Según estimaciones recientes, más de 5.8 millones de estadounidenses padecen actualmente la enfermedad de Alzheimer. A medida que la población envejece, el porcentaje de personas afectadas por esta enfermedad debilitante no hará más que aumentar. Los expertos afirman que cada cinco años después de los 65, el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer se duplica. El resultado es que se espera que se diagnostique la enfermedad de Alzheimer a 14 millones de estadounidenses para el año 2060. Siga leyendo para descubrir cómo el consumo de antocianinas puede reducir en gran medida el riesgo de problemas cerebrales (y cardíacos).
Lamentablemente, los fármacos para tratar la enfermedad de Alzheimer han tenido resultados poco satisfactorios y presentan efectos secundarios tóxicos. Ahora, más que nunca, los científicos se apresuran a encontrar intervenciones naturales no tóxicas que puedan ayudar a preservar la función cognitiva y retrasar la aparición de enfermedades neurodegenerativas. Las últimas investigaciones revelan un «colorido» rayo (o arco iris) de esperanza. Una nueva revisión publicada en Nutrients detalla el poder de las antocianinas –pigmentos vegetales naturales que dan a los arándanos su profundo tono índigo– para promover la salud cognitiva y cardiovascular.
Las antocianinas son potentes antioxidantes que pueden combatir la inflamación y el estrés oxidativo
Las antocianinas, que van desde el rojo intenso hasta el púrpura/azul, existen en las plantas para atraer a los insectos y animales y facilitar la polinización. Sin embargo, estos compuestos de color intenso también protegen contra el estrés oxidativo, las temperaturas extremas y los efectos nocivos de la luz ultravioleta. Es esta capacidad protectora la que ha llamado la atención de los investigadores.
En la revisión publicada en Nutrients, los autores evaluaron los efectos beneficiosos de las antocianinas en las enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas e informaron de que las antocianinas podrían mantener la salud cardiovascular y cerebral al reducir el estrés oxidativo en los seres humanos. (Este tipo de estrés está causado por los radicales libres dañinos, que pueden generarse de forma natural en respuesta a actividades normales como el ejercicio. Los radicales libres también son creados por factores menos benignos, como las toxinas ambientales, el humo del cigarrillo, el alcohol y el exceso de luz ultravioleta). Al eliminar y neutralizar los radicales libres, las antocianinas pueden aportar importantes beneficios para la salud.
La cianidina-3 promueve la salud del corazón a través de múltiples mecanismos
Cuanto más examinaban los científicos los efectos de las antocianinas, más beneficios descubrían. Por ejemplo, el equipo observó que una antocianidina conocida como cianidina 3 ayuda a combatir la inflamación endotelial que puede desencadenar enfermedades cardíacas. Este compuesto preserva la disponibilidad del óxido nítrico –que tiene un efecto beneficioso sobre la salud endotelial– al tiempo que parece hacer que las plaquetas de la sangre sean menos «pegajosas», lo que permite un mayor flujo de circulación a través de las arterias y las mantiene despejadas y saludables.
En un estudio controlado con placebo citado por los investigadores, 150 participantes con colesterol alto recibieron 320 mg al día de antocianinas durante 24 semanas y experimentaron una reducción de los niveles de proteína C reactiva (una enzima inflamatoria relacionada con las enfermedades cardíacas). En otro estudio publicado en Nutrition, Metabolic and Cardiovascular Diseases, se demostró que las antocianinas mejoraban los niveles de colesterol.
Otras autoridades médicas han dejado constancia de los efectos beneficiosos de las antocianinas. La prestigiosa Clínica Cleveland reconoce que las antocianinas pueden reducir el colesterol, disminuir la presión arterial y reducir la inflamación cardiovascular.
Preservar una cognición sana con arándanos y otros alimentos ricos en antocianinas
Las antocianinas se han convertido en un tema de interés como estrategia natural preventiva/terapéutica para las enfermedades neurodegenerativas. Los científicos informan que tienen la capacidad de proteger las neuronas contra el estrés oxidativo, disminuir las sustancias químicas proinflamatorias en el cerebro y modular las vías de señalización celular. Incluso hay pruebas de que las antocianinas pueden ayudar a inhibir la acetilcolinesterasa, una sustancia química del cerebro que descompone la acetilcolina, un neurotransmisor necesario para la memoria y el aprendizaje.
En un interesante estudio publicado en el European Journal of Nutrition, los adultos mayores con demencia leve y moderada que bebieron una dosis diaria de jugo de cereza rico en antocianinas experimentaron mejoras en la memoria y el habla. Muchos expertos en salud natural creen que los arándanos y otros alimentos de color azulado tienen lo necesario para ayudar a preservar la función cognitiva en la vejez y retrasar la aparición de enfermedades neurodegenerativas devastadoras.
Las antocianinas favorecen un microbioma equilibrado
Pero los beneficios de las antocianinas no se limitan al sistema cardiovascular y al cerebro. Cuando estos pigmentos se descomponen en el intestino, liberan productos que modulan el microbioma, o comunidad de bacterias intestinales. Cuando está bien equilibrado, este importante grupo de microbios desempeña un papel esencial en la función inmunitaria normal, el metabolismo sano e incluso el estado de ánimo y la cognición.
Resulta que las antocianinas ayudan a producir ácidos grasos de cadena corta, que fomentan la proliferación de bacterias intestinales «amistosas» como los Lactobacillus y las Bifidobacterias. Al promover la salud del importantísimo microbioma intestinal, las antocianinas pueden contribuir en gran medida a la inmunidad general, la salud, la vitalidad y el bienestar.
Recuerde: Aunque la mayoría de las personas en Estados Unidos obtienen la mayor parte de sus antocianinas a través de las bayas, también puede obtener estos pigmentos naturales a base de plantas a través de las uvas, los frijoles negros, el maíz azul o púrpura, la col, las cerezas oscuras, las ciruelas y la piel de las berenjenas. Para obtener los máximos beneficios, opte por productos orgánicos siempre que sea posible.
Tal y como aconsejan los expertos en salud natural desde hace tiempo, deberíamos «comer el arco iris» para gozar de una salud óptima. Solo tiene que asegurarse de que su «arco iris» contenga muchos colores carmesí, azul brillante y púrpura intenso. Su cuerpo se lo agradecerá.
Republicado por NaturalHealth365
Las fuentes de este artículo incluyen:
ClevelandClinic.org
ClevelandClinic.org
NIH.gov
NIH.gov
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