Las cebollas tienen una larga historia de uso medicinal.
Muchos expertos creen que las primeras cebollas aparecieron en Asia Central. La mayoría está de acuerdo en que la hortaliza se ha cultivado durante casi 5000 años y podría ser uno de los primeros cultivos, ya que son fáciles de producir y transportar, y tienen una larga vida útil.
Cayo Plinio Segundo (23/24-79 d. C.), llamado Plinio el Viejo, catalogó cómo los romanos usaban cebollas en Pompeya antes de morir a causa del volcán. Sus documentos mostraban que las cebollas se usaban para inducir el sueño, curar dolores de muelas y llagas en la boca y solucionar problemas de visión. Otros han documentado su uso en el tratamiento de dolores de cabeza y enfermedades cardíacas.
En la Edad Media, las cebollas se usaban para ayudar a aliviar los dolores de cabeza, la caída del cabello y ayudar a pagar la renta. Los primeros peregrinos las llevaron en el Mayflower a América para cultivarlas, donde se convirtieron en uno de los primeros productos comercializados en Nueva Inglaterra.
Es probable que los muchos beneficios para la salud derivados de comer cebollas provengan del valor nutritivo de esta hortaliza. Una cebolla pequeña tiene solo 28 calorías, 6.5 gramos (g) de carbohidratos y 1.1 g de fibra total. También contiene:
- Calcio, 16.1 miligramos (mg)
- Magnesio, 7 mg
- Potasio, 102 mg
- Vitamina C, 5.18 mg
- Colina, 4.27 mg
Las cebollas también son sorprendentemente ricas en polifenoles beneficiosos. Este grupo de compuestos vegetales juega un papel importante en la prevención y reducción de la diabetes, el cáncer y las enfermedades cardiovasculares. En una comparación de la capacidad de polifenoles y antioxidantes entre las cebollas rojas y amarillas, los investigadores encontraron que las capas externas de las cebollas tenían la mayor cantidad de polifenoles y flavonoides totales.
Las capas externas de ambos tipos de cebollas también tuvieron la mayor actividad antioxidante. Sin embargo, en general, la cebolla roja tuvo una mejor actividad antioxidante, con un mayor número de polifenoles y flavonoides totales que se asociaron con la actividad antioxidante. Las cebollas tienen más de 25 variedades de flavonoides que ayudan a prevenir el daño celular que contribuye a enfermedades crónicas como la diabetes y las enfermedades cardíacas.
Además del contenido de calcio que promueve huesos fuertes, las cebollas también pueden aliviar el estrés oxidativo, lo que a su vez disminuye la pérdida ósea y puede ayudar a prevenir la osteoporosis. Las cebollas también son una buena fuente de vitaminas A y K, que además de la vitamina C ayudan a proteger la piel de los rayos ultravioleta. La vitamina C también ayuda a su cuerpo a producir colágeno, un soporte estructural para su piel y cabello.
El compuesto prebiótico tiene múltiples beneficios
Los prebióticos son la fibra no digerible que ayuda a nutrir las bacterias beneficiosas de su cuerpo. A su vez, estas bacterias ayudan con la digestión de los alimentos y la absorción de nutrientes, además de desempeñar un papel importante en la función de su sistema inmunológico. Uno de estos prebióticos es la inulina, una forma de fibra dietética soluble en agua que se encuentra en las cebollas.
La inulina se encuentra en miles de especies de plantas, pero la mayoría de los expertos coinciden en que la raíz de achicoria es la fuente más rica, con hasta 20 g de inulina por cada 100 g de peso. Las alcachofas de Jerusalén, el ajo, los espárragos y la cebolla cruda también son fuentes importantes, llegando las alcachofas de Jerusalén hasta 19 g y la cebolla cruda de 5 a 9 g.
Su intestino prospera con cantidades adecuadas de fibra, ya que ayuda a mejorar la salud digestiva y alivia el estreñimiento. En un estudio, los investigadores encontraron que quienes tomaron inulina tuvieron movimientos intestinales con una mejor consistencia en las heces. Otro estudio mostró que los adultos mayores experimentaron una mejor digestión con menos estreñimiento.
Además de alimentar las bacterias beneficiosas del microbioma intestinal, la inulina también demuestra la capacidad de promover la pérdida de peso y reducir las células grasas del hígado en personas prediabéticas.
Dado que la inulina es incolora, tiene un sabor neutro y es altamente soluble, los fabricantes la están agregando a los productos alimenticios para ayudar a aumentar el contenido de fibra de los alimentos procesados. En una revisión de los estudios de inulina publicados en US Pharmacist, los datos mostraron que la inulina también tiene un efecto sobre la absorción de minerales y un efecto potencial sobre los niveles de lípidos. Los lípidos son los componentes clave de las células, pero tener demasiados puede contribuir a las enfermedades cardíacas.
Varios estudios demostraron que la inulina ayuda a mejorar la absorción de calcio, lo cual es muy beneficioso en la cebolla ya que también es una fuente rica en calcio. En general, los datos sobre el efecto sobre los lípidos fueron variados, ya que la mayoría de los estudios tuvieron un número pequeño de participantes. Sin embargo, investigaciones anteriores han demostrado que la fibra soluble reduce los niveles de lípidos.
En un estudio de mujeres que tenían diabetes tipo 2, los investigadores encontraron que las que usaban inulina tenían un mejor control glucémico. También parece que los alimentos ricos en flavonoides, como las cebollas, pueden ayudar a inhibir el crecimiento de H. pylori, un tipo de bacteria responsable de la mayoría de las úlceras.
Verduras allium vinculadas a la prevención del cáncer
Las cebollas son un miembro de la familia allium, que también incluye ajo, puerros, chalotes y cebollín.
Los vegetales allium son populares en diferentes platos en todo el mundo y algunos estudios epidemiológicos han encontrado una asociación entre las personas que comen grandes cantidades de vegetales allium y un riesgo reducido de cáncer, particularmente en el tracto gastrointestinal.
La mayoría de estos estudios provienen de investigaciones mecanicistas o estudios que están «diseñados para comprender un proceso biológico o conductual, la fisiopatología de una enfermedad o el mecanismo de acción de una intervención».
Algunos de estos han sido ensayos clínicos que evalúan el mecanismo que tienen los compuestos de azufre en los vegetales allium sobre la bioactivación de carcinógenos y actividades antimicrobianas. En una revisión de la literatura publicada en Cancer Prevention Research, los investigadores encontraron: «Los vegetales allium y sus componentes tienen efectos en cada etapa de la carcinogénesis y afectan muchos procesos biológicos que modifican el riesgo de cáncer».
A principios de 2019, un estudio publicado en Asia-Pacific Journal of Clinical Oncology reveló los resultados de un análisis de 833 pacientes con cáncer colorrectal.
Después del análisis, los investigadores encontraron que los adultos que consumían grandes cantidades de vegetales allium tenían un riesgo 79 por ciento menor de cáncer colorrectal. El Dr. Zhi Li, del Primer Hospital de la Universidad Médica de China, fue el autor principal, quien comentó los resultados diciendo:
“Vale la pena señalar que en nuestra investigación parece haber una tendencia: cuanto mayor es la cantidad de vegetales allium, mejor es la protección. En general, los presentes hallazgos arrojan luz sobre la prevención primaria del cáncer colorrectal a través de la intervención en el estilo de vida, que merece exploraciones en profundidad”.
Angela Lemond, portavoz de la Academia de Nutrición y Dietética, está de acuerdo en que las cebollas son una de las fuentes más ricas en flavonoides dietéticos y estos compuestos tienen efectos antioxidantes.
“Los alimentos ricos en antioxidantes y aminoácidos permiten que su cuerpo funcione de manera óptima. Los antioxidantes ayudan a prevenir daños y cáncer. Los aminoácidos son el componente básico de las proteínas, y las proteínas se utilizan en prácticamente todas las funciones vitales del organismo».
Quercetina vinculada a la presión arterial y la función inmunológica
La quercetina es otro flavonoide antioxidante que se encuentra en altas concentraciones en las cebollas y está vinculado a varios beneficios para la salud. Investigadores en Corea han descubierto que algunas cebollas almacenan quercetina en las capas externas y otras tienen una mayor concentración en las capas internas.
Las cebollas rojas y las cebollas chartreuse tienen los niveles más altos en las capas externas, mientras que la cebolla amarilla tiene los niveles más altos de quercetina en la capa interna. En el estudio coreano, los datos mostraron que las cebollas amarillas tenían más quercetina total que las cebollas rojas, y las cebollas chartreuse tenían el nivel más alto en general.
Las cebollas más comunes son rojas, amarillas y blancas, mientras que la chartreuse es un genotipo genético relativamente raro. Hay dos clases principales de flavonoides en las cebollas: antocianinas que son responsables del color de las cebollas rojas y quercetina que es responsable de la piel amarilla y marrón de otras variedades.
En una revisión de la literatura, investigadores en Italia evaluaron la actividad antiobesidad de las cebollas y su efecto sobre las comorbilidades relacionadas. El análisis reveló estudios que demostraron que el “extracto de cáscara de cebolla rico en quercetina” podría inhibir la generación de células grasas en el laboratorio y en un modelo con animales.
Además, encontraron que el extracto crudo podría reducir el azúcar en la sangre en un modelo animal después de 24 horas y tenía el potencial de regenerar las células beta pancreáticas. Los beneficios se extendieron a pacientes con sobrepeso y obesidad con presión arterial alta que usaban concentraciones de quercetina extraídas de la piel de cebolla.
En este estudio, un grupo de participantes tomó tres cápsulas cada día y, aunque no hubo diferencias en las mediciones de la presión arterial en el grupo total, la presión arterial se redujo significativamente en el subgrupo de participantes que tenían presión arterial alta.
Como escribí en el pasado, la quercetina en combinación con la vitamina C tiene un efecto poderoso en su sistema inmunológico y específicamente para ayudar a prevenir COVID-19. Dado que 1 taza de cebollas picadas proporciona el 13.11 por ciento de la cantidad diaria recomendada de vitamina C, las cebollas son una adición saludable a su ingesta nutricional diaria. Los beneficios para su sistema inmunológico son amplios según una revisión de la investigación disponible que se publicó en 2016 en Molecules.
“La quercetina es conocida por su actividad antioxidante en la eliminación de radicales y propiedades antialérgicas caracterizadas por la estimulación del sistema inmunológico, actividad antiviral, inhibición de la liberación de histamina, disminución de citocinas proinflamatorias, creación de leucotrienos y la supresión de la producción de interleucina IL-4″.
“Puede mejorar el equilibrio Th1/Th2 y restringir la formación de anticuerpos IgE específicos del antígeno. También es eficaz en la inhibición de enzimas como la lipoxigenasa, eosinófilos y peroxidasa y en la supresión de mediadores inflamatorios”, señaló la revisión.
Cómo recoger, pelar y almacenar cebollas
Ya sea que esté cosechando de su propio jardín o seleccionando cebollas en el supermercado, use aquellas que estén secas y firmes. Una vez que llegan al final de su larga vida útil, la pulpa comienza a ablandarse y humedecerse. La cebolla debe tener poco o ningún aroma antes de comenzar a cortar.
Mientras pela la cebolla, retire la menor cantidad de piel de la capa exterior. Al igual que con muchas otras verduras, las capas externas están llenas de antioxidantes, que se utilizan mejor en la comida y no en la basura o en la pila de abono.
Las propiedades químicas de las cebollas que las hacen sabrosas son las mismas que desencadenan las lágrimas cuando las pela y corta. Se trata de compuestos de azufre que la planta usa en la guerra química contra los depredadores. Al cortar una cebolla, se produce un gas a base de azufre. Esto reacciona con las lágrimas y forma la conocida irritación provocada por un sustrato de ácido sulfénico.
Para reducir el efecto, intente alejarse más para que, a medida que se libera, el gas se disperse antes de llegar a su cara. También puede intentar cortar cebollas frente a un ventilador que aleje el gas de usted. Intente refrigerar las cebollas durante 30 minutos y deje las raíces intactas mientras corta y pela. Según la Asociación Nacional de la Cebolla, las raíces tienen la mayor concentración de azufre.
Las cebollas deben almacenarse en un lugar fresco, seco y bien ventilado. En lugar de una bolsa de plástico, considere envolver cada una en una toalla de papel antes de colocarla en el refrigerador. Cuanto más dulce es la cebolla, mayor es el contenido de agua, lo que significa que las cebollas dulces tienen una vida útil más corta que otros tipos de cebollas.
Si aprender sobre los beneficios para la salud de comer cebollas lo inspiró a incluirlas en su planificación de comidas, entonces querrá consultar la Guía de la Asociación Nacional de Cebollas para ayudarlo a elegir los diferentes tipos de cebollas, sus sabores y cómo se preparan mejor. También encontrará esta y más información de salud sobre las cebollas en Mercola.com.
El Dr. Joseph Mercola es el fundador de Mercola.com. Médico osteópata, autor de best-sellers y ganador de múltiples premios en el campo de la salud natural, su visión principal es cambiar el paradigma de la salud moderna proporcionando a las personas un recurso valioso que les ayude a tomar el control de su salud. Este artículo se publicó originalmente en Mercola.com
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