El presidente ruso, Vladimir Putin, elogió el 2 de septiembre el ritmo de los avances rusos en Donbás, a pesar de la ofensiva transfronteriza ucraniana en curso (ahora en su cuarta semana) hacia la región rusa de Kursk.
“Hacía tiempo que no avanzábamos a un ritmo tan rápido en Donbás”, dijo Putin.
Añadió que las fuerzas rusas “ya estaban poniendo territorios bajo control no por 200 o 300 metros, sino por kilómetros cuadrados”.
Putin hizo estas declaraciones mientras se dirigía a estudiantes universitarios en Kyzyl, la capital de la región siberiana rusa de Tuva.
El mismo día, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, dijo que las fuerzas de Kiev en Donbás se enfrentaban a “las brigadas rusas más centradas en el combate”.
Añadió, sin embargo, que el avance ruso sobre la ciudad de Pokrovsk, un centro logístico ucraniano clave en Donbás, había disminuido en las 48 horas anteriores.
“En el sector de Pokrovsk, por difícil que sea, no ha habido ningún avance [ruso] durante dos días”, dijo Zelenski en una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro holandés Dick Schoof.
The Epoch Times no pudo verificar de forma independiente las afirmaciones de ninguna de las partes.
Visita a Mongolia
Desde Siberia, Putin (y una delegación de alto nivel) continuó hacia Ulán Bator, la capital de Mongolia, para mantener conversaciones con el presidente mongol Ukhnaagiin Khurelsukh el 3 de septiembre.
En una rueda de prensa conjunta, Putin elogió las “relaciones muy estrechas y amistosas” entre ambos países.
Khurelsukh dijo que Mongolia esperaba intensificar sus relaciones con Moscú “en el marco de su política exterior pacífica, independiente, abierta y polifacética”.
Los dos líderes no mencionaron el conflicto en Ucrania.
El viceministro ruso de Defensa, Alexey Fomin, que acompañó a Putin en su visita, dijo que los lazos entre Rusia y Mongolia también incluían la cooperación en el ámbito militar.
“Entrenamos a las tropas [mongolas]”, declaró a la prensa en Ulán Bator. “Este año, hemos proporcionado entrenamiento a más de 340 miembros del servicio [mongol]”.
Según Fomin, la cooperación bilateral en materia de defensa también incluye “suministros de armas y equipos militares” y “servicios de reparación, mantenimiento y mejora”.
La “difícil” situación en Donbás
En 2022, Rusia invadió y se anexionó Donetsk y Luhansk (áreas que juntas conforman la región de Donbás), junto con grandes franjas del sureste de Ucrania.
Respaldada por sus poderosos aliados occidentales, Kiev prometió seguir luchando hasta recuperar todo el territorio perdido, a pesar de su desventaja numérica frente a las fuerzas rusas.
En las últimas semanas, Moscú informó sobre importantes avances en Donbás, una región que aún no ha puesto totalmente bajo su control.
Durante el fin de semana, el Ministerio de Defensa de Rusia dijo que sus fuerzas habían “liberado completamente” el pueblo de Ptyche y ahora estaban avanzando “profundamente hacía las defensas del enemigo”.
Las tropas rusas parecen ahora preparadas para tomar Pokrovsk, que se encuentra aproximadamente a 13 millas al noroeste de Ptyche.
El ministerio también dijo que las fuerzas rusas habían capturado la aldea de Vyimka, en Donetsk.
Kiev aún no ha confirmado la pérdida de ninguno de los dos pueblos.
El 1 de septiembre, Oleksandr Syrskyi, el máximo comandante militar de Ucrania, dijo en la plataforma de redes sociales Telegram que las fuerzas ucranianas en Donbas se enfrentaban a una difícil situación en el campo de batalla, pero que “todas las decisiones necesarias en todos los niveles se están tomando sin demora”.
La semana pasada, visitó a las tropas ucranianas estacionadas cerca de Pokrovsk, donde describió el estado actual de las cosas como algo “excepcionalmente duro”.
El 1 de septiembre, Maria Avdeeva, analista de seguridad ucraniana con sede en Kharkiv, escribió para el Atlantic Council que Pokrovsk es un centro logístico clave para el ejército ucraniano y ha sido durante mucho tiempo un importante objetivo ruso. “Si la ciudad, de importancia estratégica, cae, socavará las defensas de Ucrania al tiempo que podría servir de puerta de entrada para nuevos avances rusos”.
“Tiempos difíciles” en Kursk
Los avances de Rusia en Donbás coinciden con una ofensiva transfronteriza ucraniana de varias semanas en la región occidental rusa de Kursk.
Desde que comenzó el 6 de agosto, las fuerzas ucranianas han logrado (a pesar de los feroces contraataques) establecer el control sobre varios cientos de kilómetros cuadrados de territorio ruso.
Kiev afirma que su ofensiva transfronteriza tiene por objeto reforzar su posición negociadora de cara a posibles conversaciones sobre un alto el fuego.
Moscú condenó la ofensiva de Kiev como una provocación ilegal y prometió expulsar a las fuerzas ucranianas de su territorio.
Según Putin, la ofensiva de Kiev en Kursk tenía como objetivo último detener el avance ruso en el frente oriental.
“El enemigo pretendía detener nuestro avance en la línea del frente principal”, afirmó.
Dijo que los civiles rusos en Kursk se enfrentaban a “tiempos difíciles”, pero que Kiev había “fracasado en su objetivo principal, que era detener nuestro avance en Donbás”.
Después de reunirse con el primer ministro holandés, Zelenski dijo que la ofensiva en curso de Kiev en Kursk iba “según el plan”.
También instó a los aliados de Kiev a permitir que los militares ucranianos utilicen armas suministradas por Occidente para atacar objetivos en el interior de Rusia.
“Por hoy, sólo permitirlo tampoco es suficiente”, dijo el líder ucraniano. “No hemos conseguido todo lo que nos gustaría utilizar”.
Con información de Reuters
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