Productores de una área rural de Uruguay están a la caza de un perro que ha atacado alrededor de 100 ovejas en su propiedad. Los hombres están dispuestos a matar al perro, amparándose en las leyes rurales locales que les permiten hacerlo en casos extremos como el que están viviendo.
Jorge Riani, Otto Fernández y Gustavo Quevedo son tres productores que han estado lidiando con un feroz perro en sus propiedades de Artiga, en Uruguay.
Los productores creen que no se trata de un perro cualquiera, ya que «sabe lo que hace, no ladra cuando ataca y eso nos complica» para lograr atraparlo, «ataca siempre de noche, hoy ataca acá y mañana cambia y ataca en otro lado», dijeron al medio local El Observador.
A pesar de mantener una intensa vigilancia, alrededor de 100 ovejas ya fueron asesinadas o heridas. Cada día los productores destinan varias horas al día o en la madrugada para atrapar al can, pero hasta ahora «solo lo pudimos ver una vez, una noche», dijo Quevedo al mismo medio.
Pero, ¿qué planean hacer si encuentran el perro? Amparados en el Artículo 125 del Código Rural, los dueños de las ovejas están dispuestos a eliminar la amenaza, matando al sanguinario animal.
«Los propietarios u ocupantes tienen el derecho de matar a los perros ajenos que encuentren en sus poblaciones o cerca de sus ganados, cuando aquéllos no acompañen o sigan a sus dueños o cuando, acompañándolos, se les separen para hacer daño o mezclarse con los ganados y molestarlos». SECCION I. CAPITULO X – PERROS. Artículo 125.
Aunque los productores denunciaron el caso a las autoridades, Quevedo explicó que la policía «no puede hacer mucho» porque solo reciben la denuncia pero no pueden tomar acciones legales. En el último de los casos, les dicen que la ley al respecto es la citada, en la que ellos se pueden hacer cargo del asunto, matando al perro.
«Es una pena», dijo el productor, ya que en casos como este «a veces le toca a uno, a veces le toca al otro, pero no para y cada vez pasa más».
Jorge Riani, expresidente de la Federación Rural y uno de los afectados por la matanza de las ovejas, mostró en medios de comunicación las «imágenes desgarradoras» de 81 ovejas en septiembre del 2020, en un caso similar al que está viviendo esta vez junto a los otros dos productores.
«La culpa no es de los animales», reflexionó en una entrevista al medio Telenoche, «la culpa es de la gente que tiene a los perros y no sabe cuidarlos o no les da de comer».
El valor de cada oveja es de cerca de USD 100, y a la pérdida económica se agrega el vellón que se deja de cosechar y los corderos que no llegaron a nacer, ya que varias ovejas estaban preñadas.
Sin embargo, se cree que el autor de los últimos ataques no es un perro de la zona y que posiblemente alguien lo «soltó» allí.
Y en vista de las circunstancias, aclara que «uno a un perro no lo mata por gusto, ojalá no tuvieramos que hacerlo, pero uno tiene que defender a sus propios animales».
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