Un alto funcionario del solitario régimen comunista de Corea del Norte emitió un comunicado el domingo diciendo que el presidente Joe Biden «cometió un gran error», en un discurso reciente ante el Congreso, al calificar a Pyongyang como una amenaza a la seguridad.
En su primer discurso en una sesión conjunta del Congreso el 28 de abril, Biden señaló el programa nuclear en Irán y Corea del Norte como «serias amenazas a la seguridad estadounidense».
«En lo que respecta a Irán y Corea del Norte -países donde hay programas nucleares que representan graves amenazas para la seguridad estadounidense y la seguridad del mundo- vamos a trabajar estrechamente con nuestros aliados para hacer frente a las amenazas que plantean estos dos países a través de la diplomacia, así como de la disuasión severa», dijo Biden.
El alto funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores de Corea del Norte, Kwon Jong Gun, emitió una respuesta a Biden el 2 de mayo. Dijo que Corea del Norte concluyó que los comentarios de Biden eran una «política hostil» y advirtió sobre las «medidas correspondientes».
«Su declaración refleja claramente su intención de seguir aplicando la política hostil hacia la RPDC como lo había hecho Estados Unidos durante más de medio siglo», dijo Kwon en un comunicado. La RPDC significa República Popular Democrática de Corea, el nombre oficial de la nación comunista.
«Es cierto que el jefe del Ejecutivo estadounidense cometió un gran error a la luz del punto de vista actual», dijo Kwon. «Ahora que ha quedado clara la tónica de la nueva política de EE.UU. hacia la RPDC, nos veremos obligados a presionar para que se tomen las medidas correspondientes, y con el tiempo EE.UU. se encontrará en una situación muy grave».
La crítica directa al comandante en jefe de Estados Unidos es una fuerte desviación de la situación durante la administración del presidente Donald Trump, quien fomentó una relación sin precedentes con el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un. Trump y Kim tuvieron varias reuniones cara a cara, incluido un breve encuentro en suelo norcoreano, el primero para un presidente estadounidense en funciones.
La relación se mostró prometedora, especialmente después de que los dos líderes firmaron un acuerdo de entendimiento mutuo en el que Kim se comprometió a la desnuclearización y a trabajar por la paz con Corea del Sur. Pero el progreso se estancó durante cerca de dos años, después de que los dos líderes no pudieron ponerse de acuerdo sobre cómo Estados Unidos levantaría las sanciones en respuesta a los pasos de Corea del Norte hacia la desnuclearización.
La administración Biden dijo el viernes que había completado una revisión de su política hacia Corea del Norte. La declaración indicó que el enfoque de Biden buscará un término medio entre el «gran trato» de Trump y los enfoques de «paciencia estratégica» de Barack Obama.
En enero, Kim amenazó con ampliar su arsenal nuclear y construir más armas de alta tecnología dirigidas al territorio continental de Estados Unidos, diciendo que el destino de las relaciones bilaterales dependería de si EE.UU. abandona su política hostil. En marzo, Corea del Norte realizó pruebas de misiles balísticos de corto alcance por primera vez en un año, aunque todavía mantiene una moratoria sobre lanzamientos de armas más grandes.
«Si Pyongyang acepta las conversaciones a nivel de trabajo, el punto de partida de las negociaciones sería la congelación de las pruebas y del desarrollo de capacidades nucleares y sistemas de lanzamiento de Corea del Norte», dijo Leif-Eric Easley, profesor de la Universidad Ewha en Seúl. «Si, por otro lado, Kim rechaza la diplomacia y opta por pruebas provocativas, es probable que Washington amplíe la aplicación de sanciones y la realización de ejercicios militares con aliados».
También el domingo, un portavoz no identificado del Ministerio de Asuntos Exteriores de Corea del Norte prometió una respuesta contundente a una reciente declaración del Departamento de Estado en la que se afirmaba que presionaría para promover la «rendición de cuentas del régimen de Kim» por su «atroz situación de derechos humanos». El portavoz calificó la declaración como: La antesala para un «enfrentamiento total contra nosotros».
La poderosa hermana de Kim, Kim Yo Jong, también arremetió contra Corea del Sur por los panfletos anti-Pyongyang de un grupo de desertores norcoreanos que atravesaron la frontera. El líder del grupo, Park Sang-hak, dijo el viernes que envió 500,000 panfletos en globo la semana pasada, desafiando una nueva y polémica ley surcoreana que penaliza este tipo de acciones.
La hermana de Kim acusó al gobierno de Corea del Sur por “hacer un guiño» a los folletos. El Ministerio de Unificación de Seúl respondió más tarde el domingo diciendo que se opone a cualquier acto que cree tensiones en la península de Corea y que se esforzará por lograr mejores lazos con Corea del Norte.
Easley dijo que las declaraciones norcoreanas del diplomático Kwon y de Kim Yo Jong muestran que «Pyongyang está tratando de abrir una brecha entre Corea del Sur y Estados Unidos» antes de la cumbre del 21 de mayo entre Biden y el presidente surcoreano, Moon Jae-in.
Con información de Associated Press.
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