El número de estadounidenses que piden menos inmigración se ha duplicado bajo la Administración Biden, según una encuesta de Gallup publicada el 13 de febrero.
La encuesta se realizó entre el 2 y el 22 de enero entre una muestra aleatoria de 1.011 adultos mayores de 18 años residentes en los 50 estados de EE. UU. y el Distrito de Columbia.
Tiene un margen de error de muestreo de 4 puntos porcentuales.
La encuesta reveló que el 40 por ciento de los estadounidenses quiere menos inmigración en Estados Unidos, frente al 19 por ciento de enero de 2021 y el 35 por ciento de 2022, aunque todavía no es tan alta como la alcanzada en los años posteriores a los atentados terroristas del 11-S, cuando oscilaba entre el 44 y el 52 por ciento.
No obstante, es el más alto desde 2016, según Gallup.
El deseo de frenar la inmigración ha aumentado en todos los grupos partidistas desde 2021, pero sigue siendo mayor entre los republicanos que entre los independientes o los demócratas.
Del 40% que pide menos inmigración en Estados Unidos, el 71% eran republicanos, el 36% independientes y el 19% demócratas, según la encuesta.
Los estadounidenses, cada vez más insatisfechos con el aumento de la inmigración
«El descontento de los republicanos con la inmigración por ser demasiado alta es ahora el más alto que Gallup ha registrado para ese partido. Por otra parte, a pesar de haber aumentado en los últimos años, este punto de vista es menos común hoy en día entre los independientes y especialmente entre los demócratas de lo que lo era en los años posteriores al 11-S», señaló Gallup.
Mientras tanto, la satisfacción general con el nivel de inmigración cayó 6 puntos, del 34 por ciento en enero de 2022 al 28 por ciento actual, la lectura más baja en una década, según la encuesta.
Un 8 por ciento dijo estar insatisfecho con el nivel de inmigración porque quiere ver más inmigración, mientras que el 15 por ciento restante no está seguro de por qué se siente así o quiere que la inmigración siga igual.
La última encuesta se produce en medio de un aumento de extranjeros ilegales que cruzan la frontera sur de EE. UU., provocando problemas humanitarios y políticos, que muchos legisladores republicanos han achacado a las «políticas de fronteras abiertas» de Biden.
Los republicanos de la Cámara de Representantes han prometido responsabilizar a Biden de la situación y actualmente están investigando la gestión de la administración de la frontera sur de Estados Unidos.
En una audiencia celebrada a principios de mes, el presidente de la Comisión Judicial de la Cámara de Representantes, Jim Jordan (R-Ohio), dijo a sus colegas que más de 4.5 millones de inmigrantes ilegales han cruzado la frontera desde que Biden asumió el cargo, de los cuales al menos 38 han aparecido en las bases de datos de detección de terroristas.
Otros datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) publicados a principios de este mes muestran que la Patrulla de Fronteras detectó 128,410 personas que entraron ilegalmente en el país entre los puertos de entrada de la frontera suroeste, lo que supone un 42% menos que en diciembre.
Biden anuncia un nuevo plan fronterizo
Mientras tanto, la CBP encontró un total de 156,274 migrantes en enero de 2023, casi un 40 por ciento menos que en diciembre, pero todavía el más alto de la historia para el mes de enero.
De ellos, aproximadamente el 69 por ciento (o 108,573) eran adultos solos y 38,087 estaban con unidades familiares o un grupo de miembros de la familia que viajaban juntos.
A pesar de la creciente preocupación por la crisis fronteriza, Biden, durante su discurso sobre el Estado de la Unión a principios de este mes, alabó el «número récord de personal que trabaja para asegurar la frontera» que, según dijo, ha detenido a 8000 traficantes de personas e incautado más de 23,000 libras de fentanilo en los últimos meses.
Biden también promocionó su «nuevo plan fronterizo», puesto en marcha el mes pasado, según el cual los inmigrantes procedentes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela serán devueltos a México en virtud del Título 42 si entran ilegalmente en el país.
Sin embargo, la administración también ofrecerá oportunidades de inmigración legal a través de un programa de libertad condicional «humanitaria» a los solicitantes de asilo y migrantes que reúnan los requisitos necesarios, permitiéndoles vivir y trabajar en Estados Unidos, siempre que encuentren un patrocinador dentro del país y superen una comprobación de antecedentes.
En su discurso sobre el Estado de la Unión, Biden también calificó la crisis fronteriza de «problema bipartidista» que, dijo, «no se solucionará hasta que el Congreso actúe».
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