A la luz de un caso judicial iniciado por un grupo de médicos que desafían los mandatos de vacunación de COVID-19 del gobierno de Queensland, los registros revelaron que las primeras muertes en el estado australiano fueron individuos que estaban completamente vacunados.
Una lista de las 183 primeras muertes por COVID-19 en el estado, desde el inicio de la pandemia el 13 de marzo de 2020 hasta el 27 de enero de 2022, presentada por el jefe de sanidad de Queensland en una declaración jurada, indica que las autoridades ya sabían en enero de 2022 que las vacunas podrían no estar evitando las muertes.
La lista muestra que la primera muerte por COVID-19 adquirida localmente fue una persona de unos 80 años y otra de unos 30, habiendo recibido ambas dos dosis de la vacuna en diciembre de 2021 y enero de 2022, respectivamente.
Aunque Queensland registró siete muertes al principio de la pandemia, estos casos se adquirieron fuera del estado y antes de que comenzara la distribución de vacunas.
La frontera de Queensland se abrió en diciembre de 2021, después de que se alcanzara la vacunación del 80 por ciento de la población del estado. El 31 de diciembre de 2021, casi el 90 por ciento de la población mayor de 16 años estaba totalmente vacunada.
Mandatos laborales en Queensland
El caso, iniciado contra el Estado, pide que se revoque la directiva de septiembre de 2021 que obliga a vacunar contra COVID-19 a los empleados de la sanidad pública y los centros de atención a ancianos.
Un especialista del caso, el psiquiatra Peter Parry, declaró que en las tres décadas de su carrera nunca había sido objeto de medidas disciplinarias hasta ahora.
«Me licencié en medicina hace 40 años y en todo ese tiempo nunca se ha presentado una sola queja contra mí ante una junta médica o la AHPRA», afirmó.
La razón por la que decidió rechazar las vacunas contra COVID-19 fue porque éstas «no son vacunas normales».
«Esperamos, aportando material probatorio y testimonios de testigos expertos ante el Tribunal Supremo, que los jueces examinen las pruebas y fallen a nuestro favor. Si tiene éxito, un gran número de enfermeras, profesionales sanitarios y médicos experimentados podrán volver a ayudar a un sistema de salud pública de Queensland desbordado», añadió.
Además de las obligaciones laborales impuestas, la primera ministra Annastacia Palazczuk prohibió a los no vacunados el acceso a servicios y libertades como hospitales, servicios para discapacitados, asistencia a ancianos, bibliotecas y locales de hostelería.
Para ello, el gobierno de Queensland exigió una prueba de vacunación en los locales, con el fin de mantener la seguridad de los habitantes de Queensland.
BREAKING: Fully vaccinated Queenslanders will be rewarded to keep our freedoms from 17 December or when we reach the 80% double dosed milestone. #covid19 pic.twitter.com/WICAlLvxl0
— Annastacia Palaszczuk (@AnnastaciaMP) November 9, 2021
El mensaje pasa a reducir las enfermedades graves
Inicialmente, en 2021, el Gobierno de Queensland cerró las fronteras del estado y animó a la población a vacunarse contra COVID-19. Su objetivo era reabrir las fronteras una vez que el 80 por ciento de la población estuviera vacunada, con el fin de detener la propagación del virus y proteger a los ciudadanos vulnerables.
Sin embargo, cuando se reabrieron las fronteras tras alcanzar el objetivo, los casos de COVID-19 aumentaron en lugar de disminuir. Cuando quedó claro que las vacunas no prevenían por completo la infección o la transmisión, el mensaje se centró en destacar la eficacia de las vacunas para reducir las enfermedades graves y la mortalidad.
Hoy en día sigue siendo una condición para la mayoría del personal sanitario de Queensland vacunarse contra COVID-19 para garantizar la seguridad permanente de empleados, pacientes, visitantes y la comunidad en general.
«Los beneficios abrumadores de la vacunación contra COVID-19 siguen siendo mayores que los riesgos potenciales, y esto está corroborado por enormes cantidades de datos de seguridad basados en miles de millones de dosis en todo el mundo», dijo un portavoz de la TGA a The Epoch Times en un correo electrónico.
Pfizer desestima las preocupaciones sobre los mandatos de vacunación
La noticia de las muertes se produce después de que una investigación parlamentaria sobre los mandatos de vacunación contra COVID-19 oyera decir a los responsables australianos de Pfizer Australia que los mandatos de vacunación coaccionaban a los australianos para que se vacunaran contra COVID-19, alegando que podían elegir.
En su comparecencia ante una comisión de investigación del Senado australiano sobre la vacuna contra COVID-19, el Dr. Krishan Thiru, Director Médico de Pfizer en Australia, y el Dr. Brian Hewitt, Jefe de Ciencias Reguladoras de Pfizer, rechazaron las preocupaciones de los senadores de que se hubiera coaccionado a los australianos para que se vacunaran contra COVID-19. «Creo firmemente que no se ha coaccionado a nadie para que se vacune contra COVID-19», declaró el Dr. Hewitt.
«Creo firmemente que nadie ha sido obligado a vacunarse», declaró el Dr. Thiru.
«Los gobiernos y las autoridades sanitarias determinan los requisitos de vacunación. Creo que a todo el mundo se le ofreció la oportunidad de vacunarse o no vacunarse. No creo que se obligara a nadie a vacunarse».
Mientras tanto, el Dr. Hewitt, cuando se le preguntó si creía que los australianos de los estados que estaban sujetos a mandatos a gran escala -como Australia Occidental o Victoria- no se veían obligados a vacunarse aunque se dieran cuenta de que no podían ganarse la vida sin vacunarse, respondió que no creía que los mandatos obligaran a las personas a vacunarse.
«Los mandatos de vacunación los determinan los gobiernos y las autoridades sanitarias. No creo que los mandatos obliguen realmente a los individuos a vacunarse», afirmó.
Con información de Victoria Kelly-Clark.
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