Muchos de los juegos móviles más vendidos en Taiwán son desarrollados por compañías de juegos chinas. Un experto dice que este fenómeno es significativo porque la industria de juegos china está respaldada por el Partido Comunista Chino (PCCh). Estos juegos respaldados por el PCCh ofrecen una plataforma para la censura en China y también exportan indirectamente la agenda política del PCCh, dijo el experto.
El régimen chino considera a Taiwán parte de su territorio, a pesar de que la isla autogobernada tiene su propio gobierno elegido democráticamente, su ejército y su moneda. Así, el PCCh se ha infiltrado e influido en la sociedad taiwanesa en un esfuerzo por persuadir a los ciudadanos de que acepten la «unificación» con el continente.
Según los últimos datos de la empresa de EE.UU. de análisis de mercado de app móviles, Sensor Tower, ocho de los 10 juegos móviles más vendidos en Taiwán en el primer trimestre de 2020 fueron desarrollados y son propiedad de la industria de juegos china. Los otros dos juegos, «Lineage M» y «Princess Connect! Re:Dive», fueron desarrollados por empresas coreanas y japonesas, respectivamente.
El mercado de juegos online en Taiwán se ha inundado de juegos chinos. El periodista y comentarista político Hsu Ching-Huang, dijo a The Epoch Times que el mercado de juegos de Taiwán dejó de desarrollarlos. Los desarrolladores de juegos chinos como Tencent, que creó «Honor of Kings», aunque parezcan ser empresas privadas, suelen estar respaldados por el estado, por lo que esto les da una ventaja injusta sobre sus competidores, dijo.
Hsu indicó que la censura es el mayor problema de los juegos hechos en China. Tomemos como ejemplo la app de juego «Romance de los Tres Reinos» desarrollada por la compañía japonesa Koei Tecmo Holdings. La empresa Ali Games, una subsidiaria del gigante tecnológico chino Alibaba, fue autorizada para desarrollar la versión para móviles. Sin embargo, lemas como la «Revolución de los Paraguas» fueron censurados de la app. «Revolución de los Paraguas» se refiere a las protestas en favor de la democracia que tuvieron lugar en Hong Kong durante casi tres meses en 2014. Los hongkoneses se habían opuesto a la propuesta del régimen chino para las elecciones de la ciudad, lo cual habría dado a Beijing el poder de elegir a los candidatos políticos.
Hsu observó que las autoridades chinas han impuesto normas más estrictas en la industria de juegos en los últimos años. Por ejemplo, el 4 de abril se designó como día de duelo nacional para las víctimas del virus del PCCh, y las autoridades prohibieron los juegos. Los desarrolladores de juegos chinos cortaron su conexión durante 24 horas.
Hsu dijo que muchos jugadores se enteraron de que estaban sujetos a una suspensión permanente de sus propias cuentas luego de que se quejaran del abrupto corte en el día de luto en China. Ellos no obtuvieron un reembolso por la suspensión del servicio.
En abril, la empresa taiwanesa Wanin International, socia del desarrollador de juegos chinos Seasun, finalizó su colaboración luego de que suspendieran a los jugadores por mencionar el virus del PCCh en un chat, mientras jugaban «JX3 Online 3», un juego popular de artes marciales. Wanin rechazó la decisión y restituyó el estatus de los jugadores. Wanin comunicó que la decisión se tomó porque creía que «no se debe sacrificar la libertad de expresión por un juego». Wanin ofreció un reembolso a esos jugadores taiwaneses.
Invasión cultural y actividades fraudulentas
Hsu dijo que en los últimos años, las empresas chinas han invertido silenciosamente en empresas de juegos en todo el mundo. Por ejemplo, Tencent posee una participación del 5 por ciento en la empresa estadounidense de videojuegos Activision Blizzard.
La industria de juegos es también un medio para que el PCCh difunda su agenda. Hsu mencionó que el juego móvil «Romance de los Tres Reinos» tiene muchos jugadores en Malasia y Singapur. Cuando las autoridades chinas cerraron el juego en el día de luto de China por las víctimas del virus del PCCh, los jugadores internacionales no tuvieron más remedio que cumplir. Esta es una táctica utilizada para tomar el control de otra sociedad, dijo.
Hsu también señaló que hay mucha corrupción dentro de la industria. En octubre de 2016, los fiscales taiwaneses comenzaron a investigar las acusaciones de que el magnate de la industria de los juegos en China, Wang Ji, fue la mente maestra detrás de un plan para manipular los precios de las acciones de XPEC Entertainment Inc., un desarrollador de videojuegos taiwanés.
Influenciando la opinión pública
Algunos usuarios de redes sociales alegan que, debido a la lucrativa industria china de los juegos, algunas plataformas se han visto obligadas a censurar los debates sobre temas que no le gustan al régimen chino.
En Taiwán, una celebridad online conocida como Kuan Chang fue portavoz de muchos juegos chinos en 2018, debido a sus críticas abiertas al partido político local, el Partido Democrático Progresista (DPP). El régimen chino también critica con frecuencia al DPP, ya que tradicionalmente aboga por la independencia formal de Taiwán.
Sin embargo, cuando Kuan Chang comenzó a criticar en 2019 al partido a favor de Beijing, el Kuomintang (KMT) y al excandidato presidencial del KMT, Han Kuo-yu, la industria de juegos china cortó inmediatamente sus vínculos con Kuan.
De acuerdo con Hsu, durante las protestas masivas a favor de la democracia en Hong Kong del año pasado, muchos videos de YouTube sobre el tema fueron desmonetizados, lo cual significa que los creadores no obtienen ingresos publicitarios por las vistas del público. Muchos YouTubers se vieron obligados a dejar de hablar sobre Hong Kong como resultado.
Hu cree que no es fácil para el PCCh controlar la opinión pública solo a través de los videojuegos online porque el régimen no puede interferir directamente en el mercado de los juegos. Aunque la mayoría de los juegos se pueden descargar gratuitamente, cuando los jugadores gastan dinero en funciones integradas dentro de la app, están proporcionando ingresos a los desarrolladores de juegos chinos que ayudan al PCCh a manipular la opinión pública en Taiwán, advirtió Hsu.
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