nicaragua aún no se respetan los derechos humanos. Ortega todavía sigue encarcelando a personas, no se puede marchar (manifestarse) libremente y no se ha anunciado en lo absoluto ningún adelanto de elecciones que es lo que el pueblo quiere», manifestó el activista.
Por su parte, Irlanda Jerez, una expresa política y activista nicaragüense, dijo a Efe que, aunque el panorama en Nicaragua «aún es oscuro», «tenemos las esperanzas de que la situación cambie».
Jerez llamó a los Estados miembros de la OEA a «apoyar y ayudar» a las víctimas «de la dictadura de Ortega» para «acabar con la represión, los asesinatos y la tiranía».
«Nuestro pueblo (de Nicaragua) está desarmado y nos están asesinando, pero estamos luchando con nuestra voz, con nuestra bandera y con el amor patrio por la libertad de todo el pueblo (…) pedimos a todos los países miembros de la OEA el apoyo total para acabar con la represión», añadió.
La OEA eligió un país alterno para las reuniones luego de que el pasado 14 de septiembre Nicaragua prohibió el ingreso de siete diplomáticos que buscaban impulsar un diálogo entre el régimen y la oposición, para solucionar la crisis local.
Ortega, quien se niega al diálogo, sostiene que el ingreso de la comisión por mandato de la Asamblea General de la OEA es una «injerencia» contra Nicaragua, donde los ataques armados del régimen contra civiles han dejado cientos de muertos, presos, desaparecidos, mieles de heridos y decenas de miles de exiliados.
La Unidad Nacional Azul y Blanco denunció que Ortega se opone al ingreso de la OEA a Nicaragua por «temor» a que se sepan «sus mentiras y artimañas».
En junio pasado la Asamblea General de la OEA creó la comisión con el objetivo de promover una solución pacífica a la crisis de Nicaragua, a través de esfuerzos al más alto nivel.
De no lograr su cometido, la comisión de la OEA deberá entregar un informe sobre Nicaragua en un plazo de 75 días que se vence en noviembre próximo, tras lo cual la Asamblea General decidirá si aplica la Carta Democrática Interamericana, que suspendería al país del organismo.
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