Un anciano ranchero de Arizona se ha declarado inocente de un cargo de asesinato en segundo grado por presuntamente disparar y matar a un inmigrante ilegal mexicano que traspasó su propiedad fronteriza.
George Alan Kelly, de 73 años, fue acusado inicialmente de asesinato en primer grado y de dos delitos de agresión con arma de fuego en el tiroteo mortal ocurrido en su rancho de Nogales, en la frontera entre Arizona y México, el 30 de enero.
A finales del mes pasado, un juez redujo el cargo de asesinato a segundo grado.
En su comparecencia del 6 de marzo, Kelly se declaró inocente de todos los cargos. Su juicio está previsto para el 6 de septiembre.
Hombres vestidos de camuflaje
Kelly declaró a las autoridades que había oído disparos la tarde del 30 de enero. Afirmó que salió al porche y vio un caballo corriendo en su dirección, y luego un grupo de hombres vestidos con ropa de camuflaje y armados con rifles AK-47.
Según los documentos presentados ante el tribunal, Kelly afirmó que realizó varios disparos de advertencia con su propio AK-47 sobre las cabezas de los hombres cuando le apuntaron con sus armas, lo que provocó que se dispersaran y huyeran de su propiedad.
Durante el presunto enfrentamiento, Kelly llamó a la Patrulla de Aduanas y Fronteras de EE. UU. para informar del incidente.
Los agentes de la Patrulla de Fronteras y el sheriff del condado de Santa Cruz registraron inicialmente la propiedad de Kelly sin encontrar a ninguno de los hombres que había descrito.
Sin embargo, cuando Kelly salió más tarde a ver cómo estaba su caballo, descubrió el cadáver de un hombre desarmado tendido boca abajo en la hierba con una única herida de bala en la espalda.
El hombre fue identificado más tarde como Gabriel Cuen-Buitimea, de 48 años, que vivía en la parte mexicana de Nogales. Había sido deportado en múltiples ocasiones, reportó The Daily Mail, la última en 2016.
No se sabe si alguna vez cruzó la frontera hacia la propiedad de Kelly antes de ser asesinado.
«No pude ayudarle»
Durante una audiencia judicial celebrada el 22 de febrero, un hombre identificado únicamente con las iniciales D.R.R. declaró que estaba con Cuen-Butimea el 30 de enero cuando Kelly presuntamente empezó a disparar al grupo.
«[El grupo estaba] caminando cuando este señor nos disparó», declaró el testigo a través de un intérprete de español. «Vi a Gabriel agarrarse el pecho».
Afirmó ver a Cuen-Butimea poner los ojos en blanco antes de caer al suelo de lado. «Eché a correr. No pude ayudarle».
El testigo también declaró haber oído unos 15 disparos que parecían provenir de un AK-47. Dijo que pensó que «el gobierno» le había disparado mientras el grupo huía de nuevo a través de la valla fronteriza hacia México.
Kelly salió de prisión el 24 de febrero tras pagar una fianza de un millón de dólares.
El dinero se recaudó a través de un sitio de crowdsourcing cristiano, GiveSendGo, después de que la plataforma más popular GoFundMe retirara de su sitio todas las campañas en favor del ranchero.
Un portavoz de GoFundMe explicó en un comunicado que la política de la plataforma «prohíbe explícitamente las campañas que recaudan dinero para cubrir la defensa legal de cualquier persona acusada formalmente de un presunto delito violento».
«En consonancia con esta política de larga data, cualquier campaña de recaudación de fondos para la defensa legal de alguien acusado de asesinato se retira de nuestra plataforma», dijo el portavoz, señalando que aquellos que donaron a las campañas de recaudación de fondos para el pago de la fianza de Kelly «han sido reembolsados en su totalidad».
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