La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, dijo que su gobierno está listo para recibir y apoyar a los mexicanos deportados de Estados Unidos si la administración entrante de Trump cumple su promesa de deportaciones masivas.
«En caso de deportaciones, recibiremos a mexicanos y tenemos un plan para ello», dijo Sheinbaum el jueves en una conferencia de prensa en la Ciudad de México. «Sin embargo, trabajaremos previamente para demostrar que nuestros connacionales que están del otro lado de la frontera no tienen por qué ser deportados, ya que en realidad benefician a la economía de Estados Unidos».
El presidente electo Donald Trump ha hecho de la aplicación de las leyes de inmigración una pieza central de su campaña para 2024 y prometió comenzar las deportaciones tan pronto como asuma el cargo. El lunes, publicó «¡¡¡VERDAD!!!» en respuesta a una publicación en redes sociales que decía que declararía una emergencia nacional y desplegaría activos militares para la tarea.
Cuando se le preguntó sobre los planes de Trump, Sheinbaum dijo que no está de acuerdo con «tratar a los migrantes como criminales».
«Las instituciones de justicia existen por una razón», dijo Sheinbaum, quien prometió colaborar con el equipo de Trump para destacar las contribuciones que los mexicanos hacen a Estados Unidos, incluyendo los impuestos que pagan y los servicios que prestan.
Sheinbaum dijo que tendrá una reunión el jueves con su gabinete para elaborar estrategias de discusión con el equipo de Trump. Los temas clave incluirán comercio, inmigración, seguridad, intercambios culturales y relaciones trilaterales con Canadá.
«Sí tenemos un plan», reiteró Sheinbaum. «Estamos preparados y, cuando haya oportunidad, vamos a tener esta conversación con el equipo del presidente Trump».
Trump ha aprovechado anteriormente una declaración de emergencia nacional para avanzar en sus objetivos de seguridad fronteriza. En 2019, utilizó poderes de emergencia para redirigir fondos del Pentágono hacia la construcción de un muro fronterizo a lo largo de la frontera con México, una medida que enfrentó importantes impugnaciones legales.
Todavía no está claro si Trump planea usar a los militares para hacer cumplir directamente las leyes de inmigración, asignar fondos militares para deportaciones o seguir otro enfoque. Sin embargo, el ejército estadounidense ha apoyado durante mucho tiempo las operaciones de inmigración y fronterizas tanto bajo administraciones republicanas como demócratas.
Según el Comando Norte de EE. UU., unos 4000 miembros del servicio (en su mayoría tropas de la Guardia Nacional) están actualmente autorizados a ayudar a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. a lo largo de la frontera suroeste.
Trump también dijo que invocaría la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 para expulsar de suelo estadounidense a presuntos miembros de bandas criminales sin el debido proceso. Esa ley de la era fundacional le permite específicamente al presidente detener, reubicar o deportar a personas de países con los que Estados Unidos está en guerra, que han invadido Estados Unidos o que han cometido «incursiones depredadoras».
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