A los reclusos de las prisiones se les está proporcionando una amplia gama de tratamientos transgénero financiados potencialmente a través del dinero de los contribuyentes estadounidenses, según documentos recientemente obtenidos de la Oficina Federal de Prisiones (BOP).
Las prisiones estadounidenses están ofreciendo a los reclusos atención transgénero que incluye entrenamiento de voz, dispositivos de depilación láser, procedimientos quirúrgicos como la extirpación de senos y pene, y terapias hormonales, según una guía de junio del 2023 emitida por la BOP que fue publicada por la Heritage Foundation el lunes. La agencia dijo al medio de comunicación Just the News que el coste de la «atención médicamente necesaria» para los reclusos está cubierto por los fondos de la oficina.
Dado que la guía establece que «la cirugía de confirmación de género puede ser médicamente necesaria» para ciertos reclusos, la declaración de la BOP sugiere que los tratamientos transgénero para los presos podrían ser proporcionados por los fondos de la agencia.
En declaraciones a este medio, el director del Proyecto de Supervisión de la Fundación Heritage, Mike Howell, criticó la directriz. «Los presos van a la cárcel porque cometen delitos y tienen una deuda con la sociedad. La sociedad no les debe cambios de sexo financiados por los contribuyentes ni cosas tan absurdas como tratamientos de depilación facial», afirmó.
«Estuvimos investigando este inquietante conducto que va de la cárcel a los transgénero y también descubrimos que los presos transgénero son responsables de una cantidad desproporcionadamente alta de delitos sexuales. Es verdaderamente repugnante lo que la Administración Biden nos hace financiar».
Según las directrices, «no es necesario» un diagnóstico de disforia de género para que los reclusos transgénero reciban tratamientos hormonales.
La «vía de transición» para presos transfénero establece que si un recluso se identifica como transgénero o no binario ante un miembro del personal de la BOP, se le remitirá a un proveedor médico o a un profesional de la salud mental para una posible transición.
El profesional realizará una evaluación para verificar la no conformidad de género e «iniciar experiencias de vida que afirmen el género» dentro del sistema penitenciario. En caso de que el recluso manifieste su interés por un «tratamiento hormonal de reafirmación de género», se le enviará a un proveedor médico para su evaluación.
Una vez finalizadas todas las evaluaciones, el recluso puede iniciar el «tratamiento hormonal de afirmación de género» eligiendo una terapia feminizante o masculinizante.
Tras iniciar el tratamiento hormonal, el recluso puede solicitar vivir en una «institución de afirmación de género». El alcaide del recluso es el encargado de enviar la solicitud a un Consejo Ejecutivo Transgénero (CET) para su revisión. Si se aprueba, el preso será «designado a la institución de afirmación de género (también conocida como institución del género identificado)».
El documento establece que las prisiones que alojen a reclusos transgénero o no conformes con su género deben «desarrollar un equipo multidisciplinar» que se reúna y discuta «las necesidades y el progreso del paciente».
La guía sugiere dos tratamientos de «afirmación de género» para estos presos: tratamientos mínimamente invasivos y no invasivos, y cirugías invasivas y complejas.
En el primer caso, los reclusos reciben formación sobre la voz y la comunicación, así como servicios de depilación facial.
Los documentos sugieren utilizar primero maquinillas de afeitar, cremas depilatorias y otros productos similares. Si no se consiguen los resultados deseados, se recomienda proporcionar a los reclusos dispositivos de depilación láser.
Las cirugías invasivas y complejas que se proporcionan a los reclusos incluyen el aumento de mamas, la creación de clítoris, la extirpación de pene y testículos, la remodelación de los labios alrededor de la vagina, la extirpación del útero, la extirpación de mamas, la creación de escroto, la extirpación de ovarios y la construcción de un pene.
Personas transgénero en el sistema penitenciario
Las políticas actualizadas de la BOP sobre la atención a los transgénero en prisión se produjeron tras una demanda presentada en 2020 por un recluso contra el sistema penitenciario.
El recluso, Peter «Donna» Langan, formaba parte de un grupo neonazi y cumplía cadena perpetua por robar bancos. El Sr. Langan presentó una demanda contra el organismo después de que se le denegara la cirugía de transición de género.
Ante la demanda, la BOP aceleró las cirugías de transición de género para el Sr. Langan. A finales del 2022, se sometió a los procedimientos quirúrgicos y se convirtió en la primera persona transgénero en recibir una cirugía de este tipo mientras estaba en una prisión federal.
Un incidente similar tuvo lugar en Minnesota. En 2022, Craig «Christina» Lusk, un recluso transgénero del Centro Correccional de Minnesota (MCF) en Moose Lake, demandó al Departamento Correccional del estado (DOC) mientras solicitaba una cirugía de reafirmación de género y un traslado a MCF-Shakopee, la única prisión femenina del estado.
El Sr. Lusk comenzó a identificarse como mujer en 2008 y cambió legalmente su nombre a Christina en 2018.
En junio de este año, el DOC anunció que el Sr. Lusk sería trasladado a la prisión femenina como parte de un acuerdo. DOC también acordó pagar al recluso US 495,000, que incluye aproximadamente US 250,000 en honorarios legales. El Sr. Lusk está en prisión por una condena por drogas en 2018.
A principios de enero, entró en vigencia la nueva política transgénero del DOC, que cubre los tratamientos médicos para transgéneros, al tiempo que les permite solicitar una instalación que coincida con su identidad de género.
Ya en abril, Libby Emmons, redactora jefe de The Post Millennial, dijo en una entrevista con Jan Jekielek en el programa «American Thought Leaders» que los hombres biológicos se están transfiriendo a prisiones femeninas en todo Estados Unidos.
Culpó de la situación al gobierno de Biden por intentar «cambiar la definición de mujer».
Hay múltiples beneficios para los hombres que quieren entrar en prisiones femeninas, dijo. «Se encuentran entonces rodeados de mujeres en prisiones que son notablemente menos seguras y cerradas de lo que son las prisiones masculinas».
Muchos de los hombres que ingresan en prisiones femeninas «son violentos, y muchos de ellos cometieron delitos contra mujeres», afirmó.
Una política de la era Obama exigía a las prisiones federales que tuvieran en cuenta la seguridad de los reclusos a la hora de decidir dónde alojar a los presos transgénero.
El gobierno de Trump derogó esta política, por lo que los reclusos transgénero fueron recluidos en cárceles según su sexo de nacimiento. Pero la administración Biden dio marcha atrás y recuperó la política de Obama.
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