Los presidentes de los comités de las Fuerzas Armadas e Inteligencia de la Cámara de Representantes exigen respuestas al secretario de Defensa, Lloyd Austin, tras una importante filtración de documentos militares de alto secreto.
«El mundo ha sido testigo de cómo secretos clasificados de seguridad nacional se filtraban amplia y precipitadamente a través de Internet. Las divulgaciones no autorizadas parecen extensas», escribieron el presidente del Comité de las Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes, Mike Rogers (R-Ala.), y el presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Michael Turner (R-Ohio), en una carta dirigida a Austin el 18 de abril, obtenida por The Epoch Times.
En las últimas semanas, se descubrió que muchos documentos del Pentágono, incluidos algunos que requerían la más alta habilitación de seguridad para acceder a ellos, se habían filtrado a través de Internet.
Más tarde se descubrió que la fuente de la filtración era Jack Teixeira, miembro de la Guardia Nacional Aérea de Massachusetts, que había tenido acceso a los documentos y los había compartido con una comunidad en Internet. Los miembros de la comunidad filtraron posteriormente los documentos, que se extendieron rápidamente a otras partes de Internet.
Sin embargo, al parecer los documentos estuvieron en internet durante semanas antes de que los servicios de inteligencia estadounidenses supieran que se había producido la filtración.
«El periodo durante el cual pasaron desapercibidos para las autoridades gubernamentales es largo», continuaron. «Los estadounidenses y nuestros aliados se preguntan cómo pudo producirse una filtración tan grave con tanta facilidad y amplitud».
Tras descubrirse la filtración, el Departamento de Justicia se apresuró a abrir una investigación sobre el asunto.
Rogers y Turner dijeron que, aunque eran «conscientes» de que el asunto era objeto de una investigación legal en curso, «es imperativo que los Comités responsables de la supervisión del Congreso tengan acceso inmediato a toda la información relevante y pertinente necesaria para informar la determinación de los Comités sobre si este incidente podría ser corregido o prevenido en el futuro a través de la legislación u otros ajustes relacionados con la política».
«Debemos garantizar que la seguridad nacional no se vea aún más amenazada o perjudicada por delitos similares que se produzcan en el futuro», añadieron.
Rogers y Turner exigieron entonces a Austin una larga lista de documentos, incluidos protocolos del Pentágono e información sobre permisos para acceder a material clasificado.
Varias de las peticiones se centraban en la base de la Guardia Nacional Aérea de Otis, donde trabajaba Teixeira. Pidieron a Austin que facilitara información sobre los procedimientos para proteger el material clasificado en Otis, así como información sobre cualquier otro «incidente de seguridad» que hubiera tenido lugar en la base.
También pidieron a Austin que les facilitara cualquier análisis interno realizado hasta la fecha sobre la filtración por el Departamento de Defensa, así como análisis de las posibles ramificaciones de seguridad de la filtración.
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