En el Período de Primavera y Otoño (770-476 a.C.), en el estado de Chu, vivía un hombre llamado Chu Zhuliang quien se refería a sí mismo como el «duque de Ye».
El duque de Ye era conocido por su amor a los dragones. Él era tan aficionado a los dragones que había dragones pintados o tallados en casi todas partes en su casa, en paredes, puertas, ventanas, vigas y pilares.
Su ropa también estaba bordada con dragones y a menudo le decía a la gente que los dragones eran lo que más le gustaba.
Cuando un dragón celestial escuchó hablar de la pasión del duque, quedó profundamente conmovido y decidió visitar al duque para darle las gracias.
Sin embargo, cuando el dragón se presentó ante el duque de Ye, el hombre tuvo tanto miedo de la criatura que gritó pidiendo ayuda.
El dragón pensó que esto era muy extraño y dijo: «He oído que te gustaban mucho los dragones. ¿Cómo puedes estar tan asustado al verme?».
Temblando, el duque de Ye respondió: «Solo me gustan las imágenes de dragones, viéndolo a usted no es lo mismo». Entonces el duque salió corriendo de la casa tan rápido como pudo.
A partir de entonces, la gente sabía que el duque de Ye amaba solamente imágenes o esculturas de dragones, no los dragones reales.
La historia anterior se incluyó en «Nuevos prefacios» de Liu Xiang, un escritor de la dinastía Han Occidental (206 a.C-23).
Esta historia inspiró el dicho 葉公好龍 (yè gōng hào lóng), literalmente «Duque de Ye es aficionado a los dragones», que en general se traduce como «pretender amar lo que uno realmente teme».
Hoy en día, el dicho se utiliza para ridiculizar a las personas pretenciosas o hipócritas.
Liu Xiang (77-6 a.C) fue un erudito y autor durante el período de la dinastía Han Occidental. Entre sus muchas especialidades académicas están la historia, la bibliografía literaria y la astronomía. Él es particularmente conocido por su obra bibliográfica en la catalogación y edición de la extensa biblioteca imperial.
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