Un propietario de Florida que posee ocho complejos de apartamentos ha comunicado a sus inquilinos que deben vacunarse contra el COVID-19 o enfrentarse al desalojo.
Santiago A. Alvarez, de 80 años, que posee propiedades en los condados de Broward y Miami-Dade, comunicó a los nuevos inquilinos y a sus empleados que debían presentar una prueba de vacunación antes del 15 de agosto, mientras que los inquilinos actuales deben presentar una prueba de vacunación antes de renovar sus contratos. Confirmó la directiva al Washington Post el 15 de septiembre.
«¿No quieres vacunarte? Tienes que mudarte», dijo Alvarez al Post. «Y si no te mudas, hay que proceder al desalojo». Luego añadió: «Es una falta de consideración hacia el vecino, es una falta de consideración hacia sus propias familias, hacia sus hijos».
Su abogado, Juan C. Zorrilla, afirmó que la medida no está violando la orden del gobernador Ron DeSantis que prohíbe el uso de pasaportes de vacunas en el estado. Los inquilinos, argumentó, no son patrones o clientes y Alvarez no les está proporcionando un servicio. El abogado también dijo que Alvarez está dispuesta a hacer excepciones para las personas que decidan no vacunarse por razones religiosas o médicas.
Sin embargo, una portavoz de la oficina de DeSantis, Christina Pushaw, dijo que Alvarez sí está violando la ley estatal con la norma.
El propietario, dijo al Post, «no puede requerir pasaportes de vacunas como una condición de entrada o servicio» y dijo que «la ley es muy clara». Esta semana, con la entrada en vigor de la ley, el Departamento de Salud del estado impondrá multas de 5000 dólares a las empresas, oficinas gubernamentales y escuelas que exijan una prueba de vacunación contra el COVID-19, añadió Pushaw.
«La ley de Florida es clara. El propietario de un negocio no puede exigir pasaportes de vacunas como condición de entrada. Cada violación de la ley resultará en una multa de 5000 dólares», dijo Pushaw a Breitbart News el jueves.
«Como dijo el gobernador DeSantis, nadie debería perder su trabajo por estas órdenes de vacunas sin base científica y exageradas. Lo mismo ocurre con la vivienda; a nadie se le debería negar un techo por una decisión médica personal», continuó.
Algunos inquilinos del edificio de Alvarez dijeron que estaban consternados por la directiva sobre vacunas.
«Nadie quiere vivir en un lugar donde no lo quieran. (…) Si ese es el caso, entonces mejor me voy», dijo Jasmine Irby, una guardia de seguridad, al Post. «Era mejor que me fuera». Irby dijo que presentó una queja ante el Departamento de Agricultura y Servicios al Consumidor de Florida para poder renovar su contrato de alquiler sin tener que revelar información médica privada a su casero.
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