Un recuento de votos en Georgia, destinado a determinar el resultado de las elecciones presidenciales de 2020 fue objeto de escrutinio, ya que múltiples observadores electorales en declaraciones juradas describen importantes anomalías en el proceso.
Las declaraciones juradas, bajo pena de perjurio, forman parte de una moción de emergencia presentada el 17 de noviembre en un intento de detener la certificación de los resultados de Georgia para las elecciones del 3 de noviembre de 2020.
Los observadores de los condados de Fulton, DeKalb y Cobb —incluido un auditor oficial de las elecciones, un monitor del recuento de las elecciones, un observador electoral acreditado en todo el estado y varios observadores del recuento— plantearon sus inquietudes en declaraciones juradas bajo pena de perjurio, presentadas como pruebas en la demanda de Georgia interpuesta por el abogado Lucian Lincoln “Lin” Wood Jr.
Una encargada del centro de votación del distrito de Sandy Springs, del condado de Fulton, señaló que el sábado 14 de noviembre se le entregó una caja de boletas que había sido cerrada con cinta adhesiva con el sello del secretario de Estado. Pero «el sello estaba en blanco, no estaba firmado por nadie y no se había proporcionado ninguna información», testificó. Tampoco había ninguna designación que detallara el origen de la caja o su contenido.
Dentro de la caja había pilas de papeletas, cada pila contenía aproximadamente 100 boletas electorales. La encargada observó que si bien la mayoría de las boletas mostraban signos evidentes de manipulación, un lote se «destacaba» por su condición «prístina».
La encargada, que tenía 20 años de experiencia en esa función, observó que con respecto a ese lote de papeletas «había una diferencia en la textura del papel —esto sería si estuvieran destinadas a ser utilizadas en ausencia pero no se habían utilizado para ese fin. Había una diferencia en el tacto».
Ella también observó una «ligera depresión en el prepliegue para que pudieran ser fácilmente plegadas y desplegadas para su uso en las máquinas de escaneo». No había marcas en las papeletas que mostraran su origen o dónde habían sido procesadas. En sus palabras, estas boletas «sobresalían».
Estas boletas en particular contenían marcas para los candidatos que eran «inusualmente uniformes, tal vez incluso hechas con un dispositivo de marcado de boletas». Según su estimación, aproximadamente el 98 por ciento de estas boletas eran votos para el exvicepresidente Joe Biden, con solo dos boletas que constituían votos para el presidente Donald Trump.
Al final de su declaración jurada, la encargada declaró que creía que «se habían añadido más papeletas de voto en ausencia de manera fraudulenta».
La encargada del centro de votación se fue ese día a las 4:45 pm. En su declaración jurada señaló que le preguntó a un guardia qué horas de servicio le tocaba. Él le dijo que estaría presente hasta las 11:00 p.m., momento en el que llegaría un nuevo turno para cubrir las horas de 11:00 p.m. a 7:00 a.m., coincidiendo con la hora en la que ella tenía previsto volver.
Al día siguiente, el domingo 15 de noviembre, al llegar, ella quedó sorprendida por la escasez de auditores presentes en el recuento de ese día.
En este punto, la encargada comenzó a notar una disparidad en la carga de trabajo que se asignaba. Las mesas circundantes, cuyos ocupantes habían llegado después que ella, comenzaron a recibir grandes cajas de boletas. Cuarenta y cinco minutos más tarde, cuando la mesa de la encargada finalmente recibió las boletas, su caja contenía solo 60 boletas.
Otras mesas de auditoría recibieron cajas «con más de 3000 boletas cada una», dijo.
Cuando la mesa de la encargada terminó con la pequeña caja de boletas, ellos le dijeron que su ayuda ya no era necesaria y se les instruyó «irse a casa». Las ofertas para ayudar a las otras mesas con mayor número de boletas fueron rechazadas por los funcionarios del sitio.
La encargada señaló que decidió quedarse en su mesa un rato y observar a los auditores cercanos mientras trabajaban. Aunque se le había dicho explícitamente que no se permitiría comida ni bebida en la mesa, señaló que las personas que estaban detrás y delante de ella tenían «botellas de agua abiertas, burritos de desayuno suministrados por el BOE [Consejo de Elecciones del Condado de Fulton] y bocadillos en sus mesas».
En particular, ella observó que los individuos en estas mesas no contaban las boletas en forma de equipo, un proceso utilizado para asegurar la exactitud de cada conteo de boletas. En su lugar, cada auditor estaba «contando individualmente». La encargada señaló que este proceso de recuento individualizado era «consistente con la falta de preparación, planes de contingencia y procedimientos adecuados», es lo que ella experimentó «en esta inusual elección».
Entrega tardía y dispositivos de marcado de boletas inseguros
La encargada del centro de votación entregó a continuación un ejemplo notable de la falta de procedimientos adecuados en el mismo día de las elecciones.
Según su relato, se supone que los dispositivos de marcado de las boletas deben recibirse «el viernes anterior a la elección, con una carta de la cadena de custodia que debe firmarse el domingo, indicando que nosotros habíamos recibido las máquinas y las cuentas en las máquinas del momento que se recibieron y que las máquinas habían sido selladas».
Sin embargo, durante esta elección, el observador electoral declaró que las «máquinas no fueron entregadas hasta las 2:00 a.m. de la mañana del día de la elección». Ella señaló que este proceso de entrega era «inaceptable y las máquinas de votación no podían estar fuera de custodia inmediatamente antes de la jornada electoral».
«Es posible que estos dispositivos de marcado de boletas pudieran haber sido usados para otros propósitos durante ese período», afirmó. La declaración jurada no detalló cuáles podrían haber sido esos propósitos.
Para empeorar las cosas, cuando las máquinas llegaron a su distrito, estas fueron notables por su falta de seguridad. Como ella documentó en su declaración jurada, las máquinas «no estaban selladas ni bloqueadas, los números de serie no eran los que se reflejaban en la documentación relacionada, y las etiquetas verdes con código de barras que se supone que cubren la puerta que cubre la tarjeta de memoria estaban rotas».
La encargada del centro de votación declaró que aunque su supervisor le había dado instrucciones para utilizar las máquinas, ella sabía que esto estaba fuera de los procedimientos estándar y se negó a poner las máquinas en servicio.
Otros problemas observados
Las observaciones de la encargada fueron confirmadas por las declaraciones juradas de otros participantes en el recuento de Georgia. Una observadora del distrito electoral del condado de Cobb, que es demócrata y asistente legal con licencia, destacó cómo observó a los trabajadores electorales contando las boletas en silencio, sin verificar los nombres en voz alta.
Además describió conjuntos inusuales de boletas similares a las descritas por la encargada del centro de votación. En su testimonio jurado, dijo que «cientos de estas boletas parecían impecables, sin pliegues ni arrugas. Las marcas redondas de la selección estaban perfectamente hechas (todas dentro del círculo), solo se observaron selecciones en tinta negra y todas resultaron ser selecciones para Biden».
Esta observadora también declaró que «las firmas no estaban siendo verificadas» y que «no se veían sobres correspondientes en el sitio». «Creo que se cometió un fraude en las elecciones presidenciales y cuestiono la validez del proceso de recuento de Georgia», concluyó en su declaración jurada.
Otro observador electoral, un demócrata y abogado en oficio de Florida, viajó como al centro electoral del condado de Dekalb. En su declaración jurada, este observador notó papeletas con dos características distintas: «todas tenían una marca redonda negra perfecta y todas eran con selección a Biden». El observador declaró que mientras los trabajadores revisaban las boletas, el nombre de Biden fue llamado «más de 500 veces seguidas».
Al día siguiente, este mismo observador fue a la comisaría del condado de Cobb donde nuevamente señaló las mismas características de la boleta: «todas eran para Biden y tenían la misma redondela negra perfecta».
El observador declaró que vio «boletas de ausencia para Trump insertadas en la pila de Biden y fueron contadas como votos de Biden». Además declaró que durante tres días pasados en Atlanta, «ni una sola vez nadie verificó las firmas de estas boletas».
El observador concluyó su testimonio declarando que «en los condados que he observado, hay un fraude generalizado que solo favorece al candidato Biden. Hubo miles de boletas que solo tenían la marca redonda perfecta para Biden y ninguna marca en el resto de la boleta».
Otro testigo, un monitor de recuento de votos electorales del Centro del Congreso Mundial de Georgia, declaró que observó «grandes cantidades de votos para Joe Biden en boletas que no parecían haber sido enviadas por correo», añadiendo que, «no había pliegues en las papeletas de voto por correo dando la impresión de que nunca fueron dobladas en un sobre y enviadas por correo».
En particular, este monitor de recuento declaró que estas boletas «parecían estar preimpresas con las selecciones ya hechas». Luego señaló que «cientos de boletas a la vez fueron contadas solo para Biden».
Cajas de boletas para Biden, cero para Trump
Otro observador certificado del recuento del condado de Fulton declaró que durante su proceso de observación, «muchas de las cajas de papeletas habían votado 100% por Biden y 0% por Trump». Al igual que otros observadores, éste declaró que «las boletas parecían estar perfectamente llenas como si estuvieran preimpresas con el candidato presidencial seleccionado».
Este observador declaró que ellos, junto con otros observadores, estaban lo suficientemente perturbados al tener que anotar «qué encabezados de lote y rangos de números de caja eran sospechosos» y llegó a crear una hoja de cálculo con una lista de los números de lote.
Una nota manuscrita en el lado de la hoja de cálculo dice: «Todos votos cuestionables. Parecen impresos a máquina. 95-100% de Biden para la mayoría de ellas».
Otro auditor oficial de elecciones en el Centro del Congreso Mundial de Georgia afirmó en una declaración jurada que observó la misma condición prístina de las boletas, señalando que «las boletas de ausencia parecían como si acabaran de salir de un montón nuevo. No pude observar ningún pliegue en las papeletas y no parecía que estuvieran nunca dobladas y puestas en sobres o enviadas por correo».
Tal como fue indicado por otros observadores, estas papeletas contenían «marcas perfectamente redondas para Biden».
Boletas militares y de ultramar
Otra observadora declaró que todas las papeletas militares y del extranjero que revisó estaban «muy limpias» y estaban «marcadas con tinta negra» y que «muchos lotes fueron 100% para Biden». La observadora también señaló que «la marca de agua en al menos tres boletas eran de color gris sólido en lugar de transparente», lo que llevó a la observadora a afirmar que creía de que estas boletas eran «falsas».
Este asunto fue llevado directamente al director de elecciones quien le dijo al observador que las boletas eran legítimas y que la diferencia en las marcas se debía al «uso de diferentes impresoras».
Ella también notó que «muchas boletas tenían marcas solo para Biden y ninguna marca en el resto de la boleta». Además ninguna de las boletas de Trump estaba marcada de la misma manera, afirmó.
Por último, la observadora notó que las papeletas militares «no tenían un código de recinto específico» sino que tenían «múltiples recintos impresos» lo que creaba una situación en la que era imposible saber en qué recinto estaba registrado el votante.
Basada en sus observaciones junto con la falta de verificación de la firma, ella afirmó que creía que «las papeletas militares son altamente sospechosas de fraude».
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