La Cámara de Representantes de Estados Unidos entra en su tercera semana sin un presidente y sin un reemplazo claro a la vista.
El 3 de octubre, ocho representantes republicanos de la Cámara liderados por Matt Gaetz (R-Fla.), a los que se unieron todos los demócratas, votaron para destituir al entonces presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy (R-Calif.). Aunque muchos republicanos expresaron su indignación, pronto quedó claro que McCarthy no tenía ningún camino de vuelta a su cargo, debido al descontento con su liderazgo dentro de su partido.
Desde entonces, los republicanos se han afanado por sustituir al ex portavoz, con escaso éxito.
El partido nominó por primero al líder de la mayoría de la Cámara, Steve Scalise (R-La.), por sobre el presidente del Comité Judicial de la Cámara, Jim Jordan (R-Ohio), para el puesto más alto de la Cámara en una votación a puerta cerrada 111-99 preferencias.
Sin embargo, la candidatura del Sr. Scalise nunca llegó a la Cámara para una votación en pleno, cuando se hizo evidente para el republicano de Luisiana de que las objeciones dentro de su partido le dejaban sin camino a llevar el mazo.
Jordan se queda fuera
Jin Jordan, el segundo candidato republicano para el puesto, también se vio obligado a abandonar la contienda la semana pasada.
Después de que el Sr. Scalise retirara su candidatura, los republicanos, en otra votación a puerta cerrada, nominaron al Sr. Jordan para la presidencia de la Cámara. Pero las fracturas siguieron siendo evidentes durante la votación: Jordan recibió 124 votos, mientras que el representante Austin Scott (R-Ga.) —que no había hecho campaña y anunció su candidatura momentos antes de la votación— obtuvo 81 votos.
Pero la candidatura de Jordan, como la de Scalise, se debilitó.
Después de tres votaciones fallidas para instalarlo como presidente en el pleno de la Cámara la semana pasada, los republicanos, en una votación secreta, acordaron retirar su candidatura para el Sr. Jordan.
Inicialmente, el Sr. Jordan obtuvo 200 votos, 17 menos de los necesarios para convertirse en presidente. En la segunda y tercera vuelta, siguió perdiendo apoyos, lo que hizo evidente que, a pesar de su promesa de seguir en la contienda, probablemente sería incapaz de superar la línea de meta.
Después de que su partido lo destituyera en su designación como presidente de la Cámara, el Sr. Jordan reconoció su derrota e indicó que seguiría trabajando para elegir al candidato final.
«Nosotros tenemos que reunirnos y decidir quién será nuestro portavoz», dijo el representante Jordan. «Voy a trabajar tan duro como pueda para ayudar a ese individuo para que podamos ir a ayudar al pueblo estadounidense».
Esta semana, los republicanos seguirán intentando encontrar un candidato con el que el partido pueda ponerse de acuerdo, a medida que se acercan las tres semanas transcurridas desde la destitución del Sr. McCarthy.
Mientras tanto, el Congreso, que no puede hacer nada sin un presidente de la Cámara, no ha podido abordar la crisis política en Israel.
Con Jordan fuera de la contienda, esto es lo que hay que tener en cuenta cuando los republicanos regresen al Capitolio.
Los candidatos
En la actualidad hay ocho candidatos anunciados para el puesto más alto en la Cámara, y no hay claros favoritos entre ellos. Los republicanos tuvieron plazo hasta el 22 de octubre para anunciar su candidatura.
El representante Austin Scott, que recibió casi el 40% de los votos de su partido en un cara a cara con Jordan, anunció que volverá a competir por el puesto.
«Si vamos a ser la mayoría, tenemos que actuar como la mayoría, y eso significa que tenemos que hacer las cosas correctas de la manera correcta», dijo el Sr. Scott en un posteo en X. «Ahora que [el Sr. Jordan] se retiró, me presento de nuevo para ser el presidente de la Cámara».
También es candidato Tom Emmer (R-Minn.), el republicano de más alto rango actualmente en la contienda.
Se rumoreaba que Emmer competía por el puesto de Scalise mientras este se postulaba para presidente de la Cámara, y ahora ha lanzado su candidatura.
También se presenta el representante Byron Donalds (R-Fla.), el candidato con más probabilidades de atraer al ala más derechista del congreso republicano.
Como miembro del Freedom Caucus de la Cámara de Representantes, el grupo conservador más grande, Donalds también ha mostrado su voluntad de trabajar con miembros más moderados del partido.
Durante las negociaciones internas del partido para mantener abierto el gobierno el mes pasado, Donalds fue coautor de un acuerdo de compromiso que habría mantenido al gobierno financiado y al mismo tiempo habría fortalecido la seguridad fronteriza al incluir varias disposiciones sobre la ley de inmigración.
Sin embargo, esa medida fracasó debido a la oposición de Gaetz y otros republicanos de la línea más derechista.
El representante Kevin Hern (R-Okla.), miembro del Comité de Estudio Republicano (RSC), un organismo compuesto tanto por republicanos más centristas como por republicanos más derechistas, también busca la nominación de su partido.
Inicialmente, Hern entró en la carrera inmediatamente después de que McCarthy fue derrocado, pero se retiró debido al mayor apoyo en favor de Scalise y Jordan.
Ahora, el representante Hern ha vuelto a la contienda por la presidencia.
«Nosotros debemos unificarnos y hacerlo rápido», dijo el Sr. Hern en un posteo en X anunciando su candidatura, donde hizo referencia al fracaso del representante Jordan para mantener la confianza de su partido. «He hablado con todos los miembros del congreso durante las últimas semanas. Necesitamos un tipo diferente de líder que tenga un historial comprobado de éxito, razón por la cual me postulo para Presidente de la Cámara».
También se postulan republicanos menos conocidos, incluidos los representantes Gary Palmer (R-Ala.), Jack Bergman (R-Mich.), Mike Johnson (R-La.) y Pete Sessions (R-Texas).
El 23 de octubre, cuando regresen al Capitolio, los republicanos organizarán un foro de candidatos donde escucharán a estos y a otros candidatos que anuncien desde allí.
Luego, pasarán a su tercera votación para elegir un candidato a la presidencia de la Cámara, probablemente realizando la votación mediante votación secreta. En ese momento, dependerá de los republicanos reducir el campo y elegir quién será su tercer abanderado.
Empoderar al presidente pro tempore
Con los republicanos tan profundamente divididos, algunos republicanos están proponiendo otra opción, la de otorgar al presidente pro tempore, Patrick McHenry (R-N.C.), poderes de emergencia.
La batalla por el presidente de la Cámara de Representante entre los republicanos llega en un momento inconveniente en Washington.
En aproximadamente un mes, el proyecto de ley de financiación temporal que le costó el puesto a McCarthy expirará, lo que podría llevar a Washington a un cierre del gobierno.
Los republicanos también están tratando de abordar el ataque contra Israel por parte de Hamás, un grupo palestino que durante mucho tiempo ha sido calificado de organización terrorista por el gobierno de Estados Unidos.
El presidente Joe Biden solicitó 106,000 millones de dólares para ayuda conjunta a Ucrania e Israel, una cifra que muchos republicanos no están dispuestos a aceptar.
Pero de frente a estas calamidades actuales e inminentes, la Cámara, y por extensión Washington, está paralizada sin un presidente.
Debido a esto, algunos republicanos han planteado la posibilidad de otorgarle a McHenry (el republicano seleccionado por McCarthy para ocupar su lugar si algo le sucediera) la capacidad de actuar como presidente temporalmente mientras los republicanos solucionan las cosas dentro de su congreso.
Esta es una ruta que muchos republicanos no están dispuestos a aceptar.
Sobre el papel, no existe ninguna prohibición constitucional para hacerlo. El artículo I de la Constitución simplemente exige que la Cámara elija un presidente. Los poderes de ese presidente están establecidos por las reglas de la Cámara.
Aun así, muchos republicanos, incluido el representante Chip Roy (R-Texas) y otros, no están dispuestos a aceptar esa ruta, lo que significa que casi con certeza sería necesario hacerlo con la ayuda de los demócratas.
Los demócratas, por su parte, se han mostrado abiertos a aceptar esta opción, siempre que se hagan concesiones.
Sin embargo, no está claro si los legisladores seguirán seriamente este camino. Pero en medio de las crisis globales en curso y la amenaza inminente de un cierre del gobierno, es una opción que podría tomarse más en serio a medida que pasa el tiempo.
Tal como están las cosas, no está claro si algún republicano podrá obtener el apoyo necesario para tomar el mazo.
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