Los primeros venezolanos alojados el domingo en un campamento transitorio que Colombia instaló en la ciudad fronteriza de Cúcuta por la pandemia del virus del PCCh, comúnmente conocido como nuevo coronavirus, emprendieron este lunes el regreso a su país por el puente internacional Simón Bolívar, el principal paso entre ambos países.
Tras pasar la noche del domingo en el campamento, 300 venezolanos regresaron este lunes al puente, que une a Cúcuta con San Antonio del Táchira, y en cuyas cercanías estaban aglomerados desde hace días.
La semana pasada comenzó a regir una disposición del régimen de Nicolás Maduro que limita a 300 el número de retornados que pueden entrar a Venezuela diariamente, pero solo pueden hacerlo los días lunes, miércoles y viernes.
Retorno ordenado
El primer grupo de retornados del campamento recibió desayuno esta mañana y luego abordaron autobuses que los trasladaron desde el Centro de Atención Sanitaria Tienditas (CAST) hasta el Simón Bolívar para cruzar la frontera, según la Gobernación del departamento de Norte de Santander, cuya capital es Cúcuta.
Este es un plan de las autoridades colombianas, apoyado por las agencias de la ONU y por organismos internacionales, con el cual se busca que el retorno se haga de manera ordenada, sin aglomeraciones, para prevenir eventuales contagios de COVID-19.
De esta forma, quienes estaban en las calles de La Parada, un caserío en las afueras de Cúcuta, en el lado colombiano del puente Simón Bolívar, fueron trasladados al CAST donde fueron atendidos y organizados para que pasen la frontera por grupos, procedimiento que se seguirá con quienes vayan llegando a la zona.
«Es un sitio de estación transitorio que por 48 horas les da condiciones de sombra, de salud. No es una vivienda pero es una zona segura y protegida para que las madres y las familias puedan estar en unas mejores condiciones y esperen, en el caso de estos 300 migrantes, la salida», dijo Víctor Bautista, secretario de Fronteras y Cooperación Internacional de Norte de Santander.
La medida del Gobierno de Maduro afectó a miles de venezolanos que han decidido retornar al quedarse sin trabajo en Colombia y otros países de la región y que desde hace semanas se amontonan, principalmente en las afueras Cúcuta, a la espera de que se les permita atravesar la frontera.
Ayudas y asistencia médica
La «estación sanitaria transitoria» está ubicada al lado de las bodegas del puente internacional de Tienditas, donde estaban almacenadas decenas de toneladas de ayudas humanitarias que el presidente de la Asamblea Nacional Venezolana, Juan Guaidó, intentó ingresar a su país el 23 de febrero de 2019.
A su llegada al CAST, los 300 migrantes recibieron este domingo atención médica, alimentación y kits de aseo por género y para bebés, así como atención para sus mascotas.
«Estamos haciendo el tamizaje en salud de esta población que está llegando a esta zona, que consiste en llenar una ficha epidemiológica, un control de temperatura y un control de signos y síntomas», explicó a periodistas el director del Instituto Departamental de Salud de Norte de Santander, Carlos Martínez.
Según el funcionario, «migrante que llega con temperaturas superiores a 38 grados centígrados inmediatamente es valorado por el cuerpo médico, se activan los protocolos para COVID-19 (…) y se aísla en una zona que ya se tiene dispuesta para ese proceso mientras llegan los resultados moleculares de este procedimiento».
Campamento de paso
La Gobernación de Norte de Santander aseguró que el campamento no es un albergue ni un refugio sino una estación en la que los migrantes podrán estar máximo 48 horas y tiene una capacidad para 600 personas, distribuidas en camarotes y carpas.
Allí los venezolanos tienen acceso a baños, duchas y alimentos, así como a atención médica y psicosocial.
También reciben una almohada y sábanas, un kit de aseo, espacios para almacenar su equipaje e incluso atención para las mascotas que llevan algunos de ellos.
En Colombia se establecieron en los últimos cinco años más de 1.8 millones de venezolanos que dejaron su país huyendo de la crisis, de los cuales 71,483 retornaron de manera voluntaria entre el 14 de mayo y el pasado 4 de junio presionados por la pandemia, según datos de Migración Colombia.
Los venezolanos, que salen de distintos lugares de Colombia, llegan en autobuses fletados o incluso caminando a Cúcuta o Arauca, limítrofe con el estado venezolano de Apure, con la esperanza de cruzar la frontera hacia su país, un recorrido inverso al que hicieron en los últimos años.
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