RÍO DE JANEIRO —Los médicos dieron de alta al presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva de un hospital de Sao Paulo el domingo, después de un par de cirugías de emergencia la semana pasada para tratar y prevenir una hemorragia en la cabeza.
El líder izquierdista, de 79 años, también habló públicamente por primera vez en una rueda de prensa en el hospital, mostrándose optimista con un sombrero y gesticulando frecuentemente con las manos mientras hablaba. Subrayó que estaba ansioso por volver al trabajo lo antes posible, lo que su equipo médico dijo aprobar, junto con el consejo de evitar vuelos internacionales de larga distancia hasta nuevo aviso y hacer ejercicio durante un máximo de un mes.
«Estoy aquí, entero», dijo Lula después de pasar la mayor parte de la semana pasada en el Hospital Sirio-Libanes de Sao Paulo, donde había estado recibiendo atención. «Estoy curado. Solo necesito cuidarme».
El último susto de salud de Lula ha provocado dudas entre los analistas políticos, y algunos argumentan que los planes de sucesión dentro del Partido de los Trabajadores de Lula se desbaratarían si no puede postularse de nuevo en 2026.
Los médicos dijeron que Lula continuará su recuperación en su casa de Sao Paulo antes de volver a la capital, Brasilia. Es poco probable que haga el viaje antes del próximo jueves, cuando está previsto que se someta a una tomografía computarizada, un procedimiento médico utilizado para obtener imágenes internas detalladas del cuerpo.
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