Recientemente, el público en general comenzó a darse cuenta cómo trabaja el régimen chino para tratar de influir sobre la opinión pública de Estados Unidos y de todo el mundo. Pero incluso los bien informados podrían sorprenderse al enterarse de que uno de los principales objetivos del Partido Comunista Chino es Shen Yun, la compañía de artes escénicas de danza y música china de clase mundial.
Xiang Dong, que durante más de 10 años ayuda a presentar a Shen Yun en el área de Washington, vio hasta dónde puede llegar el régimen para tratar de perjudicar a la compañía de danza clásica china.
Los motivos del régimen no son difíciles de entender. Desde que el PCCh llegó al poder en 1949, intentó destruir la cultura tradicional china. La misión de Shen Yun es revivir esa cultura. La hostilidad del régimen es “natural”, dijo Xiang. Pero él cree que los intentos del PCCh de interferir con la compañía de artes escénicas no tendrán éxito.
En los dos primeros años después del lanzamiento de Shen Yun, el PCCh envió más de 60 grupos artísticos a Estados Unidos para tratar de competir y derrotar a Shen Yun. Había un problema evidente con esta estrategia: la calidad de los espectáculos del PCCh era mala, por lo que el público no estaba para nada interesado.
Luego, explica Xiang, el PCCh comenzó a utilizar otros medios, buscando influenciar a otros para que actuaran según su voluntad. Las embajadas y consulados chinos desempeñaron un papel central.
Chris Norby, expresidente de la Junta de Supervisores del Condado de Orange en California, todavía recuerda haber recibido una carta del consulado general chino en Los Ángeles en diciembre de 2007 advirtiéndole que no apoyara de ninguna manera la Gala del Año Nuevo Chino, que era el nombre de la compañía de artes escénicas que después se convirtió en Shen Yun. La carta explicaba que el espectáculo contaba con el apoyo de practicantes de la disciplina espiritual Falun Dafa. Desde 1999 el PCCh persigue implacablemente a esta práctica.
Norby se sintió ofendido por la carta y se la mostró a Los Angeles Times. En una entrevista con el periódico, declaró que la carta equivalía a “un intento de un gobierno extranjero por dictaminar a los funcionarios estadounidenses electos, qué organizaciones deberíamos apoyar, reconocer o asociarnos”.
Norby señaló a La Gran Época, que en un principio le sorprendió que el consulado general chino intentara “influenciar a alguien en lo que parecía un asunto muy trivial” y de una manera tan “torpe”.
Después de pensarlo, se dio cuenta de que “Falun Dafa no es aparentemente político, pero en China todo es político porque es el único país del mundo, el país más grande del mundo, que nunca tuvo elecciones en su historia”.
Norby remarcó que el comportamiento del PCCh es el resultado de su falta de legitimidad. “No sé cómo van a resolverlo. Porque [China] está controlada por un partido que basa su legitimidad en la inevitabilidad histórica del comunismo, pero nadie en el partido lo cree. Con un grupo de ateos, nadie cree en la doctrina comunista, pero todavía tienen ese poder de influencia”, destacó Norby.
Al igual que muchos estadounidenses ofendidos por los hostiles esfuerzos del PCCh, Norby hizo lo contrario de lo que se le pidió. Fue a ver el espectáculo, y quedó impresionado. Lo encontró “muy hermoso, muy colorido, muy dramático, [con] un nivel muy alto de talento artístico”.
Jim Naugle, exalcalde de Fort Lauderdale, recibió una carta similar también en diciembre de 2007 del cónsul general Qiao Hong del Consulado General de la República Popular China en Houston. En la carta, Qiao Hong amenazó a Naugle, diciendo que si apoyaba el espectáculo, su “reputación personal” se vería afectada negativamente.
Naugle dijo que esa no fue la única vez que recibió una carta del consulado chino. Después de invitar una vez a Lu Hsiu-lien, exvicepresidente de Taiwán, a visitar Fort Lauderdale, y después de que la ciudad de Fort Lauderdale estableciera una relación de hermandad con la ciudad de Kaohsiung en Taiwán, el cónsul de la República Popular también le hizo saber que “tampoco estaban contentos por eso”.
Xiang señaló que además de utilizar canales “oficiales”, el PCCh también adoptó otros medios “no oficiales”.
Por ejemplo, los teatros donde Shen Yun se iba a presentar comenzaron a recibir correos electrónicos irracionales llenos de disparates o amenazas, y los remitentes que enviaban esos mails afirmaban ser practicantes de Falun Dafa. Los correos electrónicos eran un claro intento de asustar a los teatros para que cancelaran las presentaciones de Shen Yun.
En los casos más extremos, se contrataron matones para cortar las llantas de los autobuses de Shen Yun, se aplicaron químicos corrosivos al acelerador y al sistema de frenos para causar un accidente, o se dañó el tanque de combustible, etc.
Xiang señaló que, a pesar de todo esto, Shen Yun siguió creciendo cada año. Ahora cuenta con cinco compañías, que en un año recorren más de 155 ciudades en 18 países, actuando ante un millón de espectadores.
Recientemente, una pregunta sobre Shen Yun apareció en el programa de televisión en vivo de la CBS “Jeopardy” en la categoría de entretenimiento. “Esto demuestra cuán popular se ha vuelto Shen Yun”, comentó Xiang.
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