Una nueva película canadiense cuenta la historia de una operación audaz por parte de un grupo de ciudadanos chinos que trajeron noticias sin censura a China, entretejiendo historias personales de valentía e inspirando otras de sacrificio y fe. La película ha liderado una encuesta de premios de la audiencia desde su proyección en Toronto, el 3 de mayo.
«Primavera Eterna», dirigida por Jason Loftus originario de Toronto, es un documental animado que analiza una intervención en el año 2002 a una estación de televisión estatal china. La historia y la animación fueron realizadas por el aclamado artista chino Daxiong, quien trató de reconstruir los eventos que ocurrieron hace 20 años en su tierra natal, donde él y sus compañeros practicantes de la disciplina espiritual Falun Gong se convirtieron en objetivos de una brutal persecución dirigida por el Partido Comunista Chino (PCCh) a fines de la década de 1990.
El 4 de mayo, “Primavera Eterna” llegó a lo más alto de una lista de favoritos seleccionados por la audiencia para el premio Hot Docs Audience Award, presentado por el Hot Docs Canadian International Documentary Festival, uno de los festivales de documentales más grandes de América del Norte.
El documental se basa en las historias de 18 practicantes de Falun Gong que accedieron a una red estatal de transmisión de televisión por cable el 5 de marzo de 2002 en la ciudad de Changchun, en la provincia nororiental china de Jilin. Los programas «¿Autoinmolación o engaño?» y «Falun Dafa se extiende por todo el mundo» se emitieron simultáneamente en ocho canales durante unos 45 minutos.
Falun Gong, que consiste en ejercicios de meditación y enseñanzas basadas en los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia, se introdujo por primera vez en 1992 en China, donde pronto ganó gran popularidad debido a sus beneficios para la salud física y mental de las personas. En 1999, la disciplina atrajo a entre 70 y 100 millones de practicantes, según estimaciones oficiales chinas.
Sin embargo, el entonces líder del PCCh, Jiang Zemin, percibió esa popularidad como una amenaza para el gobierno totalitario del régimen y el 20 de julio de 1999 lanzó una campaña de odio y represión violenta contra los practicantes en un intento por erradicar la disciplina.
El 23 de enero de 2001, el portavoz del PCCh, la agencia de noticias Xinhua, transmitió un videoclip de cinco personas prendiéndose fuego en la plaza Tiananmen de Beijing. Xinhua inmediatamente afirmó que los cinco eran practicantes de Falun Gong que se quemaron en un intento de suicidio religioso, a pesar de que el suicidio es contrario a las enseñanzas de la práctica. El PCCh utilizó la falsa autoinmolación con el propósito de dar una imagen tergiversada de Falun Gong diciendo que era una “secta malvada” que merecía ser aniquilada.
A pesar de varias lagunas en el vídeo, que luego fue cuestionado por investigadores y medios internacionales, el informe de Xinhua sobre el incidente escenificado fue una gran victoria propagandística del PCCh contra Falun Gong. Muchos ciudadanos chinos comenzaron a denunciar de manera proactiva a sus compañeros de trabajo, vecinos e incluso familiares que practicaban Falun Gong, creyendo que el grupo era verdaderamente peligroso.
Los 18 practicantes de Falun Gong intervinieron en la estación de televisión estatal para transmitir información contraria a la narrativa de Xinhua. La transmisión que aclaró los hechos sobre la campaña de persecución contra Falun Gong se transmitió simultáneamente en ocho canales a 300,000 suscriptores de cable en Changchun.
A los pocos días de la filtración televisiva en Changchun, el homónimo en chino de la película, más de 5000 practicantes de Falun Gong en la ciudad y en el área cercana fueron arrestados durante una redada masiva por parte de las autoridades. Al menos siete de ellos fueron asesinados a golpes días después.
Amenazas de Beijing
Loftus afirmó que el régimen chino ha amenazado a sus familiares en China, al tiempo que ha perturbado sus negocios durante el proceso de realización del documental.
Loftus y el artista Daxiong, que ha dibujado para los cómics de la Liga de la Justicia y Star Wars, habían trabajado juntos hace muchos años para desarrollar un videojuego que fue publicado por el gigante chino de tecnología y entretenimiento, Tencent.
«Pero en medio del rodaje de esta película, el gobierno chino se puso en contacto con mis socios de Tencent y les obligó a cortar los lazos con mi empresa y eliminaron nuestro acuerdo de publicación, justo cuando estábamos lanzando nuestro videojuego», dijo Loftus a The Epoch Times en la proyección de la película el 3 de mayo.
«Al mismo tiempo, la Oficina de Seguridad Pública se puso en contacto con los familiares de mi esposa que aún viven en China, los amenazaron y les dijeron: ‘Oye, sabemos lo que estás haciendo en el extranjero’. Así que cuando la gente dice que es difícil hablar de China, hablar de historias de derechos humanos en China, es cierto. Definitivamente, hay una consecuencia”.
Sin embargo, Loftus dijo que está inspirado por las personas que se sacrificaron tanto para defender la verdad, y que es importante correr la voz sobre lo que está sucediendo en China.
«Me inspiran y me conmueven los personajes que conocemos en esta película, en esta historia. Ves lo mucho que han sacrificado y lo que han pasado para poder hablar y decir la verdad. Y por eso siento que tenemos que usar la libertad que tenemos para poder darles voz, para poder compartir esa historia con más gente», dijo.
“Hicimos esto para poder compartirlo con la gente, para que la gente pueda hablar sobre lo que está sucediendo en China, sobre lo que ha sufrido la comunidad de Falun Gong, sobre lo que continúa sucediendo en China, con una serie de grupos dentro de China que están siendo perseguidos por el Partido Comunista, y solo queríamos poder compartir eso de una manera realmente única y artística y, con suerte, conmovedora y convincente”.
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