Análisis de noticias
Los precios al consumidor subieron un 7% en 2021, el mayor incremento anual en casi cuatro décadas. Tras meses de aumento de los precios, la pregunta más apremiente ahora es: ¿la inflación en Estados Unidos ha llegado a su punto máximo o no?
En las últimas proyecciones económicas de la Reserva Federal, se espera que la inflación general retroceda al 2.6 por ciento en 2022 y luego al 2.3 por ciento en 2023.
Los analistas de Wall Street prevén cuatro subidas de tipos este año por parte del banco central estadounidense. A medida que los tipos de interés suben, también lo hace el coste de los préstamos, lo que restará algo de fuerza a la economía.
Pero, ¿podrá la Reserva Federal contener la persistente inflación mientras persisten algunos vientos en contra para las cadenas de suministro?
La pandemia ha paralizado la producción y el flujo de mercancías en todo el mundo, haciendo que los precios se disparen. Sin embargo, se espera que los cuellos de botella continúen a medida que la variante ómicron y la estrategia china de cero COVID asesten nuevos golpes a las cadenas de suministro mundiales.
«El impacto de la variante ómicron puede seguir desarrollándose», dijo John Porcari, el enviado de la Administración Biden a los puertos, en una rueda de prensa en la Casa Blanca el 5 de enero.
A Porcari se le encomendó la tarea de abordar las congestiones portuarias en agosto de 2021. Dijo que los puertos han experimentado un progreso significativo y han estado operando a niveles récord.
Sin embargo, señaló que «es difícil saber» si las presiones de la cadena de suministro han alcanzado su punto máximo.
Cada vez hay más ciudades chinas bajo confinamiento en el marco de la política de Beijing de «cero-COVID» para contener el virus. Estas restricciones afectan a las operaciones en plantas de fabricación y puertos clave, y por lo tanto plantean riesgos significativos para las cadenas de suministro globales, dicen los analistas.
Las estrictas medidas han sacudido recientemente la ciudad industrial china de Ningbo, que alberga el tercer mayor puerto de contenedores del mundo. Los cierres en la ciudad han puesto en cuarentena a muchos camioneros y trabajadores portuarios locales después de que se detectaran más de dos docenas de casos de COVID-19.
Desde finales de diciembre de 2021, las autoridades chinas han interrumpido las operaciones comerciales en varias ciudades debido a los casos de COVID-19, incluyendo Tianjin, una importante ciudad portuaria cerca de Beijing, y Shenzhen, el centro tecnológico en el sur, justo al otro lado de la frontera con Hong Kong.
Toyota, Volkswagen y el fabricante de chips Samsung son algunas de las empresas que han sufrido retrasos en la producción, según un reporte del Wall Street Journal.
Las interrupciones y los retrasos en las cadenas de suministro mundiales han desbordado los dos mayores puertos de Estados Unidos, Los Ángeles y Long Beach (California), desde el pasado verano.
El sur de California es «el epicentro de las importaciones procedentes de Asia» y, por lo tanto, cualquier retraso en estos puertos tiene un «efecto dominó» en los principales puertos de EE. UU., dijo Mario Cordero, director ejecutivo del puerto de Long Beach, a The Epoch Times.
Además, la escasez de conductores de camiones en Estados Unidos sigue agravando estos problemas y aumentando los costes de envío. La American Trucking Associations prevé que en Estados Unidos faltan 80,000 camioneros, un récord histórico para el sector.
Las interrupciones de suministro persistirán hasta finales de 2022 en más del 50% de todos los sectores, según los analistas de S&P Global Ratings. Descubrieron que en 54 de los 78 sectores mundiales, la mayoría de las empresas están «encontrando muy fácil o algo fácil trasladar los costes» a los consumidores.
El Banco de la Reserva Federal de Nueva York ha creado recientemente una nueva métrica, el Índice de Presión de la Cadena de Suministro Global (GSCPI), para medir las presiones en la cadena de suministro. El nuevo indicador pretende «ofrecer un resumen más completo de las posibles alteraciones que afectan a las cadenas de suministro mundiales», escribieron los investigadores de la Fed de Nueva York en un documento.
«Últimamente, el GSCPI parece sugerir que las presiones de la cadena de suministro mundial, aunque siguen siendo históricamente altas, han llegado a la cima y podrían empezar a moderarse un poco en el futuro».
Algunos economistas, sin embargo, cuestionan la opinión de que las presiones puedan haber alcanzado su máximo. Advierten que las posibles consecuencias podrían ser más graves que el año pasado si China intensifica su política de contención.
El índice de precios al consumidor subió un 7% en los 12 meses hasta diciembre de 2021, el ritmo más rápido desde junio de 1982 y mucho más alto que la tasa objetivo del 2% de la Fed. La tasa de inflación subyacente, que excluye los volátiles sectores de la alimentación y la energía, avanzó un 5.5% respecto del año pasado, la tasa más alta desde junio de 1991.
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