Mary Gordon-Judge y Michelle Orfanos, enfermeras registradas de Massachusetts, sintieron que fueron “descartadas como basura” cuando los hospitales del estado anunciaron planes para sancionar a los empleados que no cumplirían con sus requisitos de vacunación.
Las enfermeras dijeron que sus colegas podían obtener fácilmente una exención para las vacunas contra la gripe en años anteriores, pero que ahora sólo «un porcentaje de ellas» podía quedar exento de las vacunas anti-COVID.
«O te ponen esta vacuna o no tienes trabajo, y eso no está bien», dijo Orfanos.
Las dos estaban entre quienes se manifestaron frente a la Casa del estado de Massachusetts el 26 de septiembre. Miles de personas llenaron la calle con carteles como «mi cuerpo, mi elección», “sí a la libertad» y «la libertad es la única norma”, expresando su oposición a los decretos de vacunación y enmascaramiento emitidos por el gobernador de Massachusetts, Charlie Baker.
En una orden ejecutiva emitida el mes pasado, Baker exigió que 45,000 empleados y contratistas estatales sean vacunados antes del 17 de octubre. De lo contrario, corren el riesgo de ser sancionados y despedidos. La orden señala que el estado es el empleador más grande de Massachusetts y argumenta que el mandato es la mejor manera de proteger la salud tanto de los trabajadores como de los residentes.
La semana pasada, el Sindicato de la Policía del estado de Massachusetts presentó una demanda por el decreto de vacunación del estado. Después de que un juez del Tribunal Superior denegara su petición de una medida cautelar para la política, el sindicato anunció que docenas de los policías han presentado su documentación de dimisión, y algunos de ellos planean volver a otros departamentos «acogiéndose a alternativas razonables como el uso de mascarillas y la realización de pruebas periódicas».
Mientras tanto, muchos gobiernos locales, hospitales y otras organizaciones también emitieron sus propias normas de vacunación, que los manifestantes consideraron como una forma de «segregación moderna».
«Es una forma de apartheid moderno, excepto que esta vez nos están discriminando y persiguiéndonos, no por el color de nuestra piel, sino por nuestro estado de vacunación», dijo Jeff Kuhner, un conocido locutor de radio y orador principal en el mitin del domingo.
Según Boston Broadside, organizador de la manifestación, la multitud estuvo conformada por enfermeras, bomberos, agentes de policía, socorristas, trabajadores, maestros, propietarios de pequeñas empresas, veteranos y padres, que son «la columna vertebral de Estados Unidos».
El mitin comenzó con el himno nacional, el juramento a la bandera y una oración por los 13 miembros del servicio estadounidense muertos en Afganistán.
También intervinieron Jim Lyons, presidente del Partido Republicano de Massachusetts, y Geoff Diehl, candidato republicano a gobernador de Massachusetts.
Citando discursos de Thomas Jefferson, Abraham Lincoln y Ronald Reagan, Lyons enfatizó la necesidad de proteger la libertad y restringir el poder del «gran gobierno».
“La libertad importa. Y lo que nos están haciendo es secuestrar nuestra libertad”, dijo.
Donnie Palmer, un maestro de escuela pública que se presentó en el mitin, considera que ser obligado a vacunarse y usar mascarillas viola su libertad.
“Queremos ser liberados. No queremos ser gobernados por un gobierno tiránico. No queremos el comunismo. No queremos el socialismo. Queremos el americanismo, la libertad”, dijo.
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