El Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Armenia exigió este jueves la dimisión del primer ministro, Nikol Pashinián, cuya renuncia también reclama la oposición desde la derrota del país en la guerra de 2020 en Nagorno Karabaj, en tanto que éste calificó el llamamiento de intento de golpe militar.
«El primer ministro de Armenia y el Gobierno ya no son capaces de tomar decisiones adecuadas en esta situación de crisis para los armenios», señala la declaración de la cúpula militar, según la agencia armenia Armenpress.
«Considero la declaración del Estado Mayor un intento de golpe militar. Llamo a todos nuestros seguidores a reunirse en la Plaza de la República. Próximamente me dirigiré a los ciudadanos en directo», replicó Pashinián inmediatamente en su cuenta oficial de Facebook.
El Estado Mayor armenio considera en su declaración que el mandatario y el Gobierno no son capaces de gestionar la crisis política que estalló en el país tras la guerra en Nagorno Karabaj.
«Las Fuerzas Armadas aguantaron durante mucho tiempo los ataques de las autoridades dirigidos a desacreditar a los militares, pero todo tiene sus límites», añade la nota.
Los militares «han ejercido su labor con honor y han luchado con sus gentes contra el enemigo» Azerbaiyán en el enclave separatista de Nagorno Karabaj, recalcan en su declaración.
El Estado Mayor explica que la gota que colmó el vaso era el despido del vicejefe del Estado Mayor, Tigrán Jachatrián, quien calificó de «poco serias» las palabras del primer ministro sobre las supuestas deficiencias de los misiles tácticos de fabricación rusa Iskander durante la guerra en Nagorno Karabaj.
Ese despido, efectuado «por razones miopes e infundadas» y «sin tener en cuenta los intereses nacionales y estatales de Armenia, en la situación actual del país tras su derrota en la guerra con Azerbaiyán entre septiembre y noviembre pasado «es un paso irresponsable y anti-estatal».
«Una gobernanza ineficaz de las actuales autoridades y graves errores en política exterior han llevado al país al borde del colapso», sostiene la cúpula militar en su declaración.
La cúpula militar advierte sin embargo contra el uso de la fuerza en su declaración, firmada por 40 altos cargos castrenses, entre ellos el jefe del Estado Mayor, Onik Gasparián.
«En las condiciones creadas, las fuerzas armadas de Armenia exigen la dimisión del primer ministro y del Gobierno, y advierten a la vez contra el uso de la fuerza contra un pueblo que ha perdido a sus hijos, defendiendo su Patria y el Artsaj (Nagorno Karabaj)».
Pashinián destituyó inmediatamente a Gasparián según anunció en un mensaje de vídeo de Facebook.
El jefe del Gobierno, cuya renuncia es exigida también por la oposición armenia desde hace más de tres meses, afirma que los militares «tienen que responder» a las preguntas de la sociedad para que se sepa «la verdad sobre la guerra» en el Karabaj, que acabó con más de 4000 muertos en el lado armenio.
«Pero hay generales a los que no les gusta que la gente pueda hacerles preguntas», opinó.
Los combates en el Karabaj, territorio en disputa entre armenios y azerbaiyanos desde 1988, estallaron el 27 de septiembre pasado y se cobraron en 44 días la vida de más 5500 militares de ambos bandos y de unos 150 civiles, según fuentes oficiales.
Armenia controlaba el territorio desde su victoria en la anterior guerra (1992-1994), tras lo que entró en vigor un frágil alto el fuego roto en numerosas ocasiones, aunque, con la excepción de la guerra de los cuatro días de 2016, nunca a gran escala.
En virtud del acuerdo patrocinado por Moscú que puso fin a la guerra el 10 de noviembre, Azerbaiyán controlará más de dos tercios de territorio del Karabaj, república que proclamó su independencia tras celebrar tres referendos (1991, 2006 y 2017), aunque ésta nunca fue reconocida por la comunidad internacional.
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