El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson (R-La.), se enfrentará en los próximos días a una votación para despojarlo del mazo. Aunque se espera que sobreviva al intento de destitución, la medida supone otra prueba para el líder republicano, que preside una mayoría muy ajustada en la cámara baja.
Los líderes demócratas de la Cámara de Representantes dijeron que votarían a favor de archivar la moción de destitución presentada por la representante Marjorie Taylor Greene (R-Ga.), lo que garantizaría su derrota en la Cámara.
Aunque el Sr. Johnson podría cantar victoria en este escenario, también podría enfrentarse a un mayor escrutinio por parte de la derecha por tener que depender de los demócratas para salvar su presidencia.
La Sra. Greene, que cuenta con el apoyo público de dos republicanos, los representantes Thomas Massie (R-Ky.) y Paul Gosar (R-Ariz.), ofreció por primera vez la moción de dimisión en marzo para que sirviera de «advertencia» después de que el presidente presentara un proyecto de ley de financiación del gobierno de 1.2 billones de dólares con amplio apoyo demócrata.
Desde entonces, el voto del Sr. Johnson en contra de añadir un requisito de orden judicial a un proyecto de ley que reautorizaba controvertidos poderes de vigilancia y su aceptación de un proyecto de ley de ayuda exterior de 95,000 millones de dólares para financiar Ucrania, Israel y el Indo-Pacífico que no incluía medidas de seguridad fronteriza provocaron la indignación de algunos conservadores, incluida la Sra. Greene.
El Sr. Massie, que se unió a la Sra. Greene en una rueda de prensa el 1 de mayo, cuando ésta anunció que activaría la moción de destitución en la semana del 5 de mayo, defendió al republicano de Georgia.
«Creo que ha actuado de forma muy razonable. Ha dado al presidente múltiples oportunidades de dimitir, de irse. Y en lugar de eso, se aferra al poder aferrándose a los demócratas», afirmó.
Impávida ante el hecho de que los demócratas estén dispuestos a proteger al Sr. Johnson votando a favor de presentar su moción, la Sra. Greene dijo: «Creo en las votaciones registradas. Ese es nuestro trabajo: votar».
«Si esta votación fracasa», dijo, «será una lista de nombres, y los votantes y el pueblo estadounidense… se merecen esa lista».
El Sr. Johnson respondió al anuncio de la Sra. Greene, calificándolo de «táctica peligrosa» que sumiría al Congreso en la disfunción.
«Esta moción es errónea para la Conferencia Republicana, errónea para la institución y errónea para el país», declaró el presidente el 1 de mayo.
Muchos republicanos repitieron este sentimiento, aparentemente no deseosos de que se repita lo del pasado octubre, cuando ocho republicanos votaron con todos los demócratas para destituir al presidente Kevin McCarthy (R-Calif.), sumiendo a la Cámara en semanas de parálisis antes de que el Sr. Johnson fuera elegido.
El representante Dan Meuser (R-Pa.) dijo que pensaba que el procedimiento se estaba utilizando indebidamente. «No creo que se promulgue una moción de anulación de la forma en que se está haciendo; es tan grave como un juicio político. Debería haber al menos algunas normas, normas morales, como si alguien cometiera una acción poco ética, o un delito», dijo.
«No creo que eso sea lo que quiere el país», afirmó la representante Monica De La Cruz (R-Texas). La legisladora tejana dijo también que pensaba que Johnson merecía el apoyo del Partido Republicano.
Demócratas
Cuando el líder de la minoría en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries (D-N.Y.), y otros líderes demócratas anunciaron que protegerían a Johnson de los intentos de la Sra. Greene de destituirlo, citaron la ayuda del portavoz para aprobar el paquete de ayuda exterior de 95,000 millones de dólares.
«En este momento, al terminar nuestro trabajo de seguridad nacional, ha llegado el momento de pasar página a este capítulo de obstrucción republicana pro-Putin», dijeron en una declaración del 30 de abril.
Se dijo a los demócratas de la Cámara de Representantes que votaran en conciencia sobre la cuestión. Muchos estaban de acuerdo con el plan de proteger al presidente la Cámara republicano.
«Definitivamente, estoy abierto a asegurarme de que el presidente Johnson continúe», dijo el representante Don Davis (D-N.C.).
El representante Dan Goldman (D-N.Y.) fue un poco más lejos. «Creo que habrá demócratas que prefieran recompensar a un presidente de la Cámara por hacer lo correcto que recompensar a Marjorie Taylor Greene y su esfuerzo por controlar a la Cámara», dijo.
El representante Hank Johnson (D-Ga.) expresó sus reservas sobre la eliminación de la moción de anulación: «Desde luego, ahora no es el momento de dejar vacante la silla del presidente de la Cámara», dijo. El representante de Georgia dijo que le preocupaban algunos de los puntos de vista del Sr. Johnson, y afirmó que eran casi suficientes para descalificarlo como presidente de la Cámara.
«Pero es nuestro presidente», dijo, «y ha actuado con responsabilidad al llevar el proyecto de ley de créditos suplementarios al pleno de la Cámara corriendo un riesgo personal».
La representante Annie Kuster (D-Pa.), al expresar su apoyo a la presentación de la moción de desalojo, criticó a la Sra. Greene, conocida por decir lo que piensa sin pedir disculpas. «Ha sido una piedra en el zapato durante mucho tiempo; ahora es una piedra en el zaparo [para el Partido Republicano]», dijo la Sra. Kuster. «Así que estoy encantada de adoptar la postura de que es un tigre de papel, no habla en nombre de nadie, no sabe contar y no tiene los votos».
Pero otros demócratas se mostraron cautelosos a la hora de sacar de apuros al Sr. Johnson.
«Si me preguntas: ‘¿Creo que los demócratas deberían ayudar a Mike Johnson? Yo no… él es muy de derecha. No sé por qué lo apoyaría», dijo el congresista demócrata Gerald Connolly.
«Francamente, si sigue en el cargo a merced de los demócratas, será un hombre marcado en su propio partido», añadió.
La congresista Delia Ramirez (D-Ill.) se mostró aún más firme: «Mike Johnson está absolutamente en contra de todo aquello en lo que creo», dijo. «De ninguna manera votaría para que alguien como él pudiera permanecer en su escaño. Que lo hagan los republicanos y quizá otros, pero no seré yo».
Cuando la Sra. Greene presente la moción ante el pleno, la dirección deberá someterla a votación en el plazo de unos días. Normalmente, una moción de desalojo requiere mayoría simple para ser aprobada, pero en este caso, se espera que un miembro presente una moción para presentar la medida. Es probable que prospere, lo que aplazaría por completo una votación formal sobre la cuestión.
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