La reducción de los aranceles a los bienes importados de China, impuestos en 2018 por el presidente Trump, a través de un proceso de exclusión reactivado podría ayudar a disminuir las presiones inflacionarias sobre la economía, dijo el jueves la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, en la conferencia Reuters Next.
«Este es un proceso por el cual los aranceles pueden ser reducidos. Y creo que eso podría ser útil», dijo Yellen respecto al proceso de exclusión de aranceles. «De nuevo, no es un cambio radical. Pero son cosas que estamos haciendo para intentar mitigar estas presiones». El proceso es una oportunidad para que el público comente a favor o en contra de restablecer 549 exclusiones (pdf) que fueron concedidas anteriormente, y que en su mayoría expiraron en diciembre de 2020. La sección de comentarios se cerró el 1 de diciembre.
Yellen dijo sobre los aranceles de la era Trump que «algunos de ellos crean problemas sin tener ninguna justificación estratégica real». Los aranceles sobre el 25 por ciento de miles de millones de productos chinos importados «sí contribuyen a aumentar los precios en Estados Unidos».
Eliminar los aranceles a los productos chinos podría aliviar el aumento de los precios, según el exsecretario del Tesoro Jacob Lew. «He pensado desde el principio que los aranceles eran una forma ineficaz de hacer frente a sus ataques a los consumidores estadounidenses. Y ahora mismo, que la inflación es un problema, retirar los aranceles realmente reduciría la inflación en Estados Unidos», dijo el martes a la CNBC.
El mes pasado, antes de la cumbre virtual de Biden con Xi, unas dos docenas de grupos empresariales instaron al presidente estadounidense a trabajar para eliminar los aranceles comerciales. Dijeron que los mayores costes de los insumos se han trasladado a los clientes y están contribuyendo a la inflación.
«Estos costes, agravados por otras presiones inflacionistas, imponen una carga significativa a las empresas, agricultores y familias estadounidenses que tratan de recuperarse de los efectos de la pandemia», decía la carta firmada por la Cámara de Comercio de Estados Unidos, el Consejo Empresarial Estados Unidos-China, la Asociación Americana de la Soja y otros destacados grupos comerciales.
La carta también menciona el «respeto al estado de derecho y a los derechos humanos», y que las organizaciones están de acuerdo en que «el trabajo forzado y otros abusos de los derechos humanos no deben tener cabida en las cadenas de suministro», algunos de los temas que abarcan los aranceles.
Los aranceles de Estados Unidos sobre los productos chinos se situaron en un promedio del 19.3 por ciento en 2021, mientras que la tasa arancelaria recíproca de China ronda el 20.7 por ciento, según datos del Instituto Peterson de Economía Internacional. Antes de la guerra comercial, los aranceles de China eran más del doble que los de Estados Unidos, con un ocho por ciento, frente al 3.1 por ciento de Estados Unidos.
Mientras tanto, los aranceles han tenido un impacto extremadamente duro en la economía china. Durante 2018 y 2019, 1800 filiales financiadas por Estados Unidos cerraron sus operaciones en China, junto con múltiples filiales extranjeras, incluidas las de Corea del Sur y Alemania.
Los aranceles han sido considerados por numerosos presidentes estadounidenses como una herramienta para defender los intereses nacionales, pero han sido condenados por organizaciones internacionales como la Organización Mundial del Comercio (OMC). Desde que China se adhirió a la OMC en 2001, han cerrado casi 60,000 fábricas en Estados Unidos y se han perdido unos 4 millones de puestos de trabajo.
Según el acuerdo comercial de fase uno firmado en el mandato de Trump, China debe comprar bienes y servicios con valor de 200,000 millones de dólares adicionales durante 2020 y 2021. Sin embargo, China solo ha cumplido alrededor del 58% de este requisito hasta 2020, y el 69% hasta agosto.
Yellen dijo que el proceso de exclusión es uno de los varios pasos que la Administración Biden está llevando a cabo para reducir las tasas de inflación en el país. La secretaria del Tesoro añadió que estaba trabajando con su homólogo chino, el viceprimer ministro Liu He, en un intento de resolver una serie de cuestiones económicas.
China «podría contribuir en gran medida a mitigar los desequilibrios mundiales. Todos estos son temas que hemos estado discutiendo, y espero que esos diálogos continúen».
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