Según los CDC, las enfermedades del corazón son la principal causa de muerte tanto en hombres como en mujeres en Estados Unidos. A primera vista suena terrible, pero este hecho se convierte en una buena noticia cuando nos damos cuenta de que las enfermedades del corazón son prevenibles y, en algunos casos, reversibles.
Las cardiopatías son prevenibles y pueden ser reversibles
Aunque hay muchos factores genéticos que determinan el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca, ésta se puede prevenir y es reversible. Esto se debe a que la causa más común de las enfermedades del corazón, la aterosclerosis, está provocada por factores que están bajo nuestro control.
Aunque la aterosclerosis es técnicamente la acumulación de placas de grasa en las arterias, esto no significa que la grasa en sí sea el único factor a tener en cuenta. De hecho, muchos estudios han demostrado que las dietas bajas en grasas no reducen en absoluto el riesgo de enfermedades cardíacas.
La grasa no obstruye las arterias
La aterosclerosis no está causada por la grasa que obstruye las arterias. La grasa no es el problema. La aterosclerosis ni siquiera es el problema, es la solución al problema que es causado por el colesterol LDL oxidado.
LDL – La lipoproteína incomprendida
El LDL (lipoproteína de baja densidad) se conoce comúnmente como «colesterol malo», pero en realidad es necesario para nuestra supervivencia.
Piensa en el LDL como un superhéroe con muy poco carácter. Las LDL aportan nutrientes como el colesterol y las vitaminas a nuestras células, salvándolas de los dañinos radicales libres. Por desgracia, si el LDL interactúa con estos radicales libres en la sangre, comienza a oxidarse.
El LDL, ahora oxidado, tiene una pugna que provoca daños en las células endoteliales (células que recubren el interior de nuestros vasos sanguíneos). El daño endotelial desencadena que los macrófagos (células del sistema inmunitario) intenten evitar que el LDL oxidado cause más daño.
El macrófago induce a las LDL oxidadas para que entreguen el disfraz de superhéroes y se conviertan en una placa grasa inerte y no tóxica que reside entre las paredes del vaso sanguíneo. Nuestro cuerpo crea esta placa para evitar que el LDL oxidado dañe más células, por lo que la aterosclerosis es parte de la solución.
(No) Solo tome una estatina
Después de saber que existe una relación entre el colesterol LDL y las enfermedades cardíacas, resulta tentador tomar todo lo que podamos para reducir nuestro colesterol. Por eso, los medicamentos para reducirlo, llamados estatinas, se encuentran constantemente entre las recetas más vendidas del mundo.
Una de las razones por las que las estatinas son tan prolíficas es porque funcionan. De hecho, se ha comprobado que reducen sistemáticamente los niveles plasmáticos de LDL en un 25-35% y que disminuyen la frecuencia de los infartos en un 25-30%. Esto es poco menos que milagroso, al menos hasta que se sepa lo que hacen realmente las estatinas.
El lado oscuro de las estatinas
Las estatinas actúan inhibiendo una enzima llamada HMG-CoA reductasa. Cuando se inhibe esta enzima, se detiene la producción de colesterol por parte del hígado, lo que lleva a reducir los niveles de LDL en la sangre. Al mismo tiempo, la inhibición de la HMG-CoA reductasa perjudica nuestra capacidad de producir coenzima Q10, una molécula vital para la salud celular y la función mitocondrial.
La coenzima Q1o permite a nuestras mitocondrias producir energía de manera eficiente para que nuestras células puedan sobrevivir y prosperar. Cuando nuestros niveles de coenzima Q10 son bajos, la capacidad de nuestros músculos para funcionar y recuperarse se desploma. Esto causa dolor e inflamación muscular, que también resulta ser el efecto adverso más comúnmente reportado por tomar estatinas. ¡Qué coincidencia! Otros efectos adversos comunes de tomar estatinas relacionados con la falta de coenzima Q10 son la disminución de la función cognitiva y el daño hepático.
También es importante mencionar que tener el colesterol bajo conlleva sus propios efectos secundarios. Los desequilibrios hormonales como la baja testosterona, el aumento de la fatiga, el aumento de la frecuencia de las enfermedades y la reducción de la capacidad para digerir las grasas pueden ser el resultado de tener el colesterol bajo. Esto se debe a que el colesterol nos proporciona los bloques de construcción para las hormonas sexuales, las hormonas del estrés y las sales biliares que son necesarias para la supervivencia.
Las estatinas aún pueden tener cabida
Aunque las estatinas conllevan muchos riesgos, pueden ser útiles para las personas que tienen factores de riesgo genético de padecer enfermedades cardíacas. Pero incluso si tiene antecedentes familiares de enfermedades cardíacas, puede abordarlas de forma más eficaz aumentando de forma natural la actividad de sus receptores de LDL.
La mejor manera de revertir las enfermedades del corazón
Nuestro hígado contiene muchos de nuestros receptores LDL. Cuando estos receptores están activos, atraen el exceso de colesterol LDL de vuelta al hígado, dándole menos oportunidad de oxidarse y causar problemas.
Podemos aumentar la actividad de los receptores de LDL de 4 maneras:
1. Reducir la concentración de colesterol en el hígado
El hígado es el regulador de los niveles de colesterol en el cuerpo. Produce colesterol y lo envía a las células mediante partículas LDL y elimina el colesterol convirtiéndolo en sales biliares y excretándolo en las heces.
Cuando comemos alimentos ricos en fibra, como los guisantes partidos, las lentejas, las alcachofas, los guisantes y el brócoli, la fibra impide que la bilis se reabsorba. Esto obliga al hígado a aumentar su actividad receptora de LDL para llevar el colesterol LDL de vuelta al hígado y sintetizar más bilis.
Este enfoque para controlar los niveles de colesterol LDL no es sólo teoría. Los estudios demuestran que los supervivientes de un ataque al corazón que adoptan una dieta rica en fibra reducen el riesgo de recurrencia en aproximadamente un 40%, en comparación con los supervivientes que no realizan ningún cambio en la dieta. Según el Plan de Alimentación de la Asociación Americana del Corazón, puede aprovechar los beneficios de la fibra aumentando el consumo de fibra a 25 o 30 gramos al día.
Los estudios también han demostrado que las grasas poliinsaturadas, como los omega 3 y 6, reducen el colesterol, pero esto conlleva el riesgo de aumentar la oxidación de las LDL. Esto se debe a que las grasas poliinsaturadas se oxidan fácilmente, lo que puede conducir a un aumento de los oxidantes y los radicales libres en el cuerpo. Estos compuestos interactuarán entonces con las LDL provocando su oxidación. Por esta razón, puede ser mejor limitar el consumo de todas las grasas poliinsaturadas si tiene una enfermedad cardíaca.
2. Disminuya los niveles de inflamación
La inflamación es el proceso que nuestro cuerpo lleva a cabo para curarse a sí mismo, y el colesterol LDL es un actor importante en este proceso. Siempre que hay un daño o un traumatismo, el hígado aumenta la producción de LDL y disminuye la actividad de los receptores de LDL para que éste permanezca en la circulación y ayude al proceso de curación. Por eso, cuando estamos estresados, enfermos o lesionados, nuestros niveles de colesterol tienden a ser más altos.
Cuando nuestras células están constantemente sometidas a un trauma debido a nuestro propio sistema inmunológico (enfermedad autoinmune) o al estrés tóxico crónico (debido al estrés emocional, las toxinas ambientales y/o las toxinas de la dieta), nuestro sistema estará en un estado crónico de inflamación con el colesterol alto.
Para reducir tu inflamación, céntrate en eliminar las toxinas de tu entorno y de tu dieta, aumentar la calidad de tu sueño, reducir el estrés emocional y aumentar tu nivel de actividades de baja intensidad como caminar o hacer yoga. También puede tomar suplementos con alimentos antiinflamatorios como la cúrcuma o vitaminas como la E y la C para reducir el estrés oxidativo.
Puedes hacer un seguimiento de tus niveles de inflamación midiendo los niveles de proteína C reactiva con un análisis de sangre. La proteína C reactiva es creada por el hígado cuando hay inflamación en el cuerpo, por lo que es un gran indicador del nivel de inflamación en el cuerpo. Comúnmente se sugiere mantener el nivel de proteína C reactiva por debajo de 1 mg/L, pero el Dr. Chris Masterjohn sugiere que es mejor mantenerlo por debajo de 0,07 mg/L.
3. Mejorar la función de la tiroides
Si te sientes deprimido, pierdes el pelo y tienes el colesterol alto, puede que necesites mejorar tu función tiroidea. Una función tiroidea baja conduce a un aumento de los niveles de colesterol, mientras que el aumento de la función tiroidea puede aumentar la actividad de los receptores de LDL y disminuir los niveles de colesterol LDL. Esto nos lleva a la conclusión de que mejorar la función tiroidea, si tiene una tiroides poco activa, reducirá el riesgo de enfermedad cardíaca.
Para mejorar la función tiroidea, es importante reducir primero la inflamación, que impide la producción de la hormona tiroidea. También es importante asegurarse de que come alimentos nutritivos que le dejen satisfecho. Cuando nos saciamos con una comida rica en nutrientes, nuestra glándula tiroidea recibe una señal del cerebro de que tenemos suficiente energía. La glándula tiroidea responde a la señal liberando hormonas tiroideas que mejoran la función celular en todo el cuerpo.
El sueño también es un factor importante para mejorar la función tiroidea. Asegúrate de que duermes más o menos a la misma hora todas las noches y de que duermes lo suficiente, para que puedas despertarte renovado en lugar de cansado.
4. Mejorar la sensibilidad a la insulina
La diabetes de tipo 2 es un factor de riesgo importante para las enfermedades del corazón y por una buena razón: la insulina, la actividad de los receptores de LDL y la función tiroidea están íntimamente relacionadas. Por ejemplo, cuando las células son resistentes a la insulina (una hormona que ayuda a estabilizar los niveles altos de azúcar en la sangre), como en las personas con diabetes tipo 2, se produce una disminución de la función tiroidea y de la actividad de los receptores de LDL porque el cuerpo percibe que la comida es escasa. El resultado es un colesterol alto, un nivel elevado de azúcar en la sangre y un riesgo aún mayor de enfermedades cardíacas. Por otro lado, la función tiroidea y la actividad de los receptores de LDL aumentan cuando las células son sensibles a la insulina, lo que conduce a un nivel estable de azúcar en la sangre, a una disminución del colesterol y a un riesgo casi nulo de enfermedades cardíacas.
Para aumentar la sensibilidad a la insulina, es importante aumentar el nivel de actividad y disminuir la cantidad de alimentos refinados en su dieta. Aumentar el nivel de actividad levantando pesas, haciendo ejercicios con el peso del cuerpo y haciendo entrenamiento a intervalos mejorará sustancialmente su sensibilidad a la insulina. Sustituir los alimentos refinados por verduras y frutas aumentará la ingesta de vitaminas y fibra, lo que ayudará a aumentar la sensibilidad a la insulina y a reducir el colesterol.
Cómo medir los resultados
Para ver si su programa personal de estilo de vida para reducir las enfermedades del corazón ha sido eficaz, compruebe la relación de colesterol total a HDL en su próximo análisis de sangre. La proporción de colesterol total a HDL debe estar entre 3 y 4 para asegurar niveles saludables de colesterol y un riesgo sustancialmente reducido de enfermedades del corazón.
Publicado por la revista Organic Lifestyle
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