El presidente francés, Emmanuel Macron, rechazó la renuncia del primer ministro del país y le ha pedido que permanezca temporalmente al frente del Gobierno después de que la segunda vuelta de las elecciones legislativas del 7 de julio diera a Francia un parlamento en blanco.
Macron pidió al primer ministro Gabriel Attal que permaneciera en el cargo «para garantizar la estabilidad del país», tras una reunión de 90 minutos con los principales aliados políticos del presidente el 8 de julio.
Attal presentó su dimisión ese mismo día, pero dijo que permanecería en el cargo si era necesario, lo que provocó la petición del presidente de que continuara en su puesto.
Las elecciones francesas estuvieron sumidas en la confusión, ya que se convocó una segunda vuelta después de que en la primera, celebrada el 30 de junio, no se identificaran suficientes candidatos con más del 50% de los votos de su electorado. Pero tras la segunda vuelta, ninguno de los partidos de izquierda, centro o derecha estuvo cerca de formar mayoría en la cámara baja, lo que no dejó un camino obvio para la formación de gobierno.
Como consecuencia, la segunda economía de la Unión Europea corre ahora el riesgo de paralizarse, a pocas semanas de los Juegos Olímpicos de París, que pondrán al país en el punto de mira internacional.
Los resultados han sido contrarios a la intención del presidente Macron al convocar las elecciones anticipadas, de las que dijo que supondrían un «momento de clarificación» para el país.
Attal ya había expresado su desacuerdo con la decisión del presidente de convocar elecciones anticipadas.
Un Parlamento en blanco
Se espera que los legisladores recién elegidos y los que regresan se reúnan en la Asamblea Nacional para iniciar seriamente las negociaciones para formar gobierno. El presidente Macron se dirige a Washington esta semana para asistir a la cumbre de la OTAN.
El bloqueo político podría repercutir en el actual conflicto de Ucrania y afectar a la diplomacia mundial y a la estabilidad económica de la Unión Europea.
Los resultados oficiales publicados a primera hora del 8 de julio muestran que ningún partido o coalición estuvo cerca de alcanzar la mayoría de 289 escaños necesaria para controlar la Asamblea Nacional de 577 escaños, que representa la más poderosa de las dos cámaras legislativas de Francia.
Según los resultados, la coalición de izquierda Nuevo Frente Popular (NFP) se situó en primer lugar con 188 escaños, justo por delante de la alianza de centro-izquierda del presidente Macron, que obtuvo 161 escaños. Mientras, el partido conservador de Marine Le Pen, Agrupación Nacional, y sus aliados quedaron en tercer lugar, y sus 140 escaños superan con creces sus resultados de 2022, cuando el partido llegó con 142 escaños.
Los gobiernos de coalición no son habituales en Francia, lo que significa que los legisladores de campos políticos rivales no suelen unirse para formar una mayoría. La gobernanza de Francia también está más centralizada que en muchos otros países europeos, y se toman más decisiones desde París.
Al presidente Macron le quedan tres años de mandato presidencial, pero su popularidad ha sufrido un fuerte declive a medida que millones de personas utilizaron su voto para expresar su descontento sobre el enfoque de liderazgo del titular al enfrentar la alta inflación, el aumento de la delincuencia y su manejo de la inmigración.
Tras los resultados, los líderes del PFN dijeron inmediatamente que querían formar gobierno y propusieron un primer ministro, ofreciendo al Sr. Macron una invitación para formar gobierno con ellos. Pero admitieron que las conversaciones serían difíciles y llevarían tiempo.
La izquierda podría formar un gobierno en minoría, pero estaría a merced de una moción de censura de sus rivales a menos que llegasen a acuerdos.
Entre las promesas de la facción izquierdista se encuentra la de revertir muchas de las principales reformas de Macron, aumentar los programas de gasto público, además de adoptar un enfoque más estricto contra Israel y la guerra en curso con Hamás.
Sin embargo, hasta el momento no hay certeza de quién podría liderar el gobierno sin alienar a aliados cruciales.
«Necesitamos a alguien que ofrezca consenso», dijo Olivier Faure, jefe del Partido Socialista, que se unió a la coalición de izquierdas con los Verdes franceses, la izquierda dura y los comunistas. El PFN no tiene un líder único después de que se reuniera apresuradamente a una semana de la segunda vuelta de las elecciones para evitar dividir los votos de la izquierda.
Macron ha advertido de que los costosos programas económicos de la izquierda, que ascienden a decenas de miles de millones de euros en gasto público, paralizarían la ya decaída economía francesa con impuestos más altos para los ricos y los que tienen ingresos relativamente más altos, especialmente cuando el país ya se enfrenta a un duro escrutinio de su deuda por parte de los organismos de control de la UE.
En la derecha francesa, la Agrupación Nacional dijo a principios de junio, tras el anuncio de las elecciones anticipadas, que aceptaría la oferta de una coalición con el partido de derecha moderada Les Républicains, dirigido por Éric Ciotti. Le Pen reconoció el «sentido de la responsabilidad» y la «valiente elección» de Ciotti, dada la reacción mediática y política a la que se enfrentó tras el anuncio. Dijo que esperaba que otras figuras de LR siguieran su ejemplo.
«Decimos las mismas cosas, así que dejemos de inventarnos oposiciones imaginarias», declaró Ciotti a la televisión local el 11 de junio. El jefe de Les Républicains en la Cámara Baja expresó su oposición y promovió la expulsión de Ciotti del partido. La expulsión fue anulada posteriormente por los tribunales. Su liderazgo sigue en tela de juicio.
Ciotti dijo que la oferta se hizo porque su partido era demasiado débil para hacer frente a la «amenaza a la nación» de los partidos de centro e izquierda franceses. Los dos partidos siguen divididos en su enfoque del futuro de la UE, con Les Républicains a favor de la integración europea y la Agrupación Nacional euroescéptica.
Le Pen afirmó que las elecciones sientan las bases para «la victoria del mañana», en medio de sus planes de presentarse por cuarta vez a la presidencia de Francia en 2027.
Con información de Reuters y The Associated Press
De NTD News
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