El presunto autor de la masacre de 10 personas en una tienda de comestibles King Soopers, en Boulder, Colorado, hizo su primera aparición en la corte el jueves.
Ahmad Al Aliwi Alissa, de 21 años, está lidiando con problemas mentales, dijo su abogada, Kathryn Herold, al juez de la corte de distrito de Boulder, Thomas Mulvahill.
«Nuestra posición es que no podemos hacer nada hasta que podamos evaluar completamente la enfermedad mental del Sr. Alissa», dijo.
No se reveló la naturaleza de la enfermedad.
Alissa renunció a su derecho a una audiencia preliminar. Durante el tiempo que tenía el acusado para tomar la audiencia los investigadores suelen reunir la evidencia, dado que la investigación está en curso y los datos «van a ser voluminosos», agregó.
El fiscal del condado de Boulder, Michael Dougherty, dijo que los fiscales no se opusieron a que la escena del crimen siga procesándose. Los fiscales planean presentar cargos adicionales en las próximas dos semanas.
Alissa fue acusado de matar a un oficial de policía y a otras nueve personas en un tiroteo que tuvo lugar el 22 de marzo a las 2:40 p.m., en el supermercado King Soopers. Tres de los muertos eran trabajadores de tiendas de abarrotes.
Alissa se enfrentó con la policía, pero finalmente se rindió tras quitarse toda la ropa a excepción de un par de pantalones cortos. Cuando fue arrestado, tenía sangre en el muslo derecho.
Más tarde, las autoridades encontraron un arma de fuego que parecía coincidir con el rifle Ruger AR-556 que el sospechoso compró seis días antes del tiroteo.
Alissa resultó herido en el altercado, pero recibió tratamiento en un hospital antes de ser trasladado a la prisión. El exluchador de escuela secundaria fue trasladado a la sala del tribunal el jueves en silla de ruedas, con una máscara quirúrgica azul para cumplir con las reglas de COVID-19.
El presunto homicida estará detenido sin derecho a fianza hasta la próxima audiencia, dijo el juez. La defensa y la fiscalía tienen previsto reunirse en dos o tres meses para la próxima audiencia.
«Quiero asegurarme de que la defensa tenga una amplia oportunidad de prepararse para seguir adelante», anunció el juez, después de que los fiscales objetaran el plazo para la próxima reunión.
Doherty, el fiscal de distrito, dijo que Alissa tiene derecho a un juicio justo. Confía en que se pueden encontrar 12 personas justas y de mente abierta para que actúen como jurados en el juicio.
Cualquier caso de homicidio tarda, al menos, un año en completarse, advirtió a los miembros del público que esperan un juicio rápido.
Doherty dijo que la fiscalía esperará para ver si la defensa intenta decir que Alissa no está mentalmente apto para ser juzgado. No estaba seguro de si el acusado está bajo vigilancia para evitar que se suicide en la cárcel.
Familiares han dicho a los medios de comunicación que Alissa padece una enfermedad mental y delirios de persecución.
Las víctimas fueron: el oficial de policía de Boulder Eric Talley, de 51 años; los empleados de King Soopers, Denny Stong, de 20 años; Rikki Olds, de 25 años; y Teri Leiker, 51; y Neven Stanisic, 23; Tralona Bartkowiak, 49 años; Suzanne Fountain, 59; Kevin Mahoney, 61 años; Lynn Murray, 62; y Jodi Waters, de 65 años.
En una conferencia de prensa, ofrecida el miércoles, el tío de Olds, Robert Olds, se negó a hablar sobre el sospechoso. Dijo que su sobrina su era: la «luz de nuestra familia».
“Cuando Rikki llegaba a la casa, no sabíamos de qué color iba a tener el cabello, o qué nuevo tatuaje podría tener. Pero así era Rikki. Ella vivía la vida en los términos de Rikki, no en los términos de nadie más”, dijo su tío. “Y su vida se vio truncada, por desgracia, por los acontecimientos del otro día. Me entristece que no haya podido experimentar la maternidad. No llegó a experimentar el matrimonio, no llegó -tenía 25 años- no llegó a experimentar muchas de las cosas que experimentamos en la vida. Es triste por ella y es triste por el resto de las víctimas”.
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