La administración de Biden se enfrenta a una acción legal de parte de un grupo de la industria del gas natural, sobre las regulaciones que restringen los hornos domésticos alimentados por combustibles fósiles. La demanda alega que las nuevas normas cargan a las familias estadounidenses con mayores costos, pero no tienen ningún beneficio significativo para el medio ambiente.
La Asociación Americana del Gas (AGA) dijo el 18 de diciembre que presentó una demanda contra la nueva norma de conservación de energía del Departamento de Energía (DOE) para los hornos residenciales, acusando a la administración Biden de adoptar normas que hacen que los hornos tradicionales de gas natural sin condensación no estén disponibles para la mayoría de los estadounidenses.
«Esta decisión del DOE arrinconará a las familias estadounidenses con calefacción de gas natural: cuando su horno se estropee, se verán obligadas a elegir entre adaptarlo a la electricidad, con el consiguiente aumento de las facturas mensuales, o emprender una renovación costosa y lenta para adaptar su hogar a un tipo completamente diferente de horno de gas natural», declaró en un comunicado Karen Harbert, presidenta y consejera delegada de la AGA.
«De cualquier manera, las familias y empresas estadounidenses tendrán que cargar con mayores costos con pocos beneficios ambientales», añadió.
El DOE, que dice que la nueva regla ayudará a combatir el cambio climático y ahorrará miles de millones en costos de calefacción, no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
Reglas de hornos de gas
El nuevo estándar de eficiencia energética del DOE para hornos de gas residenciales, finalizado a finales de septiembre, se dirige específicamente a los hornos de gas no climatizados y a los utilizados en casas móviles.
Las reglas requieren que dichos hornos de gas alcancen una eficiencia de utilización de combustible anual (AFUE) del 95 por ciento.
Las nuevas normas entrarán en vigor en 2028, momento en el que los fabricantes solo podrán vender hornos que transformen al menos el 95 por ciento del combustible en calor. Actualmente, el AFUE estándar de la industria para hornos domésticos es del 80 por ciento.
El grupo de la industria del gas natural que está demandando a la administración Biden por las nuevas reglas dice que las normas harán que los hornos de gas natural convencionales sin condensación no estén disponibles para los consumidores, obligándolos a cambiar a calefacción eléctrica o realizar costosas adaptaciones en el hogar para acomodar hornos de condensación.
«Los hornos de condensación dependen de sistemas de ventilación muy diferentes y, a menudo, son difíciles o imposibles de sustituir en lugar del modelo convencional, sin condensación, debido a limitaciones físicas, especialmente en casas antiguas y vecindarios de bajos ingresos donde las casas no pueden acomodar la ventilación y la conexión de agua, requisitos para un horno de condensación”, dijo AGA en una declaración.
El DOE prometió que las nuevas reglas reducirán los costos de servicios públicos de los hogares en USD 1.5 mil millones por año y reducirán significativamente las emisiones de carbono y gas metano que «alimentan la crisis climática».
La agencia estima que, en el transcurso de 30 años, la nueva norma reducirá las emisiones de carbono en 332 millones de toneladas métricas y las emisiones de metano en 4.3 millones de toneladas.
La administración Biden también estima que, en 30 años, la nueva norma reducirá las facturas de servicios públicos en un total de USD 24,800 millones.
Según la AGA, las nuevas reglas afectarán más a las personas mayores que tienen ingresos fijos y a los estadounidenses de bajos ingresos.
«Los propios datos del DOE muestran que el 30% de los hogares exclusivos para personas mayores, el 26% de los hogares de bajos ingresos y el 27% de los consumidores de pequeñas empresas enfrentarán costos más altos como resultado de la nueva regulación», dijo el grupo.
Más detalles
La AGA añadió que desde hace mucho tiempo apoya la mejora de códigos y estándares energéticos para edificios y electrodomésticos que sean tecnológicamente viables y económicamente justificados. Así mismo sostiene que la nueva norma no cumple con ambos aspectos.
Además, debido a que los desafíos de costos e instalación relacionados con la nueva regla podrían derivar a tener equipos abandonados o reparaciones de equipos más allá de su vida útil, la AGA dice que las regulaciones en realidad causarán que el uso de energía y las emisiones aumenten.
«Es probable que estos desafíos obliguen a los consumidores a cambiar de combustible», dijo el grupo en un comunicado. «El cambio de combustible conducirá a una reducción de la eficiencia energética y a un aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero a medida que los consumidores opten por aplicaciones eléctricas menos eficientes».
La AGA también afirmó que ha tratado de trabajar con el DOE para abordar el impacto «profundo» de la regla en los consumidores y propietarios de viviendas, pero fue en vano.
«Desafortunadamente, nuestras 114 páginas de comentarios han sido ignoradas sumariamente», dijo la Sra. Harbert.
Jennifer Granholm, secretaria de Energía, señaló en una declaración a fines de septiembre que la nueva norma «subraya el compromiso del presidente [Joe] Biden de ahorrar dinero a los estadounidenses y crear comunidades saludables».
Este año, el DOE anunció una serie de propuestas de normas que encarecerán los electrodomésticos y, como sostienen algunos expertos, están diseñadas para obligar a los estadounidenses a renunciar a sus electrodomésticos actuales.
Por ejemplo, según la regla de estufas de gas natural propuesta por el DOE, se estima que el 90% de las estufas de gas tendrían que ser rediseñadas, con un rendimiento reducido, y el costo inicial de los productos de estufas aumentaría en alrededor de USD 32 millones por año.
Hay muchos otros esquemas similares, que se enumeran en la llamada Lista Unificada de electrodomésticos del DOE, a los que se aplican nuevos estándares de eficiencia energética, algunos de los cuales se encuentran en la «etapa de regla propuesta» y otros en la «etapa de regla final».
Un organismo de control del consumidor ha estimado que la guerra de la administración Biden contra electrodomésticos como las estufas de gas, en nombre del cambio climático, le costaría al hogar estadounidense promedio más de 9100 dólares.
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