El presidente de Rusia, Vladimir Putin, dijo el miércoles que quiere que los países «hostiles» empiecen a pagar la energía rusa en rublos, una medida que podría reforzar el valor de la debilitada moneda rusa.
Putin hizo estas declaraciones en una reunión con miembros de su gobierno, según un vídeo de sus declaraciones facilitado por el medio de comunicación estatal RT.
«Pasaremos a cobrar los suministros de gas natural y otras materias primas en rublos rusos cuando tratemos con países hostiles», dijo Putin, según una traducción de RT de sus declaraciones.
«Rusia, por supuesto, seguirá suministrando gas natural y respetará todas las obligaciones y los precios en virtud de los contratos que hemos firmado», continuó Putin, añadiendo que «atesoramos nuestra reputación como proveedor fiable y socio fiable».
El medio de comunicación estatal ruso Kommersant informó que Putin también dio instrucciones al banco central ruso y al gobierno para que desarrollen un mecanismo para realizar los pagos en rublos en el plazo de una semana.
«No tiene sentido que suministremos nuestros productos tanto a la UE como a Estados Unidos y que recibamos el pago en dólares, euros y otras monedas», dijo Putin, según una traducción de sus declaraciones, citada por Kommersant.
Putin añadió que, en su opinión, el dólar estadounidense y el euro se han visto «comprometidos» por las sanciones impuestas a las reservas del banco central ruso.
Tras las declaraciones de Putin, los contratos de futuros sobre el precio del gas en abril en la bolsa holandesa se dispararon alrededor de un 20 por ciento, situándose en torno a los 130 dólares por MWh, aunque a las 9:50 de la mañana, hora de Nueva York, los precios se habían suavizado, manteniéndose en torno a un 14 por ciento, con unos 124 dólares por MWh.
A principios de marzo, Rusia anunció una lista de países y territorios que considera «hostiles». La lista incluye a Estados Unidos y Canadá, los Estados miembros de la Unión Europea, el Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda, así como Ucrania, donde Rusia está inmersa en lo que denomina una «operación militar especial» para degradar su ejército y expulsar del poder a lo que, según ella, son peligrosos nacionalistas.
Los países occidentales califican las acciones de Rusia en Ucrania de guerra ilegal, injustificada e infundada.
Una serie de países han impuesto sanciones punitivas a Rusia tras el conflicto, entre ellas a sus bancos y a sus ricos oligarcas, cerrando su espacio aéreo a los aviones rusos y prohibiendo las exportaciones de tecnologías clave.
Las sanciones occidentales también han incluido la congelación de unos 300,000 millones de dólares en activos del banco central ruso, una medida que el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, denunció el miércoles como un «robo».
Las sanciones provocaron una fuerte caída del rublo ruso. Exigir a los países que paguen el gas ruso en rublos les obliga a comprar la divisa rusa y, por tanto, contribuye a elevar su valor.
Tras las declaraciones de Putin sobre que las transacciones energéticas rusas se liquiden en rublos, la moneda rusa ganó terreno frente al dólar y otras divisas.
El rublo se fortaleció un 7 por ciento tras las declaraciones de Putin y se situó en torno a los 98 frente al dólar, mientras que antes cotizaba a unos 104 frente al dólar.
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