Presidentes de América Latina participaron este martes 24 de septiembre en la 79.ª Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) para expresar sus opiniones sobre la actual situación política y de derechos humanos en el continente y el mundo.
El presidente de Brasil Lula da Silva participó con su discurso en la sesión de apertura de la Asamblea general. Lula empezó su intervención saludando a la delegación de Palestina que participó por primera vez en la sesión.
El mandatario brasileño recordó que durante la «Cumbre del Futuro» de la ONU realizada los días anteriores, varios líderes mundiales firmaron «El Pacto para el Futuro» (pdf), un acuerdo global y un compromiso de líderes de diferentes partes del mundo para atender los desafíos más prominentes de la Agenda 2030.
«Necesitamos ir mucho más allá y dotar a la ONU de los medios necesarios para hacer frente a los vertiginosos cambios del panorama internacional. Vivimos una época de crecientes angustias, frustraciones, tensiones y miedo», dijo.
Después de mencionar las actuales tensiones y conflictos políticos del mundo, como los evidenciados en Ucrania y Gaza, y los problemas climáticos que afectan a su país y otras regiones en el planeta, el presidente Lula habló de las acciones que está tomando en su país para contrarrestar los impactos y abordó el tema de la inteligencia artificial.
«El Estado que estamos construyendo es sensible a las necesidades de los más vulnerables sin renunciar a unos fundamentos macroeconómicos sanos. La falsa oposición entre el Estado y el mercado ha sido abandonada por las naciones desarrolladas, que han vuelto a las políticas industriales activas y a una fuerte regulación de la economía nacional. (…) Necesitamos una gobernanza intergubernamental de la inteligencia artificial, en la que todos los Estados tengan un asiento», añadió.
El presiente Javier Milei inició su primer discurso en las Naciones Unidas asegurando que no es un político, sino un economista. El mandatario argentino dijo que quería aprovechar sus palabras para «con humildad alertar a las distintas naciones del mundo» sobre el camino que está tomando la ONU, que tomó otro rumbo de su misión original.
«No vengo aquí a decirle al mundo lo que tiene que hacer, vengo aquí a decirle al mundo, por un lado, lo que va a ocurrir si las Naciones Unidas continúan promoviendo las políticas colectivistas que vienen promoviendo bajo el mandato de la Agenda 2030, y por el otro, cuáles son los valores que la nueva Argentina defiende», dijo.
Milei recordó que la ONU se formó tras la Segunda Guerra Mundial «con el objetivo principal de que nunca volviera a ocurrir» y para que sucediera firmó las bases con la Declaración Universal de Derechos Humanos. Luego se crearon foros donde las naciones pudieran exponer sus conflictos «en vez de recurrir instantáneamente a las armas», logrando 70 años consecutivos de «relativa paz y estabilidad global»; pero en el proceso surgió la agenda 2030, señaló.
«La Agenda 2030, aunque bien intencionada en sus metas, no es otra cosa que un programa de gobierno supranacional de corte socialista que pretende resolver los problemas de la modernidad con soluciones que atentan contra la soberanía de los Estado-Nación y violentan el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad de las personas. Es una agenda que pretende solucionar la pobreza, la desigualdad y la discriminación con legislación que lo único que hace es profundizarla», enfatizó.
El mandatario argentino declaró que la organización se ha visto impotente de brindar soluciones a verdaderos conflictos globales como la invasión rusa a Ucrania, que hasta ahora le ha costado al vida a 300,000 personas y ha dejado más de un millón de heridos. En este sentido, Milei señaló que la agenda 2030 ha fracasado, «como reconocen sus propios promotores», dijo, e instó a diseñar un modelo que no restrinja, reprima y coarte la libertad de los ciudadanos, sino que abrace las ideas de la libertad.
«La Argentina, que está viviendo un proceso profundo de cambio en la actualidad, ha decidido abrazar las ideas de la libertad. Esas ideas que dicen que todos los ciudadanos nacemos libres e iguales ante la ley, que tenemos derechos inalienables otorgados por el Creador, entre los que se encuentran el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad (…) Esa idea fundamental no debe quedarse en meras palabras, tiene que ser apoyada en los hechos, diplomáticamente, económicamente y materialmente, a través de la fuerza conjunta de todos los países que defendemos la libertad», declaró.
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, expresó en su discurso el cambio que ha vivido su país durante los últimos años bajo su mandato.
«Se que muchos no conocían El Salvador o ni siquiera habían oído hablar del Salvador. Y si lo conocían, sólo tenían malas referencias, o el país más violento del mundo, o el país de las maras. (…) En los últimos cinco años, El Salvador renació. Devolvimos las calles de nuestro país a nuestra gente y establecimos una floreciente industria turística, de eventos internacionales, de surf, de deportes, de entretenimiento. Le dimos a miles de salvadoreños que huyeron de las guerras y de la pobreza, un país al cual regresar», dijo.
Bukele reconoció que al principio «Fuimos ingenuos en pensar que otros países nos salvarían», pero se dieron cuenta que tenían que hacerlo por sí mismos y lo hicieron. Sin embargo, el mandatario reflexionó sobre que mientras su país se fortalece, él ha sido testigo de una decadencia en el mundo.
«Mientras El Salvador se volvió más seguro, el mundo se volvió más inseguro. Mientras el pueblo salvadoreño se volvió más optimista, la mayoría de la gente en el mundo moderno se vuelve cada vez más pesimista. Y sí, tienen razón, el mundo se ha vuelto dividido, deprimido, preocupado, hostil y sin esperanza.Y lo ha hecho a una velocidad sin precedentes. Hoy el mundo libre ya no es libre. Esto no es una exageración», dijo.
Siendo ese el caso, Bukele recordó que el mundo libre obtuvo su libertad cuando se aferró a los principios de «libertad de expresión, igualdad ante la ley, unidad y respeto por la propiedad privada», e instó a los líderes de las naciones a velar por estos principios.
«No podemos ni deseamos decirles a otros países lo que tienen que hacer. Cada país debe tomar sus propias decisiones y hacer lo que sea mejor para su gente. Solo podemos ofrecer una palabra de advertencia de un amigo que ha pasado por una época oscura y ha librado la batalla de su vida para salir de ella. (…) Hemos liberado nuestro país, pero debemos mantener esa libertad y debemos hacerlo en un mundo que cada vez es menos libre», añadió.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, inició su discurso con un mensaje que su hija Antonela le pidió que compartiera.
«Nuestros indígenas de la Sierra Nevada denominaron a mi hermoso país, geográficamente hablando tiene sentido que nosotros seamos el corazón del mundo», dice el mensaje. «Sin embargo, si somos el corazón tenemos que dar el ejemplo de unidad de paz total y de preservación de la naturaleza. (…) todas las otras partes del cuerpo son importantes (…) desde el corazón de la tierra invitamos a todos los países a hacer un acto de conciencia dejar a un lado la codicia que está matando al ser humano y a la madre tierra y dar un paso hacia la paz total», añadió.
El mandatario colombiano instó a los países involucrados a detener el genocidio en Gaza, trabajar por el cambio climático, transformar la economía para salvar las vidas y la especie humana y otras cuestiones. Además señaló que a los países que levantan la voz en estos temas «no se nos escucha», dijo.
«Sin embargo, quizá ya no hablamos para que nos escuchen y dialoguemos con los presidentes del poder mundial sino para que escuchen los pueblos del mundo, hoy las cosas están peores», añadió.
Petro expresó que la riqueza de la humanidad está concentrada en el 1%, mientras el otro 99% sigue siendo pobre, y que esta desigualdad ha fomentado la crisis climática y la guerra.
«La vida, el libre mercado, no era la libertad como decían, sino la maximización de la muerte, ese 1% más rico de la humanidad. La poderosa oligarquía global es la que permite que se tiren bombas a las mujeres ancianos y niños de Gaza, del Líbano o de Sudán o se bloquean económicamente los países rebeldes que no encajan en su dominio como Cuba o como Venezuela», declaró.
«Porque necesitan mostrar su poder de destrucción al 99% restante de la humanidad para que los dejen seguir dirigiendo el poder del mundo y apropiándose y acumulando cada vez más su riqueza la oligarquía global lleva a la humanidad a su propia extinción», añadió.
En este sentido, Petro animó a los pueblos a concertar acciones comunes para construir una democracia global.
El presidente de Chile, Gabriel Boric, dijo en su discurso que desde la creación de las Naciones Unidas, hace casi 80 años, con 51 países, su país ha sido siempre orgulloso de ese esfuerzo, siendo uno de los países fundadores. Boric propuso realziar una reforma de la institución acorde con los tiempos actuales y presentarla en un Conejo de Seguridad donde participen activamente representantes de todo el planeta.
«No hay nada que lo impida, salvo la falta de nuestra propia voluntad. Las instituciones humanas dependen de la voluntad de sus líderes, nosotros, y aquellas que no son capaces de adaptarse a su época corren el riesgo de derrumbarse. Es cosa de recordar el rápido colapso de la sociedad de las naciones, y es que hay momentos en que el cambio es la mejor manera de asegurar la continuidad de nuestra historia y este es precisamente uno de esos momentos», dijo.
Boric además resaltó el esfuerzo de las instituciones financieras globales para mantenerse a la vanguardia para lograr un sistema transparente e inclusivo y pidió el respeto por los derechos humanos.
«Un sistema de impuestos globales que apoye al financiamiento de la lucha contra la crisis climática en el cual los países, pero también las grandes empresas, rindan cuenta de sus movimientos y aporten lo que corresponde a los países de los cuales han obtenido su riqueza», dijo.
«Como presidente joven, latinoamericano y de izquierda, digo fuerte y claro que los derechos humanos se deben respetar siempre y en todo lugar y debemos exigir este respeto sin importar el color político del dictador o presidente de turno que lo vulnera», añadió, resaltando lo que ocurre actualmente en Gaza, Venezuela, Ucrania y Nicaragua.
El mandatario rechazó la ocupación ilegal de los territorios palestinos, pidió un alto al fuego en Gaza y la liberación inmediata de los rehenes que mantiene el grupo terrorista Hamas, sin dejar fuera la crisis política que enfrenta Venezuela e instó a Estados Unidos a actuar de manera más concreta.
«Ante esta Asamblea, Chile reafirma su compromiso con la democracia siempre como el único sistema capaz de mantener la paz, alcanzar el desarrollo sostenible y proteger la dignidad, los derechos y las libertades fundamentales de las personas», dijo.
Boric también abogó en su discurso por la erradicación de la violencia, el crimen organizado, la corrupción; y puso énfasis que los gobiernos presten atención al uso responsable de la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías, y abordar la crisis climática en sus regiones.
«Es mi obligación por último llamar la atención sobre el desafío más importante que tenemos como generación, la crisis climática, proteger y sostener la vida en la Tierra es una tarea que tenemos que asumir ya y se los digo desde Chile, un país golpeado por la sequía, por inundaciones e incendios cada vez más frecuentes. Pero aquí las fronteras son irrelevantes y ustedes lo saben», expresó.
El debate general de sesiones de la Asamblea de la ONU, donde participarán presidentes de todo el mundo, continuará hasta el sábado 28 de septiembre y tendrá su clausura oficial el lunes 30 de septiembre.
Siga a Yeny Sora Robles en X: @YenySoraRobles
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