El proceso electoral de cara a la presidencia en México para 2024 acapara más atención a medida que avanza, todo esto en medio de una serie de particularidades que lo convierten en una especie de rompecabezas de sucesos históricos.
El Instituto Nacional Electoral (INE), ya en julio pasado, calificó los próximos comicios que se celebrarán el 2 de junio del 2024 en México como las elecciones más grandes de la historia de México.
Hasta ese momento, Donaciano Muñoz Loyola, vocal ejecutivo del INE en el estado de Guerrero, estimó que en el proceso electoral 2024 se tendrán aproximadamente 98 millones de electores, la instalación de 170,000 casillas en todo el territorio nacional, y la participación de 1.5 millones de funcionarios de Mesas Directivas de Casilla, convirtiéndolo así en el proceso electoral más grande en la historia del país.
Sin embargo, la historia moderna de México —bajo la memoria de la Revolución mexicana y la promulgación de la Constitución Política de 1917— nos recuerda que el proceso y transición democrática del país ha requerido reformas y esfuerzos importantes en el sistema electoral. Como la de 1996, que permitió la autonomía del Instituto Federal Electoral (IFE), predecesor del INE, el órgano encargado de regular los procesos electorales.
Este hito en el país abrió el camino para que cuatro años después existiera una alternancia en el poder de la silla presidencial, que casi se perpetúo con el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Este hecho llevó a que en 1990 el escritor peruano Mario Vargas Llosa describiera a México como una «dictadura perfecta».
Vasta recordar que antes de ello, solo un partido mantuvo el poder en las instituciones públicas —el PRI y sus denominaciones anteriores— cuyo antecedente data de 1929 con la creación del Partido Nacional Revolucionario (PNR), que posteriormente cambió su nombre a Partido de la Revolución Mexicana (PRM) en 1938, para finalmente convertirse en el actual PRI en 1946.
No fue sino hasta el 2000, con la victoria de Vicente Fox Quezada, que de manera histórica México vivió una alternancia en la silla presidencial.
Proceso actual rumbo a las elecciones 2024
Esta es la primera vez que el PRI, el partido de mayor historia en el país y del cual emanaron muchos de los políticos mexicanos de hoy en día, no contará con un candidato propio a la presidencia en casi 100 años desde sus inicios. En su lugar, se sumó a la formación de una alianza llamada Frente Amplio por México.
El Frente Amplio por México se conformó a fines de junio con la participación de los tres principales partidos mexicanos: el Partido Acción Nacional (PAN), considerado como de derecha; el PRI, de centro; y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) de izquierda. Los tres partidos decidieron unir esfuerzos para llegar a la presidencia de la república por medio de su virtual candidata a la presidencia, Xóchitl Gálvez.
Lo que hace que este proceso electoral también sea aún más particular es que es la primera vez que dos mujeres, ambas de movimientos políticos opositores, son virtuales candidatas a la presidencia. Claudia Sheinbaum del partido oficialista Movimiento Regeneración Nacional (Morena), que fundó el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador en 2011, y por su parte, Gálvez por el Frente Amplio, recibiendo apoyo de los tres principales partidos de larga data en el país.
Xóchitl Gálvez, originaria de Tepatepec, Hidalgo, nació en febrero de 1963 y estudió ingeniería en computación en la Facultad de Ingeniería Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Años más tarde, en 1992, fundó la empresa de servicios tecnológicos para edificios inteligentes, High Tech Services, de la que actualmente es directora general.
Gálvez incursionó en el ámbito de servicio público durante la presidencia de Vicente Fox (2000–2006), donde formó parte del gabinete presidencial al estar a cargo de la Oficina para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Es senadora desde 2018 y pertenece al grupo parlamentario del PAN. Afirma que es independiente y que no tiene partido, aunque abandera la alianza del PRI, PAN y PRD para los comicios presidenciales 2024.
Por su parte, Sheinbaum, originaria de la Ciudad de México y de ascendencia judía, nació en junio de 1962, y estudió física en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), posteriormente estudió dos posgrados de ingeniería.
La actual candidata de Morena, quien fue militante del PRD, incursionó en 2000 en el ámbito político cuando fue reclutada por López Obrador para dirigir la Secretaría de Medio Ambiente (SMA) donde supervisó la construcción del Metrobús y el segundo piso del periférico. En 2006 dejó el cargo para convertirse en vocera de la campaña presidencial del actual mandatario.
Morena busca continuar ganando terreno
Morena, por su parte, busca continuar ganando terreno en el poder, luego de que en junio pasado lograra hacerse con la joya de la corona, el Estado de México —la entidad de mayor cantidad de habitantes en el país— luego de que Delfina Gómez Álvarez se convirtiera en la primera mujer gobernadora del estado tras casi 100 años de tradición priista.
Gómez ganó las elecciones estatales el pasado 4 de junio, superando a su contrincante por el PRI, Alejandra del Moral.
En ese sentido, la toma de protesta de Gómez del pasado 14 de septiembre también fue histórica, ya que es la primera vez en los últimos tiempos que el presidente de la República Mexicana asiste a la toma de protesta de algún gobernador electo del Estado de México. En ocasiones anteriores, en representación del ejecutivo se solía enviar al secretario de gobernación de la administración en turno.
Desde 2021 Morena ha obtenido los estados de Baja California Sur, Campeche, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas y en 2022 Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas, y en este 2023 logró el Estado de México. Si bien Morena ha logrado el poder en 16 entidades federativas, aún le faltan otras 16 más, incluidos estados grandes como Chihuahua y Nuevo León.
Con información de EFE.
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